Más Que Sueños

Capítulo 27

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Ángel.

—No sé qué hacer —le dije a Alfredo, que estaba a mi lado en la biblioteca.

—¿De qué? —me miró, pues él estaba jugando con una pelota pequeña.

—Ashly —suspiré—, ayer traté de acercarme, pero me trató horrible.

—Ya aléjate de ella, hermano, es tiempo perdido.

—¿Qué pasa con Ashly? —dijo Dominik algo confundido.

—¿No sabes? Esa chica es la ex de Ángel, la que lo dejó destrozado.

—¿En verdad?

—Sí, fue mi primera novia en la primaria.

—No sabía eso...

—Ahora lo sabes.

—Y por qué estás así, no entiendo.

—Es lo mismo que me pregunté yo, Niki. No entiendo por qué quiere regresar con esa chica.

—Esa chica era tu amiga, Freddy —le dijo Dominik—. ¿Por qué lo quieres hacer, Ángel?

—No sé si quisiera regresar con ella, solo quiero volver a ser su amigo, pues antes de ser novios teníamos una amistad muy linda, podría ser igual o mejor.

—O peor —lo miré mal.

—Pero no sé por qué comenzó a alejarme y hablarme fatal. Me pareció verla llorar, pero no sé —miré mis manos.

—Deberías preguntarle a Mon. —Lo miré—. Hace unos días hablé con ella, y al parecer Mon le dijo unas cuantas cosas.

—¿Qué cosas pudo haberle dicho Mon? No entiendo.

—No me quiso decir, Ash, pero por eso te digo.

Lo miré algo confundido. Mon pudo haberle dicho algo... ella la odiaba antes, pero no sabía que era mi ex... o al menos yo no se lo dije. Estaba seguro de que Alfredo tenía algo que ver con esto, pero no podía culparlo, no ahora, mejor debía hablar con ella.

—Iré al baño, no tardo.

—Okay —me dijeron ambos y me levanté.

Entré a mi habitación y le hablé a Mon por teléfono; ella me atendió la llamada luego, luego.

—Mon, creo que debemos hablar.

—¿Ah? ¿Por?

—Es algo privado, ¿crees que puedas venir a mi casa a las 7?

—Okay... entiendo, pero ¿por qué...

—Solo quiero hablar contigo, llega puntual, por favor; ahorita iré a ver lo del equipo de fútbol, así que si llego tarde, me esperas, ya sabes cómo entrar.

—Okay, está bien.

Entré nuevamente a la biblioteca y vi a Ashly en una mesa con la profesora de inglés; al parecer, la estaba regañando, pues estos días ha estado algo distraída.

Creo que ya había encontrado otro motivo para poder acercarme a ella. Tal vez que me explicara, no funcionó, pero podía ayudarla; siempre le había fallado el inglés y ahora mismo yo iba muy bien, así que podría apoyarla.

Una sonrisa de victoria se formó en mi rostro; sabía que a ella le importaba mucho salir bien en la escuela, así que no pienso que se niegue a mi propuesta.

Quería acercarme a ella ahora mismo que la profesora se había ido de ese lugar. La miraba frustrada; quería apoyarla, pero algo en mí me lo impedía. La voz de Alfredo daba vueltas en mi cabeza: "de aquí a cuando te importa tanto aquella chica que te rompió el corazón". La respuesta no la sabía, y era algo que me volvía loco; cuando la volví a ver, sentí una sensación muy bonita, que solo sentía a su lado.

Hace mucho no me sentía así, y supongo que quería volver a sentirlo; por eso mismo me quería acercar a ella, pero no podía hacer mucho por estar cerca de ella. Me evitaba demasiado y me había dejado claro que no quería ni verme.

Decidí acercarme, pero fue demasiado tarde, pues un chico se sentó frente a ella; al verlo, me sentí extraño. Decidí ir con mis amigos, y para mi suerte, tenía una gran vista para estar observando aquella escena. No se movía el idiota este, y ella parecía que no le molestaba su presencia; eso hizo que me molestara más. Maldición, hacía años que no sentía estos celos.

—Iremos a entrenar; recuerda que tienes la prueba.

—Sí, yo, ahorita los alcanzo.

—¿Qué?

—Sí, hablaré con un profesor que tiene duda de un tema; no tardo.

—Va, nos vemos en un rato, hermano.

Esperé a que se fueran de la biblioteca y me acerqué rápidamente a donde estaba Ashly.

—Hola, ¿puedo sentarme? —me miró—, y yo solo tragué saliva, algo nervioso; no quería que me bateara otra vez.

—Claro —dijo volviendo a mirar su libro; al parecer, no era un cuaderno—. Ya te dije que no te ayudaré a estudiar, si es eso, adiós.

—No es eso; estaba pensando que podríamos hacer un trato.

—¿Trato? Por favor, Ángel, no me hagas decírtelo de una manera horrible.

—¿Qué cosa me dirías?

—Que no quiero saber nada de ti; ¿lo entiendes? Eres mi pasado y así quiero que siga siendo.

—Es algo difícil; estudiamos en el mismo campus.




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