Corre, porque ellos no se apiadan de nadie. Aprisa, vienen detrás de ti. No mires atrás, no hay nada allá para ti. Las puertas se cerraron sin dar clemencia a los gritos que dimos al tratar de escapar. Los escucho, están a unos metros de distancia, ¿dónde podremos escondernos? Necesito ponerte a salvo. Te veo llorar, aterrado, no encuentro palabras que logren dar un ánimo suficiente a tu alma rota.
Los bufidos se intensifican, agarro aire antes de buscar un arma en mi mochila, te observo una última vez, beso tu frente con lentitud, te doy la espalda, mis ojos logran ver la horda de entes que están a punto de alcanzarnos, aprieto con fuerza la bomba en mis manos, y salgo corriendo hasta dar con ellos, remuevo el seguro y el impacto comienza.
La explosión fue suficiente para lograr salvarte, no me importa morir, logré conseguirte un poco más de tiempo.