Masacre en el cielo

Capitulo 3:

Mientras le saba su Santa sepultura a esa pequeña, sentí un aleteo en mi espalda. Me volteé y pude apreciar a la joven alada,ligeramente sorprendida, pero sobre todo parecía sentir curiosidad hacia mi persona.

—¿Por qué hiciste eso? ¿Realmente te tomaste del tiempo de enterrarla? Eso. . .eso es un gesto muy lindo se tu parte—Masculló la Ángel de ojos zafiro,con una sonrisa tan inocente que embelesaría al corazón más duro.

—Soy un demonio,lo sé, más no un mountro. Nunca sería capaz de profanar el cuerpo de una niña,si rompí la estúpida muñeca fue con el único propósito de evitar que el alma de la muchacha se quedara atrapado en el plano terrenal. Y es algo que tú y los Angelitos no entienden: Muchas veces prefieren dejar esos recuerditos sin saber sin saber el daño que le hacen a la gente—Proclame en un tono serio y fuerte,posando lentamente mi mirada en la Virtud la cual acababa de recibir un golpe muy fuerte de realidad que inmediatamente la hizo llorar. Me pregunto cuantas veces habré repetido esa acción para ponerse así. . .¿Cuántas almas habrá condenado a vagar por el mundo sin cerciorarse de eso?

—¿Y. . .yo. . Yo cause tanto sufrimiento?—Inquirió abrazándose así misma,como si pudiera contener su tristeza en sus propios brazos—Lo lamento. . .Lo lamento tanto. . .Nunca creí que una acción tan pequeña pudiera afectar tanto.¡¿Cuántas almas eh condenado sin darme cuenta?! ¡Cuántas almas no han ascendido al cielo por mi ignorancia!

La miré sin saber qué decirle o como podía reaccionar a sus molestos lloriqueos,mientras pensaba que decirle ella se levantó y me abrazo con fuera. Mi cuerpo se entumeció y mis ojos se abrieron como canicas cuando la joven invadió mi espacio personal. Su piel era suave y su cuerpo temblaba por sus constantes sollozos,por lo que suspiré y correspondi el abrazo, intentando calmarla.

—No fue exactamente tu culpa,no eras consciente de tus actos. Tranquila,todos cometemos errores ,incluso los Angelitos de la guarda,los grandes mensajeros del cielo—Bufé, limpiándo tus lágrimas con mi pulgar mientras te reías un poco por mi mal chiste.

—¡Eres un tonto!—Carcajeo,alejándose un poco para poder mirarme. Sus ojos azules miraron mis ojos carmesi sin brillo,quedándonos en un silencio tal como la primera vez que nos vimos,cortándose cuando ella volvió hablar.

—Oye, después de tantos siglos, nunca me dijiste tú nombre. ¿Puedo saber cual es?—

—pfff. . .¿Enserió no sabes quien soy? Eso esta mal,pequeña Estrellita. Me llamo Beleth, príncipe del infierno. ¿Y tú?

Mis palabras la sorprendieron,haciéndo que se quede silente unos instantes ,para luego hablar con una sonrisa.

—Yo me llamo Hani. Pero ¿Estrellita?. . .me gusta ese apodo que me pusiste,¡Bel!

Mire a la joven y no pude evitar sonreí. Ella era resplandecencia entre todas las guerras que había,entre las muertes. . .ella era vida. Y soltando una risa, bajo la exposición de una granada, le hablé como si no me importara nada más

—¿Así que le llamas al príncipe del infierno Bel? ¡ja!. . .eso me gusta,Estrellita.



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En el texto hay: prohibidos, romance, enemigos

Editado: 17.10.2025

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