Capítulo 2: Una chispa de coraje

Esa noche, Emilia no podía dormir.

El título del maniquí seguía dando vueltas en su mente: "Renacer".
¿Qué significaba renacer cuando todo a tu alrededor parecía en ruinas?
Ella no lo sabía con certeza, pero algo le decía que tenía que intentar averiguarlo.

Abrió el armario. Ropa vieja, despareja, deslavada. Algunas prendas que ya no usaba desde hacía años. Sacó una camisa que fue su favorita y la extendió sobre la cama. Empezó a imaginar cortes, dobladillos, ajustes… sin darse cuenta, buscó su cuaderno de notas y empezó a dibujar.

Sus trazos eran torpes al principio. Le faltaba práctica, pero no pasión. Dibujó un diseño: una falda reconstruida a partir de jeans viejos. Luego otro: un blazer adaptado a partir de dos chaquetas pasadas de moda. Las ideas fluían como si hubieran estado esperando su turno todo este tiempo.

En la mañana siguiente, Emilia tomó una decisión: vendería parte de su ropa usada. Necesitaba hacer espacio. Y algo de dinero.

Creó una cuenta en Instagram:
@ReCrea.Emilia
("Re" por reciclar, recrear, renacer... y su nombre).
Subió fotos simples de algunas prendas bien dobladas, otras colgadas en la pared con ganchos. Usó su viejo celular para editarlas lo mejor posible.

No esperaba mucho. Quizás un par de amigas verían la publicación y la apoyarían por lástima.

Pero al mediodía ya tenía dos mensajes directos:

—"¿Tienes más prendas en talla M?"
—"Me interesa la chaqueta de mezclilla. ¿Se puede pagar contra entrega?"

Emilia no lo podía creer. Respondió con el corazón latiendo como si estuviera por dar un salto al vacío.

Durante esa semana, vendió cinco prendas. No era mucho, pero era algo.

Una de las chicas que le compró le dijo:
—“Tienes buen ojo para armar outfits. ¿No piensas diseñar tú misma?”

Emilia se quedó en silencio.
¿Diseñar? ¿Ella?
Su yo de 15 años habría gritado un "¡sí!" sin pensarlo.
Pero su yo actual dudaba. Dudaba de todo.

Esa noche, sacó del fondo del armario una caja empolvada: su vieja máquina de coser.

Se sentó frente a ella, la tocó como si fuera una reliquia.
Estaba oxidada, pero viva.

Emilia respiró hondo.

No sabía si podía volver a empezar.
Pero por primera vez en mucho tiempo, quería intentarlo.