Ella está acostumbrada a ser la marioneta, debe ser dulce, educada, amable, linda, inteligente... perfecta.
Ella desea ser libre, pero vive bajo el yugo de una familia con aires de realeza, donde todo debe ser como se dicta.
Ella no quiere ballet, ni tonos rosas, no quiere clases de etiqueta, ni ropa de marca, no quiere un chófer, ni el uniforme del colegio campestre, no quiere fingir una sonrisa ...sonrisa que por dentro grita ayuda
Ella quiere dejar de ser controlada, no quiere ser el acto principal, no quiere ser la marioneta, ella está inconforme con la vida.
La supuesta vida que toda chica querría, ella está cansada de lujos, de fiestas privadas, de comidas extravagantes, de mansiones vacías con el eco de un corazón roto anhelando ser libre.
Ella quiere gritar, llorar, salir de fiesta, ir a comer a un restaurante cualquiera, salir y recorrer cada rincón, asistir a una clase de hip-hop, subirse al metro, comprar un libro...ella quiere vivir, quiere ser dueña de su vida, pero mírala ahí sentada en el asiento trasero del coche; mientras su chófer le explica que hacer, ahí mirando la ventana imaginado como sería caminar en medio de la lluvia...
Triste, vacía, rota...
Ella es una hermosa marioneta.