Margaret
La semana pasó más rápido de lo que esperaba y, cuando menos me doy cuenta, ya es jueves.
Eso significa que hoy toca exponer las fotografías que tomamos para el taller. Y es justo lo que Sophie, Karl y Jonah están haciendo: se encuentran al frente del aula, mostrando su trabajo.
Yo, mientras tanto, estoy sentada junto a Nick y Camila, en una de las bancas del centro.
La verdad, sus fotografías quedaron increíbles, muy distintas a las nuestras en las que Nick decidió salir mostrando su abdomen.
Tomarle fotos fue una tortura. No dejaba de hablar de sí mismo ni de lo mucho que su novia "amaba su cuerpo". Solo de escucharlo me daban ganas de marcharme de ahí.
Intenté ser amable, pero todavía me molesta lo que le hizo a Sophie; y su "adorada" novia no se queda atrás, lo que hizo con Nataniel fue igual de bajo.
Ambos solo los usaron para darse celos y luego regresaron, como si nada. No entiendo cómo alguien puede vivir así, jugando con los sentimientos de los demás.
Fue todo un reto convivir con él y con Camila, que se reía coquetamente de cada cosa absurda que decía, como si fuera lo más gracioso del mundo.
Agradezco sinceramente que esa parte de la tarea ya haya terminado.
—Estas son fotos en primer plano; quisimos capturar la esencia de nuestro querido amigo —Dice Sophie, mientras proyectan una imagen de Jonah sonriendo.
Sonrío al ver que el castaño evita mirarse a sí mismo. Finge buscar algo por la ventana, aunque es evidente que solo intenta no ver su propia cara en pantalla.
Estos últimos días nos hemos acercado más a Karl y Jonah, lo cual me alegra, porque ambos son personas genuinas.
Supongo que pasar tanto tiempo preparando las fotos, quedarnos en el taller o comer juntos fuera de la cafetería ayudó. Hay algo cómodo en estar con ellos. Se siente natural.
Nunca imaginé que terminaríamos siendo amigos, especialmente con Jonah.
Recuerdo todas esas veces en que nos encontrábamos por casualidad.
Tal vez pensó cosas raras de mí al principio, porque siempre terminábamos tropezando o mirandonos, pero ahora esas pequeñas coincidencias parecen tener sentido. Supongo que, sin darnos cuenta, eso ayudó a que hoy todo sea más fácil.
Sophie sigue explicando cómo lograron cada toma, mientras Karl cambia las imágenes desde su laptop.
Aparecen fotos de Jonah serio, otras sonriendo y unas cuantas con el ceño levemente fruncido. Resulta que no solo es bueno tomando fotografías, sino también es bueno posando.
Abro levemente la boca; la verdad es que sí parece modelo.
—Se ve bien, ¿verdad? —Me susurra Camila a mi lado, con un tono que no sé si es coqueto o simplemente de admiración.
—Sí —Respondo totalmente de acuerdo.
Camila sonríe.
—Me refería a la composición de las imágenes —Añade con una risa apenas contenida.
—Yo igual. —Digo obvia y me recargo más en el respaldo de la silla, cruzando los brazos.
Camila vuelve a mirar la presentación con una sonrisa, y yo agradezco que las luces estén apagadas, porque estoy casi segura de que tengo las mejillas rojas.
Ahora es el turno de Karl. Se limita a hablar sobre las luces, los fondos y los accesorios, sobre cómo combinaron todo para darle sentido a la composición.
En pantalla aparecen más imágenes, tomadas desde distintos ángulos. No puedo evitar recorrerlas con la mirada: todas se ven increíbles.
Sophie supo exactamente cómo capturar cada gesto, Karl logró editarlas con ese toque que las hace resaltar, y Jonah tiene algo natural frente a la cámara, como si supiera exactamente qué hacer sin pensarlo.
El castaño comenta un poco sobre lo que quiso transmitir en cada toma mientras me mira, yo solo asiento de vez en cuando a lo que dice.
Su exposición termina entre aplausos. El profesor los felicita; dice que el manejo de luz y encuadre están "muy bien logrados".
Jonah se rasca la nuca, incómodo por los halagos, y sonríe apenado, mientras Sophie y Karl parecen disfrutar cada palabra. Karl incluso cierra los ojos y hace un gesto con la mano, como si le pidiera al profe que siga.
No puedo evitar reír.
—Pueden volver a sus lugares —Dice el profesor Richard, ante la actuación exagerada de Karl. Este hace un mini puchero y empieza a desconectar todo.
Cuando bajan del frente, Sophie pasa a mi lado y me guiña un ojo. Le devuelvo el gesto. Karl viene detrás, y yo le hago un gesto de aplauso que lo hace sonreír de oreja a oreja.
Y por último, Jonah, que me mira algo sonrojado, seguramente por haber sido expuesto ante todo el salón, pero antes de poder sonreírme tropieza con el cable del proyector.
Algunos compañeros sueltan una risa y él se pone aún más rojo.
Por suerte no se cae; solo se endereza rápido, me lanza una sonrisa tímida y se apresura a sentarse antes de que pueda sonreírle o preguntarle si no se lastimó.
El profe llama a otro equipo, y así se pasa la clase: entre exposiciones de compañeros y fotografías que ya no sé ni cómo distinguir unas de otras. Estoy a punto de dormirme cuando escucho nuestro nombre.
Genial. Nosotros somos el último equipo en pasar.
Bien, aquí vamos.
Nos levantamos, y entre Camila y yo conectamos todo. Nick, mientras tanto, solo se dedica a pasarse las manos por el cabello como si tuviera algún tipo de tic o creyera que eso lo hará verse más interesante.
Cuando la presentación aparece en pantalla, le doy un ligero empujón para que reaccione. Parece recordar que tiene que hablar, y por fin empieza a decir algo sobre el proceso que seguimos.
Mientras habla, miro a Sophie. Tiene una cara de pocos amigos al ver al rubio, y no la culpo. Giro un poco la vista y Karl trae la misma expresión; desde que le contamos con lujo de detalle todo lo que pasó, parece no soportar la presencia de Nick.
Mi mirada termina en Jonah, que está sentado a su lado y parece estar a punto de dormirse. Bueno al menos tenemos la atención de dos de mis tres amigos. Algo es algo.