Más que suficiente

6. La suegra

𝓑𝓵𝓪𝓲𝓻

─¿Estás bien? ¿Te lastimaste? ¿Sientes dolor en alguna parte del cuerpo?

Volteo los ojos.

─Tu prometida esta en la ambulancia.

─Oh, Blair─me abraza. Me quedo congelada. ¿Por qué me abraza? Son muchas preguntas.

─Basta, Keenan. Kaitlyn esta a unos pasos de nosotros.

No nos puede ver pero es mejor evitar.

─¿Cómo pasó? ─cuestiona ─¿Quién venía al volante?

─Kaitlyn ─digo la verdad ─Estaba pasado de copas, no me quiso permitir conducir.

─Maldita sea, sabía que iba a causar problemas ─se pasa la mano por el cabello ─Hablaré con ella.

Me deja sola al verificar que efectivamente estoy bien, solo un poco mareada y asustada por el golpe del auto pero no estoy herida a profundidad.

Los veo hablar, Keenan le dice algo y ella le responde molesta, aún no se le baja el alcohol y así los paramédicos no la pueden atender bien. Primero debe bajar todo el alcohol que esta en su cuerpo.

Él señala hacia mí y ella bufa algo, para ser sincera no quiero que discutan por mi culpa. La deja hablando sola y viene de nuevo hacia mí.

─Te llevaré a casa.

─Pero ¿Y Kaitlyn, piensas dejarla aquí sola? ¿Qué clase de prometido eres?

─Un chófer vendrá por ella en cinco minutos.

─Yo puedo irme caminando ¿Sabes? Mi casa no queda lejos de aquí, lleva a Kaitlyn. Es tu novia, al menos finge que te interesa como esta ella.

Mis palabras le calan, me acerco a mi amiga para decirle que la visitaré mañana.

─Me voy, hablamos luego ¿okey?

─Lo siento, Blair. Nunca me perdonaría si por mi culpa te pasa algo.

─Está bien, fue un accidente.

─Qué pude haber evitado si te hubiese escuchado.

─Lo importante es que estamos bien y no pasó a mayores ¿bien? Descansa, mañana hablaremos con más calma.

La abrazo y me despido de ella.

Tal como dije, mi casa no queda muy lejos, al llegar encuentro todavía a Winona viendo una película y comiendo palomitas de maíz. Negó mi invitación a ir a tomar algo porque dice que esos lugares extraen sus buenas energías.

Esta un poco chiflada.

─¿Qué mierda te pasó? Te ves terrible ─se ríe.

─Kaitlyn chocó el auto donde veníamos.

─Ah, mira… ni siquiera es buena conductora.

─Venía borracha.

─Además es alcohólica. ─me ofrece palomitas ─¿El príncipe guapo fue por tu rescate?

─No tiene por qué, él y yo no somos nada.

─Le interesas, Blair. ¿Por qué no te das cuenta?

Ya estoy cansada de que me hablen de él, parece que me lo quieren poner hasta en la sopa, carajo.

─¿No sabes que esta comprometido? ¿Me crees capaz de quitarle el novio a mi amiga? Es que ni siquiera lo puedo imaginar, ¿qué clase de amiga hace eso? Lo único que quiero es mantenerme alejada de él, pero no colabora.

─Y no lo hará porque te quiere a ti, le gustas tú.

─Sí, pero yo no voy a perder a mi amiga por un hombre.

─¿Y ella haría lo mismo por ti? Después de todo, quién es la tercera en discordia es ella ¿no crees? Tu y Keenan se conocían desde antes, así que no es válido lo que dices.

─Me voy a duchar.

Ha sido suficiente por este día.

Quiero recostar mi cabeza en la almohada y no saber nada de nadie.

━━━━━━•••••━━━━━━

─Hola, jefe.

─Ya te dije que no me digas jefe.

─Bueno, hola Vance ¿cómo estás?

─Bien, ¿qué haces?

─Esperando a los clientes del departamento, ya se tardaron un buen. ¿seguro que si vienen?

─Ellos me dijeron que sí.

─Vale, llegó un auto, te marcó después.

Vance es más que mi jefe, es como mi amigo. Tiene treinta y cinco años y está soltero, anteriormente parecía interesado en mí pero luego ya no.

La pareja que baja del automóvil me pone nerviosa, por lo que se ve, son de gustos finos, por eso fui muy cuidadosa con escoger el departamento que les voy a mostrar. Espero que sea de su agrado.

─Hola, lamento tanto la tardanza.

Ella usa gafas oscuras y él… su energía se siente muy pesada.

─Hola, está bien, no hace mucho que llegué. ─miento. Si cierro este contrato, tendré una buena ganancia. ─¿Entramos?

─Por supuesto, estoy emocionada.

─Cómo pueden ver, es un condominio seguro, hay guardia las veinticuatro horas del día, sistema de seguridad que graba todo el tiempo.

─Me gusta…

─El departamento es el más buscado de la zona, el lugar aumenta su valor, tiene tres habitaciones, una cocina espaciosa, cuatro baños, un bar y una sala encantadora.

─Bien, me gusta el bar ─les muestro cada rincón de la casa hasta que queden satisfechos. Cruzo los dedos tras mi espalda para que digan que sí, a él le entra una llamada y se disculpa para ir a contestar.

─¿Y qué le parece? ─Le digo. ─Es hermoso ¿no? Si yo tuviera el capital, este lugar ya sería mío.

─Es lindo…─siento que me observa bajo sus gafas. ─Creo que lo tomaremos.

El señor regresa y habla con ella.

─Era tu hermano, quiere que vayamos a cenar esta noche con él y la familia de su prometida.

─Ah, no me apetece.

─Le dije que sí.

Yo sigo esperando una respuesta, no deseo interrumpir su charla pero tengo qué.

─¿Los dejo un momento a solas?

─No, no está bien. Tomaremos el departamento ¿Cuándo puede estar disponible para mudarnos?

─Oh, en cuestión de una semana.

─Bien, haremos el depósito hoy mismo.

─Pues felicidades, no se van a arrepentir señores…─veo en mi libreta el apellido de ellos. ¿Kavanagh? Me recuerda a alguien pero no doy a quién. ─Los veré aquí el próximo fin de semana para hacerle entrega de las llaves.

Se despiden de mí y cuando ella voltea veo un moretón en su brazo.

Eso fue muy rápido, ojalá todo mi trabajo fuera así. Me ahorraría muchos dolores de cabeza. Guardo mis cosas y salgo del departamento, hay un auto azul atravesando el mío, no puedo salir a menos que ese auto se mueca.

─Lindo departamento.

Mierda, me dará un infarto.

─¿De dónde carajos saliste? ─escupo.




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