Masacre en el cielo

Capitulo 1

—Duele,duele mucho— pensé,mientras caía desde el cielo con mis demás compañeros vencidos. El desgarrante dolor de mis alas desintegrándose,nose compara al haber despertado entre las llamas del averno,un lugar que nunca creí pisar,un lugar en el nunca me detuve a pensar cómo sería,y ahora que esta ahí,no podía parar de llorar de dolor y agonía sin saber qué pasaría ahora.

Con el pasar del tiempo perdí mi corazón,y me convertí en un príncipe,el príncipe del infierno. Me encargaron vigilar el Edén mientras que Lucifer hacia pecar a Eva. Miraba desde uno de los árboles con un odio indescriptible a lo que ahora se llamaba la creación de Dios . Una presencia celestial me puso los pelos de punta. Al girarme,pude apreciar a un Angel que se posaba elegantemente en la rama de un árbol,mirándome con esos ojos colmados de brillo, un brillo que yo mismo había perdido desde que mi alma toco el sucio pecado . Mi ojos carmesi se posaron en ella por unos instantes para luego ignorarla por completo,fijando mi vista nuevamente hacia mi compañero, el cual ya le había dado el fruto del bien y del mal a la joven damisela,engatusandola para que le de un mordisco. Sonreí con gran arrogancia sintiendo nuestra cuando aquella mortal le dio un mordisco a la fruta.

—¿No te parece que es algo cruel engañar a alguien que simplemente no sabe que es el pecado ni que es el poder de nuestro señor?—reprocho el celestial Ángel,mientras miraba a Eva con unos ojos que reverberaban una profunda tristeza.

—Sinceramente,no me importa lo que pienses,no se que haces aquí,pero si piensas detenernos,temo decirte que llegaste un poco tar...

Ni siquiera pude terminar de hablar puesto que sus enormes alas taparon mi rostro cuando ella las extendio,juntando sus manos para orar. Rodé los ojos algo irritado desapareciendo del lugar. Después de todo, mi trabajo ya estaba más que hecho. Ese Día,celebramos nuestra victoria como si fuera el fin del mundo,pero no podía dejar de pensar porqué esa criatura alada no hizo nada para detenernos cuando me vio ahí.

Como si el tiempo fuera líquido,pasaron unos cientos de años y tomé un nuevo rol,algo aburrido para mi: proteger a los mortales entre las guerras. Aunque claro,un poco de destrucción nunca caía nada mal. Tras una gran y sangrienta batalla,blandi mi espada,admirando el campo lleno de un tono carmesí con olor a pólvora y desesperación. Los pocos que quedaron con vida se habían marchado,por lo que simplemente monte mi caballo con disposición a irme cuando volví a sentir esa luz. Miré hacia atrás y vi a la misma Ángel de hace cintos de años orando entre lágrimas por los caídos. Entrecerré los ojos, sin entender esa empatía que la joven alada sentía por el hombre mortal. Con esa pregunta a la mano me acerque aún montado en mi caballo negro,apreciando su figura angélical con cierto desprecio.

—Respónde esto,pequeña querubín:¿Por qué sigues teniendo fe en la humanidad? ¡¿No vez lo que ellos han echo?! Se matan entre ellos,se traicionan,y su codicia no tiene límites.¿Por qué defender a una raza tan poco razonable solo por ser "hijos de Dios"?

—¡Te equivocas!...—Imputo la Ángel,tomando la mano de uno de los soldados,cuyo cuerpo ya se enfriaba entre la tierra de lo que antes fue un pueblo—Los humanos son un balance único de lo que representamos tú y yo; son maldad y,a la vez,conservan la bondad en sus corazones. Saben amar y también saben odiar. Aprecian su vida y la de los demás y,por eso, dan lo mejor de sí mismos antes de padecer. Quizás no puedas ver lo que yo veo,pero créeme,ellos no son irracionales,son seres pensantes que aman crear,por lo que merecen coexistir. Y,por cierto,no soy una querubín soy una Virtud—Masculló la joven con una sonrisa gentil que me hizo estremecer.

Para mí sus palabras no tenían ni pisca de sentido,pero aun así baje de mi corsé y me senté en el piso sin dejar de mirarla fijamente.

—¿Sabes que ellos te matarían si fueran de tu existencia? ¿Los amarías aun sabiendo eso?—cuestione con una frialdad en mi voz que demostraba que esperaba una respuesta contundente.

—Claro que lo se,y aun así los amo. Nunca dejaré de amar a la creación de mi Dios,aunque desrraiguen mis alas,aunque beban mi sangre,aunque profanen mi alma..Los seguiré amando eh incluso rezare por su subida al reino de Dios.

La miré por unos segundos que para mi fueron eternos,admirando a esa joven tan brillante que me evocaba tanto de mi. Cerré los ojos y,físicamente sonreí,levantándome no sin antes acariciar su hermoso cabello dorado,aun sabiendo que estaba cometiendo una gran falta por tocar a una Angel con mis manos manchadas en sangre y pecado . Para luego subir a mi caballo y cabalgar sin rumbo,dejando un camino de polvo,sin saber qué este solo sería el comienzo de una historia de redención...



#1376 en Fantasía
#252 en Magia
#606 en Thriller
#225 en Suspenso

En el texto hay: prohibidos, romance, enemigos

Editado: 14.10.2025

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.