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La música invadía mis oídos. No podía creer que acepté venir. Debo admitir que Mon es muy buena convenciendo a las personas, o capaz yo era muy fácil de convencer. Bueno, creo que sí; me dejé manipular con eso de la popularidad. ¿A quién engañaba? Quería ser popular; extrañaba ser alguien en la escuela.
—Esto fue un error, Mon. Mejor vamos a mi departamento —le dije antes de entrar a la residencia del equipo de fútbol.
Me parece que por ser del equipo ya tienes un cuarto a mitad de precio. Las casas son para personas como yo, que no tenemos ningún talento y, por ende, debemos rentar una casita para vivir felizmente.
—No, Ash, quiero conocer gente. Tú me dijiste que también lo querías.
—Sí, quiero conocer a gente nueva, pero no en ambientes así...
—Lamento decirte que así se socializa ahora, mi querida Ash.
—Pero tú ya conoces a alguien, yo no...
—Vamos, si no te sientes cómoda con mis amigos, te prometo que nos vamos luego, luego. Pero para eso necesito que les des una oportunidad.
—Está bien...
Entramos a la fiesta, y había un gran patio en la parte trasera. Y pensar que esta era una de las más baratas; o bueno, era exclusiva para el equipo de fútbol. Aun así, era increíble.
—Ven.
Me jaló, haciendo que fuéramos hasta donde estaba una mesa. Había tres personas bebiendo. Solo espero no tomar nada de alcohol porque odiaba eso.
—Hola, Alfreditooooo —mi amiga se fue corriendo a los brazos de aquel chico, dejándome aquí parada sin saber qué hacer.
—Hola guapa —dijo con una gran sonrisa—. Ashly, hola, qué bueno que te animaste a venir —me saludó aun teniendo a Mon entre sus brazos.
—Hola —sonreí tímidamente. No podía creer que se había acordado de mi nombre.
—Venga, que las presento.
Se levantó y se puso detrás de nosotras.
—Miren ese de ahí —nos señaló a un chico de cabello castaño claro con unos ojos muy hermosos color miel—, se llama Alan, y el de su lado —miré al otro chico que estaba con su celular, usaba lentes y por eso no pude ver bien sus ojos, pues estaba ocupado, su cabello eran unos rulitos muy lindos—, no lo conozco mucho, pero siempre ha sido algo antisocial. Pero es Dominik —lo señaló— ¡DOMINIK! —él volteó a verlo.
—Chicos, ellas son Mon y Ashly. Por favor, trátenlas bien. Son mis amigas.
—Mucho gusto —dijeron ambos con una gran sonrisa.
—Hola —dijo Mon con una sonrisa.
—Siéntense, por favor. Iré por unos tragos.
Después de que Alfredo se fue dejándonos solas con estos dos chicos, nos sentamos en las dos sillas que estaban solas. Yo quedé hasta la orilla al lado de Mon, que ella estaba a un lado de Alan. Esto sería muy incómodo.
—¿Les gusta la escuela?
—Así es, es muy linda. Tiene muchas instalaciones preciosas —dijo Mon con una gran sonrisa.
—Verdad, ¿qué es lo que están estudiando?
—Bueno, yo estoy en psicología. Aún no sé bien qué área elegir, pero en esa carrera ando.
—¿Y tú, Ashly?
—Yo estoy en Administración de Entretenimiento.
—¿Y por qué la han elegido?
—Bueno, a mí me gusta mucho ayudar a las personas. Pasé por problemas y siento que eso es lo que me motiva, que nadie lo pase solo...
Comenzó a contarles cómo es que había elegido aquella carrera. Yo ya me lo sabía, así que solamente miré a mi alrededor. Un recuerdo vino a mi mente, un gran nudo en mi garganta se formó, pero traté de evitarlo. Como sea, la estaba pasando bien.
Miré a Mon, y ella estaba muy a gusto hablando con Alan. Me alegraba que encontrara un amigo, a eso venía, y lo había logrado. Me sentía feliz por ella.
—Hola —llegó Alfredo.
—Hola —le respondió Dominik, ya que los otros dos estaban muy centrados en su plática.
—¿No han visto a Ángel? —dejó dos tragos frente a mí y a Mon.
—No, debe estar con alguna chica.
—No creo, él dejó eso hace mucho.
—Claro, eso ni tú te lo crees.
—Me preocupa, eh —los miré curiosos. ¿De quién hablaban?
—Bueno, pues ves que esta semana no ha estado del todo bien con su familia, así que...
—Sí, pero aun así, él nunca se pierde una fiesta, y menos si se trata de conocer a personas nuevas... tú me entiendes.
—¿Esperan a alguien? —dije para tratar de hacer algo porque me estaba aburriendo, y la curiosidad me mataba.
—Un amigo... —me dijo Alfredo sin ni siquiera verme.
—Es su mejor amigo. Es por eso que está muy preocupado por él. No suele desaparecer así de la nada, y nos preocupa porque está teniendo muchos problemas con su padre. La verdad no sabemos cómo la esté pasando.
—Aun así, aunque tenga muchos problemas, no suele dejarme plantado. Siempre me avisa si algo va mal.
Editado: 13.10.2024