Más Que Sueños

Capítulo 31

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Ángel.

No podía creer que Ashly me haya dicho eso. Tantos años, y de verdad creí que nuestra relación era muy hermosa. Pero ahora me entero de que no fue así. Me dolía, claramente. No es muy buena noticia que la chica a la cual quisiste con todo tu corazón te venga a decir que se ligaba a otros mientras andaba contigo. No era algo bueno de descubrir.

Al salir de las canchas de fútbol, me fui a casa, a mi estúpida casa que estaba sola. Odiaba estar aquí, me sentía tan solo, pero prefería estar aquí que con el idiota de mi padre, la verdad.

Llegué a mi habitación y comencé a llorar como nunca. No podía imaginar a Ashly estando con otros. Siempre creí que tenía ojos únicamente para mí, como yo los tenía para ella. Literalmente, rechazaba a muchas personas por ella. Y de tan solo pensar que no lo hizo ella por mí.

Me tuve que levantar porque el timbre no dejaba de sonar. Algo cansado fui y abrí la puerta; era Mon. La verdad es que no quería ni siquiera verla.

—¿Estás bien? ¿Has llorado?

—No —sin que le dijera nada, ella sola entró y yo solo me limité a cerrar la puerta.

—¿Qué pasó?

—Nada...

—Vamos, Ángel, dime.

Ella era mi mejor amiga; supongo que podía contarle cualquier cosa que me pasara.

—He descubierto algo...

—¿Algo?

—Sobre Ashly.

Al final, terminé contándole todo sobre lo que pasó con Ashly, y más de una vez, al recordar muchas cosas del pasado, se me salieron unas cuantas lágrimas.

—¿De verdad quieres intentar algo con ella?

—Ya no sé. No sé quién es, Mon, con lo que me dijo...

—¿Y sabes por qué lo hizo?

—No... pero ¿qué importa eso?

—Debiste preguntarle, quizás había una razón.

—¿Para qué?

—No lo sé, simplemente creo que es lo mejor... nunca lloraste por nadie.

—Pero para qué sigo hablando con ella, Mon...

—Porque quiero seguir siendo su amiga, y no puedo hacerlo si están ustedes dos mal. Sabes que para mí eres muy importante.

—Pero no creo que...

—Sí, Ángel. Si hablas con ella y la escuchas, seguro que la llegas a entender. Solo quiero que no se odien para ser amiga de ambos.

—Tú puedes ser amiga de los dos, solo no estaremos juntos...

—Por eso mismo, Ángel, no quiero andar eligiendo entre ambos. Quisiera llegar a salir con los dos al mismo tiempo.

—No te entiendo, Mon, primero te alejaste de ella por mí, ahora quieres que nos hablemos...

—Lo sé, tal vez suene contradictorio, pero en verdad quiero ser amiga de los dos, pues nunca tuve una amiga como ella. Después de nuestra charla, hablé con ella. Por eso te pido que no te enojes y a lo mejor tiene una explicación.

—Bien, hablaré con ella, pero no prometo que seamos amigos.

—Con que lo intentes, está bien. Ahora deja de llorar y piénsalo.

Asentí y ella me dio un beso en mi mejilla para irse de la casa. Otra vez estaba sola.

No sé si lo mejor será volver a hablar con Ashly. Pues como sea, me desilusionó mucho enterarme de eso, porque si me vuelvo a acercar a ella, no sería para una amistad. Pero creo que será lo mejor para ambos. Bueno, la verdad, lo mejor sería alejarnos, pero no es una de las mejores opciones.

Después de un rato, pensé bien, y si debo de hablar con Ashly, si tiene una buena razón por la cual deba perdonarle esa estupidez que hizo, lo haré. Como dijo Mon, nunca había llorado por una chica, más que con ella hace unos años. Y jamás volví a hacerlo hasta ahora.

No sé qué es lo que me hizo para actuar así.

Iba camino al área de natación; sabía que ella estaba dando las últimas pruebas para el equipo. Y si quedaba, podría estar más tiempo con ella. Pero eso no era el plan. En realidad, ahora haría la prueba y hablaría con ella a solas.

Ya no había nadie en la alberca, ni siquiera ella. Pude ver que en la pequeña oficina estaba encendida la luz. Me acerqué, y ella estaba de espaldas, acomodando su mochila. Suspiré antes de hablarle.

¿De aquí a cuándo Ángel se ponía nervioso por hablarle a una chica? Hasta ahora, claramente.

—¿Aún puedo hacer las pruebas? —ella volteó a verme.

—Lo siento, pero ya se acabó el tiempo.

—¿No podrías hacer una pequeña excepción?

—Si no mal recuerdo, ya estás en un equipo, que es el de fútbol. No puedes estar en dos.

—Bueno, pues creo que si me quedo en este equipo, podría salirme del otro.

—No está bien eso.

—Anda, hazme la prueba.

—No, ya terminó el horario de clase. Debo irme.

—Sabes, yo puedo usar la alberca el tiempo que quiera.

—Lo sé, pero no con la profesora. Así que adiós.




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