Más que suficiente

18. Ir a casa

𝓑𝓵𝓪𝓲𝓻

Al menos he avanzando en algo. Es decir que Keenan ya sabe lo que siempre debió saber. Habré tomado una buena decisión, no lo sé.En este preciso momento está cargando a nuestra hija. Es extraño decir esto porque lo desee muchísimo tiempo, lo cual es irónico porque yo misma lo aleje de mí y de la bebé.

─No creo que sea una buena idea.

─¿Por qué no? Es mi hija, tú misma lo dijiste. Y quiero pasar tiempo con ella, el tiempo que tu me alejaste.

─Lo sé, Keenan.

─Entonces, espero que no pienses alejarme de nuevo.

─No podemos irnos a vivir contigo.

─Esto lo hago por mi hija, no por ti ni por nadie.

─Tampoco tienes que ser tan cruel.

─¿Cruel? ─se ríe. ─Cruel fue lo que hiciste tú. Esconderme a mi hija, no hablarme de ella, irte todo este tiempo solo para hacerme sentir mal.

─¿Hacerte sentir mal? Yo lo hice porque temía por mi vida y la de mi bebé. Además, Kaitlyn estaba muy dolida conmigo. Podría intentar cualquier cosa contra mi hija.

─Puedes estar tranquila que nada de eso pasará.

─Keenan, no es necesario que nos vayamos contigo. Todo es precipitado, no puede ser así ─digo intentando calmarlo.

─¿Te parece poco el tiempo que no he tenido con mi hija?

─No, te entiendo perfectamente pero no puedes hacer esto. Piensa, Keenan. Es precipitado.

─Deja de decir esa palabra.

─La diré cuantas veces sea necesario. No está bien.

─Elige tu, sabes si vienes conmigo o me llevo solo a la bebé pero por nada del mundo me volveré a alejar de ella. ¿Entendido?

─Keenan….

─Seré sincero, Blair. Fuiste una hija de perra al guardar esto para ti sola, fuiste egoísta en pensar en solo lo que tu querías. Ahora es mi turno de hacer las cosas.

Wow, eso me deja asombrada.

─No tienes por qué ser tan cruel.

─Es lo que mereces. Haz las maletas de la bebé…o mejor no, compraré todo para ella. Mi hija se merece lo mejor.

Fue cruel y no pienso discutirlo con nadie. Si, a lo mejor soy culpable por lo que hice, pero no tiene el derecho de ser tan hiriente con sus palabras.

─¿Y qué se supone que haremos en tu departamento? La niña está mejor aquí, es una casa. No un departamento.

─No importa, Blair. Es lo suficientemente grande. A Genevieve no le hará falta nada allá.

─Esto es una de las principales razones del por qué no quería decirte sobre mi hija. Porque mi intuición no fallaba, sabía que ibas a querer hacer lo que te viniera en gana ─escupo.

No quiero causar una disputa enfrente de la bebé, mamá dice que entienden todo y después crecen con sentimiento.

Pero Keenan no me está dejando más opción.

─Hiciste lo que quisiste, no porque ninguna intuición de mierda te dijera algo.

─Dame a la bebé.

─Ella se va conmigo ─espeta llevándola al auto junto con él.

Quizá no me equivocaba del todo al no decirle. No recordaba lo tóxico y manipulador que puede llegar a ser cuando se le da la gana.

Cojo mi bolso y voy tras él. Espero que cuando se le pase el enojo podamos entablar una conversación de adultos civilizados. No dejarnos llevar por nuestro orgullo.

Me voy en los asientos de atrás con la bebé, noto como observa por el espejo retrovisor hacia nosotras. ¿Le extraña que vayamos aquí? Acaba de amenazar con mi hija y cree que no haré todo por ella, está super equivocado.

─Dime lo que necesitas para la niña.

─Sí me dejarás traer sus cosas….

─Soy su papá, ¿no? Le compraré todo lo que le haga falta. Así sea de lo más mínimo a lo más grande.

─¿Y piensas ir tú mismo a comprarle? ─me burlo.

─No, iremos juntos mientras alguien más la cuida.

─No voy a dejar a Genevieve con una desconocida ─la bebé sonríe como si reconociera que es su nombre.

─Estará con mi mamá.

─Keenan, estás pasando la raya.

─No, Blair. Tu fuiste quien pasó la raya.

Llegamos a casa de sus padres, su madre ya nos espera afuera con Brígida. Ella debe saber todo.

─Mamá, puedes cuidar a la bebé un momento. Blair y yo necesitamos salir a comprar unas cosas ─su mamá ya lo sabe todo, por la cara de Brígida pienso que sí.

─Está bien, yo la cuido. Keenan, no seas duro por favor, hijo.

No la escucha y me regresa al auto.

Este comportamiento es tan similar a cuando éramos novios. Quería hacer todo lo que él quería, le valía madres lo que yo dijera.

─¿Qué se supone que estás haciendo? Entiendo que estés molesto pero no es para tanto. Te dije lo que debía decir en el momento que se nos dio.

─Por una maldita vez cállate la boca. Te juro que estoy tan molesto contigo ─aprieta el volante ─Creí que me había equivocado al pensar diferente de ti, pero veo que no es así.

─Ibas a casarte.

─¿Hasta cuando usaras eso como excusa? Llevas diciendo lo mismo todo este tiempo, sé sincera, Blair. No me amabas, no me amas y nunca me amaras.

─Claro que te amaba ─replicó convencida de que es así. ─Sí no te dije lo de la bebé fue por temor. Ni siquiera yo misma sabía si deseaba tenerla. Luego, cuando pensé en decírtelo tu ya no estabas.

─Esas son excusas…

─No lo son, Keenan.

Llegamos a las tiendas de lujo, porque obvio Keenan no va a comprar nada barato para su hija.

Ni siquiera necesita nada de esto pero no le puedo quitar el impulso.

─Toma todo lo que necesites.

Él solo camina a mi lado y pregunta por alguna que otra cosa pero yo tomo lo que necesito. Al final, los de la tienda dicen que mandaran todo en una hora para el departamento.

Pero como la suerte o todo mundo, no sabría decir qué exactamente, me odia. Nos topamos con la grata Kaitlyn y su prima, la cual al vernos blanquea los ojos y se aleja dejando sola a su prima querida.

─Oh, mira nada más. La pareja del año.

─Sí, si, Kaitlyn. Ya te vimos ─murmura Keenan.

─Supongo que ya sabes lo de tu hija.

─¿Y tú cómo lo sabes? ─interroga Keenan.

─Blair me lo dijo ─sonríe.




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