24. ¿Un plan mejor?

𝓑𝓵𝓪𝓲𝓻

─¡Mamá!

─No grites, Genevieve. Es solo una araña.

─Date prisa, que se mueve rápido. No quiero que salte sobre mí.

Exagerada como su papá.

─No te hará daño, tranquila.

─¿Segura? Papá dice que los insectos son malos.

─La araña no es un insecto, son arácnidos.

─Qué fea palabra, al igual que la araña ─dice ─¿Quieres ayuda? Mamá.

Suficiente ayuda con sus gritos.

─No, cielo. Tranquila, yo lo hago.

Con ayuda de una hoja y un vaso de papel meto a la araña en el interior y me muevo rápido hacia afuera. La casa tiene un pequeño jardín, aquí estará bien, supongo.

No puedo dejarla dentro de la casa porque no quiero tela de araña, no porque sea mala sino porque tiene muy mal aspecto. Y segunda, porque a Genevieve le dan pánico las arañas.

─Genial, ahora tendré que cuidarme de ella en el jardín.

─Se irá.

─¿Hacia dónde? El jardín está cerrado, mamá.

─Gene, ya no hagas más preguntas y ve a hacer tu tarea. Tu papá viene pronto y no quiero problemas, además si no terminas no pienso darte postre.

─Okey, pero que conste que no es mi culpa.

Desde que sabe comunicarse esa niña no se deja de nadie, es un enorme dolor de cabeza pero la amo con todo mi corazón.

Dentro de poco llega su papá, pasa los fines de semana con él. Sí, Keenan y yo somos amigos ahora. No nos llevamos mal, hemos mejorado nuestra comunicación por amor a nuestra hija y no nos va nada mal.

Genevieve tiene casi seis años. Es una niña sana, lista, amorosa, consentida por su papá y por mi, amada por todos los que la rodeamos. A veces me pregunto qué hubiera pasado si no pasaba lo que pasó, es decir, un desliz entre Keenan y yo aquella noche. Eso fue algo que nos unió para siempre.

Lo extraño es que ni Keenan ni yo tenemos pareja, creo que muy en el fondo seguimos amándonos pero no somos capaces de decirnos eso porque nuestro orgullo es más grande y ninguno de los dos quiere dar su brazo a torcer. O tal vez solo yo en mi cabeza piensa eso.

Aunque no he conocido a ninguna mujer interesada en Keenan, él no me ha dicho nada sobre querer a alguien o tener algún gusto por alguien, así que me deja en duda eso.

Escucho que alguien entra a la casa, es él.

Abandono el jardín y voy a hablar con él, voy a salir a tomar algo este fin de semana. Necesito urgentemente despejar mi mente.

─Hola.

─Hola, ¿esta lista la niña?

─Sí, te estaba esperando. ─le digo.

─¿Tienes algún plan para mañana? Por si Gene quiere regresar antes a casa.

─Sí, de hecho saldré a tomarme una copa.

─Okey, avísame si pasa algo.

Mi hija sale de la habitación con su mochila.

─¿Por qué mamá no viene con nosotros? la vamos a pasar bien.

─No, cariño. Prefiero quedarme en casa, otro día voy con ustedes ¿vale? Pórtate bien.

─¿Papá tiene algún problema con que vengas?

─No, yo no tengo ningún problema ─dice rápido ─. Es tu madre la que no quiere ir.

─Vayan ustedes dos.

─¿Estan enojados? Vale, siempre están enojados ¿por qué no pueden llevarse bien?

─No estamos enojados, hija. Nunca lo hemos estado, todo está bien con nosotros. El hecho de que tu madre y yo no…

─No mientas, papá. Escuche a mamá decirte que no quería seguir de esa forma.

Genevieve no entendió a lo que me refería.

─¿Por qué no pueden ser como unos papás normales?

Se va a encerrar a su habitación, nunca pensamos que esta escena iba a llegar tan pronto. Keenan y yo nos miramos la cara sin saber qué decirnos, ninguno sabe cómo reaccionar porque no hemos tenido hijos antes y esto es completamente nuevo para ambos.

─Lo siento, Blair.

─¿Qué cosa?

─Siento que nuestra hija tenga que presenciar esto entre nosotros.

─Tiene que acostumbrarse. No somos una familia perfecta, pero somos sus papás y la amamos, eso es lo único que debería importarle.

─Creo que ella quiere una familia funcional, no tener que pasar los fines de semana con su papá porque están separados. Tiene derecho a crecer en un ambiente tranquilo, no ajetreo.

─Tienes razón, ¿qué propones? No podemos hacer mucho para solucionar ese pequeño detalle.

Su respuesta vino rápido, pero creo que era algo que no me esperaba para nada.