Más que tú

Capítulo VIII

Jonah

—No entiendo por qué a ti sí te dejaron ayudarles el fin de semana y a mí no —Murmuro fijando mi vista por la ventana del autobús.

—Porque quieren que te enfoques en la escuela —Responde James, cruzándose de brazos para darse calor—. En serio, este es el momento en que más atención tienes que poner.

Tiene razón, claro. Pero eso no evita que me sienta mal por dentro. Me molesta sentirme inútil mientras mis padres se parten el alma en la cafetería. Cada vez que intento ayudar, me frenan con ese “no” suave y cariñoso. Y lo entiendo, supongo. Después de todo, mis profesores siempre decían que yo no servía para estudiar.

Entrar a la universidad fue un milagro, uno de esos que todavía no termino de creerme. Pero hay días en que siento que no aporto nada y eso no me gusta.

—Tú también deberías poner atención —Le digo, alzando una ceja—. Estás a un año de graduarte.

—Sí, pero yo tengo más tiempo. No estoy inscrito en un taller —contesta con una sonrisa de esas que dan ganas de darle un zape.

—¿Y tus clases de taekwondo?
—Decidí que lo mejor era dejarlo, tal vez el deporte no sea para mí. —Me dedica una sonrisa débil. —Pero tú sí tienes un taller al que asisitir.

—No te hagas, me obligaste tú. Si estoy ahí es por presión social —Digo, fingiendo indignación.

James suelta una risa tranquila.

—Vamos, admítelo. Te gusta la fotografía. Tienes talento —Me da un empujón con el hombro.

—No exageres —Respondo, aunque la sonrisa se me escapa.

—Desde niño te encantaba eso. No mientas.

Me río. Lo peor es que tiene razón. Siempre me ha fascinado capturar cosas con una cámara. Tal vez James lo dice porque él es un completo desastre con las fotos. Cada vez que le pedimos una, o sale desenfocada o termina fotografiando el suelo.

Por eso soy el fotógrafo oficial de la familia. Me encanta serlo. Y quizá por eso me emocionó tanto la tarea del taller: capturar lo cotidiano y demostrar que también puede ser hermoso.

Pensé que iba a ser un reto, pero con Margaret todo fluyó desde el primer mensaje. Ella responde rápido, tiene un humor ligero, y se ríe de mis chistes malos como si fueran buenos. No hablamos de nada profundo, pero bastó eso para que todo se sintiera natural. Cómodo.

—Sí, bueno, seguiré hablando solo —Dice James con fingido dramatismo, sacándome de mis pensamientos. Me disculpo rápido, pero él no lo deja pasar y actúa todo el trayecto como si estuviera herido sentimentalmente.

Digo “actúa” porque su interpretación es pésima. Creo que es la segunda cosa que le sale mal.

Cuando llegamos a la universidad me despido rápido y voy directo a mi salón. Hoy tengo exposición con Karl sobre la historia del arte. Agradezco tenerlo como compañero: sabe expresarse con claridad, lo que siempre nos ayuda en los trabajos en equipo. Y por lo visto eso también ha hecho que algunas compañeras se fijen en él. Las veo mirarlo con atención, sobre todo cuando se quita las gafas para limpiarlas. Incluso alguna maestra sonríe más de lo normal cuando él habla, lo cual es algo raro considerando que nos triplican la edad.

Entro al salón y lo veo saludarme alegremente. Me siento junto a él antes de que alguien más ocupe mi lugar. La clase pasa rápido y la exposición nos sale bien.

Cuando terminamos, todavía nos queda una hora libre, así que decidimos salir del edificio para despejarnos. Caminamos hasta el área verde más cercana y, para mi suerte o desgracia, nos encontramos con Margaret y sus amigos sentados en el pasto.

Por alguna razón, sus amigos me intimidan un poco, así que estoy a punto de decirle a Karl que mejor regresemos al salón, pero los ojos marrones de Margaret se cruzan con los míos y, en cuanto sonríe y me saluda agitando la mano, ya no hay escapatoria.

Me tenso al notar las miradas de su grupo sobre mí, pero le devuelvo el saludo tratando de parecer relajado.

—¿Así que sabías que ella estaba aquí? —Pregunta Karl con una sonrisa burlona.

Siento que las mejillas me arden y niego rápido.

Entonces, los amigos de Margaret nos hacen señas para que nos acerquemos.

Perfecto. Lo que faltaba. Trago saliva y camino junto a Karl hasta donde están.

—¿Entonces tú eres el famoso hermano de James? —Pregunta el chico de cabello naranja en cuanto llegamos.

—¿Qué estás estudiando? —Añade el moreno de cabello azul.

—¿Cuántos años tienes? —Remata la chica de rizos rosados, a quien recuerdo haber atendido en la cafetería.

Por un segundo creo que van a sacar una libreta para anotar mis respuestas, pero no ocurre, así que me aclaro la garganta.

—Eh, sí, soy Jonah. Tengo dieciocho y estudio Diseño Industrial.

Todos se quedan callados unos segundos. Busco la mirada de Margaret, que parece algo sorprendida.

—Eres un año menor que nosotros.

—No sabía que eras su hermano.

—Nosotros estudiamos lo mismo, vamos en sexto trimestre.

Hablan todos al mismo tiempo y solo atino a asentir con una sonrisa medio torpe.

—¿Tú no vas en el taller de foto? —Pregunta la de cabello rosa mirando a Karl.

—Sí, soy Karl, mejor amigo de Jonah. —Dice, pasándome un brazo por el hombro como si lo estuviera presumiendo.

—Yo me llamo Sophie, el de cabello naranja es Charlie y el de cabello azul es Nataniel —Dice la chica de rizos.

—¡Oye! Yo quería presentarme —Se queja Charlie, y los tres comienzan una pequeña discusión que Karl y yo nos limitamos a mirarlos.

—¿Tienen clase? —Pregunta Margaret haciendo que nuestras miradas caigan en ella.

—No, estamos libres —Responde Karl.

—Perfecto, estábamos por comer. Vengan —Dice Sophie, haciéndonos un gesto para que nos sentemos junto a ellos.

Busco con la mirada a mi amigo, pero cuando me doy cuenta ya está sentado al lado de Margaret, riéndose de algo que dijo. Qué rápido se acomoda este tipo.

Suspiro y me siento junto a Charlie, quien me da unas palmaditas en la espalda.



#3511 en Novela romántica
#188 en Joven Adulto

En el texto hay: juvenil, romance, amor

Editado: 10.10.2025

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.