Mas que una jefa, mi amor

capitulo I al IX

CAPITULO I

Edmundo se cansó de pasar por Oficinas de arquitectura, tan pronto se enteraban de su especialidad en informática, lo convertían en el asistente de todos los arquitectos del estudio, no le hubiera importado si al mismo tiempo le encargasen realizar algún proyecto, pero no, solo le encargaban la planimetría de todos los proyectos de otros arquitectos. Los arquitectos debían conocer por lo menos el programa Auto CAD, era un programa indispensable y muy útil para el trabajo.

Tres años paseando por Oficinas de arquitectura, casi una por año, prácticamente le había transformado en una persona impaciente y hasta malhumorada. Por eso había aceptado la propuesta de uno de sus compañeros de estudio de pedir una cita en la Oficina de Carola García Núñez. La recordaba bien, fue su profesora en los primeros semestres de la carrera, era buena docente, de mediana edad y bastante atractiva.

Lo recibió en un enorme despacho muy elegante, una enorme mesa de reuniones para unas diez personas, cortinas que cubrían los grandes ventanales, era algo común en todas las oficinas de arquitectura, mucha luz. Un escritorio de alguna madera noble que su padre y hermanos reconocerían de un vistazo, pero no él. A un lado un tresillo de cuero y un par de mesas. La profesora tenía buen gusto. Se sentaron en el tresillo.

-Caramba Edmundo, que bien que decidiste venir a esta entrevista. Eres uno de los mejores alumnos que han pasado por mis manos. Estuve revisando tu currículo ¡Suma cum Laude. Por cierto note que has estado en tres Oficinas de arquitectura diferentes, por muy poco tiempo.

-Gracias por recibirme profesora. Le explicaré.

-Alto muchacho, aquí todos nos tuteamos, soy Carola, la jefa pero Carola.

-Bien lo recordaré. Trataré de responder a su inquietud. Soy arquitecto, quiero desarrollar mis habilidades como tal, no convertirme en el asistente de colegas que no manejan los programas para arquitectura, es cierto tengo también una licenciatura en informática, pero es para ser mejor arquitecto, al realizar un proyecto, tengo las aplicaciones para teléfonos inteligentes, las uso poco en realidad, pero los programas Vray, Auto Cad, Revi, sketchup, Rhinoceros, BIM Building information model, e incluso trimax, son mis herramientas para trabajar eficientemente y si alguien necesita ayuda estoy a la orden.

-Entiendo. No te aseguro que cuando mis jóvenes colegas se enteren de tus habilidades, no te pidan ayuda, pero aquí trabajaras en proyectos de arquitectura, como todos. Desde que deje la docencia, esta oficina no ha parado de crecer y lo que sobran son proyectos.

-Entonces, creo que podré trabajar con usted Carola, ese fue mi principal problema en los estudios anteriores, y por lo cual los deje. No sabían manejar ni siquiera Auto CAD.

Carola sonrió un tanto apenada, porque ella no sabía manejar ese programa. Sin embargo, para suplir la falta, le pagaba bien a quien si supiera.

A partir de ese momento, Edmundo comenzó a trabajar en el estudio de Carola García Núñez. Ya casi llevaba un año y se sentía satisfecho con el trabajo que le permitía aumentar sus  ahorros, para el día que pudiese abrir su propia oficina de arquitectura. Se había integrado bien con los compañeros y no era mezquino cuando le pedían ayuda en su especialidad de informática.  

Le molestaba un poco cierta actitud de Carola, siempre mirándolo con intensidad no disimulada y le desagradaba, sabía que algunos compañeros se habían acostado con ella y luego continuaban tan tranquilos en el trabajo, pero era contemporánea con su madre. Tal vez era un tonto por no aprovechar la oportunidad pero, era una mujer que no le atraía para nada. Era un buen trabajo bien pagado y trabajaba a gusto, solo esa actitud de Carola lo perturbaba. Definitivamente no le gustaba como persona.

Dejó la computadora donde acababa de terminar lo necesario para el proyecto en el cual trabajaba y fue a la mesa de dibujo, allí tenía todos los dibujos del proyecto. Se inclinó sobre la mesa y reviso cuidadosamente todo. ¡Listo! Pensó ya podía realizar el proyecto definitivo, con el programa de diseño. Sonrió satisfecho y en ese momento  sintió que alguien acariciaba su trasero y lo pellizcaba ligeramente, al imaginar quien se atrevía a algo así, sintió que su sexo se encogía como al contacto con agua helada. Se enderezó lentamente, respiró profundamente antes de darse la vuelta y clavar su mirada con inusitada frialdad en la aun sonriente mujer tras él.

-¿Que ocurre contigo, Carola? ¿No son suficientes las miradas?

-¡Por dios Edmundo! ¿Acaso eres gay?

Con una voz metálica diferente a su suave acento diario le respondió.

-No profesora, no soy gay. Soy selectivo. Me gusta elegir a mis mujeres.

Se volvió hacia la mesa y recogió sus lápices y otros implementos de trabajo que guardo en un estuche de cuero. Se enfrentó de nuevo a la mujer.




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