Capítulo 4

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—Por el amor de Dios, Ashly —miré a la puerta y era mi madre—. Ya date prisa, tu hermana tiene que dormir temprano para así estar bien en la escuela.

—Es martes, mamá; mañana no va a ir a la escuela. No va a ir a la escuela dentro de una semana —dije de mala gana.

—Ella suele dormirse a las 10 todos los días, de este modo estará bien. Deberías aprender de ella, no que te desvelas a lo tonto.

—Me desvelaba haciendo tareas.

—Cómo digas. Apúrate que tu padre te está esperando para llevarte.

Salió de mi habitación y solo suspiré. Lo único bueno era que ya no iba a soportar ese tipo de comentarios y actitudes.

Terminé de empacar las maletas y bajé con todo. Caminé hacia el auto de papá para meter todo en la cajuela e irnos ya hacia el departamento. Estaba muy entusiasmada; por fin me libraría de mis padres.

El transcurso fue algo lento, pues estaba un poco alejado del centro de la ciudad. Al llegar al departamento donde mi hermana vivía, comencé a bajar mis maletas.

La fachada estaba bien; se veía algo elegante, pero, por lo que dijo mi hermana, estaba muy pequeño todo.

—Te portas bien, Ashly —dijo mi madre al estacionar el auto—. Te estaremos llamando a ti y a tu hermana.

—Sí, mamá —dije algo cansada de sus palabras.

—Sube y que tu hermana me hable cuando ya estés con ella.

—¿Y si no está?

—Claro que está. Ella no es de esas niñas vagas. Me dijo que estaría estudiando.

La miré algo mal. Para mi mamá, mi hermana siempre era la chica perfecta, y lo demostraba bastante bien, pero yo no le creo del todo. Tal vez engañe a mis padres, pero a mí no me engaña tan fácil. Ahora que compartimos un techo, le puedo quitar la máscara de niña perfecta.

Aunque muchas ganas no tengo. Quisiera demostrar que mi hermana es de lo peor, pero ¿qué es lo que gano? ¿Atención? Prefiero que las cosas sigan así.

Ella se lleva todos los regaños y la responsabilidad de la chica perfecta, mientras que yo seguiré siendo la hija que saca buenas notas por gusto y no por darles a mis padres una razón para festejarme cosas estúpidas.

Pero en fin, no quería gastarme tanto en mi hermana, así que entré al interior de este departamento. Mi piso era el número 5, así que debía subirme al elevador. Volviendo mejor el interior del edificio, estaba bastante descuidado. No me estaba gustando para nada esto.

El elevador se abrió en el quinto piso. Al salir, escuché música a todo volumen. Cuando me fui acercando, pude ver que provenía del departamento. Al abrir la puerta, con algo de miedo (sí, tenía miedo de que la fiesta fuera en esta), era lo más seguro, pero aún tenía la idea de que estaba mal. Pero no fue así; sí había una estúpida fiesta dentro de este.

No era mucha gente, menos de 15 personas si eran. Algunas estaban sentadas y otras bailando. Estaba observando lo poco que podía ver y este era un espacio pequeño. Pues me parece que mi hermana había pedido un departamento solo para una persona. Como dije, ella no me quería mucho en su vida.

—Hola, bienvenida. En la cocina están las bebidas —me dijo una chica y luego se fue dejándome otra vez sola.

Me pareció que no había notado que traía mi equipaje conmigo. Traté de buscar a mi hermana, pero era inútil. La gente que estaba bailando me estorbaba.

Traté de caminar como pude hasta llegar a un pequeño pasillo donde, a mi parecer, quedaban 3 habitaciones. Supongo que una es mía y la otra de mi hermana.

Al llegar, no me gustó para nada aquellos sonidos que provenían de estos cuartos. No sé bien cuál era, pero me dio un asco que no puedo explicar. Si mis padres vieran esto, estarían tan decepcionados de mi hermana. Y era lo que quería.

—Un video.

Saqué rápido mi celular y una sonrisa se formó en mi rostro. Sé que no gano nada haciendo esto, pero realmente me serviría en un futuro si quería llevármela bien con Ana. Debía tener algo para controlarla y que no pasaran nuevamente estas cosas.

Comencé a grabar un poco desde mi ángulo. Cuando tenía la suficiente evidencia, sonreí. Ahora a lo que venía. Debía buscar a mi hermana para decirle que parara esto. Si no, claro, le diría a nuestros padres.

Di un salto, pues la puerta donde estaba recargada se abrió mostrándome a mi hermana saliendo con un chico. Una sonrisa de burla se formó en mi rostro al verla.

No se esperaba para nada mi llegada tan pronto, pues le dije a mi mamá si podía traerme unos días antes de empezar las clases para poder conocer.

—Ashly, ¿qué estás haciendo aquí? —se arregló el cabello.

—Tal vez se te olvidó, pero también es mi departamento.

—Sí, lo sé, pero no entiendo qué haces aquí. Dijo mamá que vendrías el viernes.

—Obviamente, quise venir antes para conocer el lugar. Tal vez a mamá se le pasó decirte.

—Entiendo...

—Por cierto, dijo mamá que le hablaras cuando estuviera frente a ti, porque ya ves que desconfía de mí. Así que, por favor, háblale.