Más que suficiente

23. Orgullosa

𝓑𝓵𝓪𝓲𝓻

─¡No quiero!

Genevieve sale corriendo a encerrarse en su habitación, no le puede poner seguro a la puerta porque no tiene pero sabe donde esconderse cuando debo darle sus medicinas.

Voy a buscarla donde siempre esta pero no la encuentro, ya habrá encontrado otro escondite.

─¿Cariño?

No responde, esto pasa cada vez que se enferma.

─No quiero medicina, mamá.

─Tienes que tomarla, bebé ─le digo. Sale del armario, no se me había ocurrido buscar ahí. Ella cabe muy bien porque es pequeña. ─¿Un poco?

─Pero me prometes un helado.

─Vale, trato hecho.

Abre su boquita y le doy la medicina que me receto el pediatra. No es nada grave, solo un resfriado porque el otro día estuvo con su papá hasta muy noche afuera.

─Muy bien, cariño. Te prometo hacerte helado de aguacate ¿vale?

Sonríe feliz y se va a jugar a la sala.

Keenan dijo que venía hoy por ella para llevarla donde sus papás.

Yo tengo una cita con mis amigas, más bien es una fiesta para una de ellas que está embarazada.

Espero paciente que su padre venga por ella, a mi hija le encanta pasar tiempo con él, lo ama demasiado. Quizá no me ama tanto como a él.

Tocan a la puerta y ella va abrir, la dejo hacerlo porque ya sé que es su papá y no nadie desconocido. En cuanto lo ve hace saltos de felicidad y este la carga con todo el amor del mundo.

─¿Cómo está mi princesa?

─Esperándote ─se recuesta en su cuello ─¿Vamos a jugar hoy?

─Sí, cariño. Donde mi consentida quiera jugar. ─a ella le encanta escuchar eso. Sabe que puede manipular a su antojo a su papá.

─La puedes traer temprano, por favor. Sigue con resfriado y no quiero que empeore, y no olvides ponerle el suéter en cuanto la noche llegue.

─Está bien, no te preocupes. Yo me ocupo de ella.

Coge las cosas de mi bebé, me despido de ella y se van.

Keenan y yo nunca pudimos arreglar las cosas de aquella tarde. Acepto que fue por mi culpa, mi error, yo hice que todo esto terminara tan mal, y no tiene idea de cuanto me arrepiento. P

No hemos vuelto a hablar del tema, toda nuestra comunicación es por nuestra hija. No sé mucho de la vida de él porque casi siempre que intento hablar o sacarle algún tema, me esquiva. Lo cual quiere decir que sigue molesto conmigo por algo que pase hace tres años.

Sí, ya ha pasado mucho tiempo para que continúe en ese plan, pero tampoco soy quien para exigirle nada. Todo su compromiso no es conmigo, es con la niña y con ella es muy responsable, no puedo decir que es un mal papá porque no lo es. Genevieve lo adora, lo ama, es la luz de sus ojos y viceversa.

Me cambio de ropa y cojo todo lo que voy a llevar a la reunión.

Cojo las llaves de mi auto y salgo de casa, ya no vivo con Winona, no quise seguir invadiendo su privacidad y también yo no quería causar molestias porque no es fácil tener niños en casa. Después de eso ella se llevó a vivir a su novio, de hecho la reunión es con ella y Brígida. Esta última está embarazada, después de muchos intentos fallidos ella y mi hermano lograron traer una pequeña vida al mundo. Bueno, todavía no nace pero ya tiene siete meses y hoy vamos a saber su género. Winona se encargó de comprar el detalle con el color rosa o azul.

Conduzco hacia el restaurante, creo que soy la primera en llegar. Mientras espero a las chicas reviso unas fotos en mi página, Kaitlyn ha subido una nueva foto después de años que no subía nada. Esta feliz mostrando un anillo de compromiso y hay un chico a su lado. ¿Se comprometió? recuerdo que estaba saliendo con el doctor de la clínica pero parece que ya cambió de novio. No tengo idea dónde está, pero se ve feliz… quizá sí tenía razón y la mala amiga era yo.

A ella le ha ido muy bien y a mi pues tengo salud y vivo tranquila con mi hija. Pero en el amor… de eso no puedo decir lo mismo, no he conocido a nadie que me haga sentir viva de nuevo y tampoco puedo lograr dejar de querer a Keenan, a lo mejor y es mi castigo, vivir así el resto de mi vida por haber cometido un error.

─¡Hola!

Winona es la segunda en presentarse.

─¿Cómo estás?

─Muy bien y tú? Todo tranquilo en mi vida… por cierto ¿Dónde está Genevieve?

─Está con su papá, no quise traerla porque no es algo para niños.

─No tiene nada de malo, solo vamos a comer algo y descubrir el sexo del bebé de Brigida.

─No entiendo por qué no quiso que su familia estuviera presente. ─a pocas ganas acepto que mi hermano estuviera.

─No lo sé, sinceramente. Ella es rara.

A lo lejos veo una chica pelirroja venir hacia acá, trae gafas y su bonito y bien trabajado cuerpo con un vestido de maternidad en color celeste.

─¿Es niña o niño? Dímelo antes de que entre.

─No puedo, es sorpresa.

─Mala amiga.

Se carcajea antes de que Brígida entre y nos salude.

━━━━━━•••••━━━━━━

─¿Se portó bien?

─Siempre se porta bien, Blair.

─En la mañana no quería tomar su medicina.

─Es normal, eso no significa que no se porte bien. Genevieve es una niña muy lista ─murmura dejándola en su cama.

Seguramente viene cansada de jugar.

─¿Y tú cómo estás?

─Bien, tengo que irme. Dile que vengo mañana por ella.

─Keenan…─Lo detengo antes de que se vaya ─¿Cuándo vas a quitarme la ley del hielo?

─No sé de qué hablas, Blair.

─¿No? Te diriges a mí con pesar, parece que hablas conmigo porque no tienes más opción, entiendo que cometí un error pero ya es tiempo que me lo quites ¿no? ¿Hasta cuándo piensas tenerme castigada?

─No te tengo castigada, esto fue lo que tu querías que pasara. Pensé que había quedado claro.

─No soporto tu indiferencia.

─Lo lamento, Blair.

Sale de mi casa antes de que pueda decir algo más.

Eso es lo que hace siempre, huir.

《como tú 》

La mañana siguiente hace un bonito sol para salir al parque con mi hija, la baño y pongo bonita para tomarle algunas fotos. Ya casi cumple cuatro años y quiero tener muchos recuerdos de esta etapa tan efímera pero que siempre se queda en nuestros corazones para siempre.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.