Masamune Date

CAPITULO 7 (6-10)

MASAMUNE- Estaba bromeando. Ahora te prometo que nunca dejaré de besarte.

MC- ¡Masamune!

Me reí y le di un golpe en el hombro a este horrible y atractivo tigre. Me dio un beso rápido en los labios. Entonces me miró, con su ojo azul radiante, con el parche asomándose a través de su flequillo, y una enorme sonrisa en su rostro.

MASAMUNE- Deberías dejar de ser tan fácil de molestar.

MC- ¡Deberías dejar de molestarme!

(No puedo creer que caiga siempre en su humor absurdo.)

Recosté mi cabeza contra su pecho, sintiendo su ascenso y descenso a través de las suaves capas de algodón.

MC- Sé que te encanta molestarme. Pero hay un lugar y un momento.

Disculpándose, quizás, Masamune me rodeó con sus brazos.

MC- Así está mejor.

Estaba sonriendo, y no podía negar que seguía disfrutando de sus bromas.

MASAMUNE- Lo sé. Es porque tú me haces sentir diferente. Y a veces eso me hace...

(¿Te hace qué? ¿Actuar como un colegial con su enamorada?)

Pero sonaba inesperadamente serio. Lo miré.

MASAMUNE- Nunca me detuve y deseé que un momento durara para siempre hasta ahora, contigo. Justo ahora, sentí que podría observarte para siempre. No es propio de mí sentirme así. Es más fácil reírse y actuar como si no pasara nada.

(¿Quería también que este momento durara para siempre?)

Tomó un momento para que mi mente registrara lo que estaba diciendo.

(Masamune debe haber dejado a cientos de personas sin aliento. ¿Pero acaba de admitir...?)

MASAMUNE- De todos modos, deberíamos volver.

Nos separamos una vez más. Él me tendió una mano y yo la tomé, cayendo al lado de él.

(Estaba feliz con el aquí y ahora. Sin ser especial para Masamune.)

Apreté su mano suavemente mientras caminábamos y él me apretó también, en un acuerdo tácito.

(Él me prometió algún día. Esperaba para siempre. Esas no son el tipo de palabras que Masamune dice. Creo que nuestra segunda cita realmente resultó mejor de lo que esperaba.)

Lado a lado dejamos la tranquilidad de la orilla del río y volvimos al bullicio y a las luces de la fiesta. Me preguntaba si este pueblo aún existía en mi época. Si todavía celebraban este festival, siglos después. Parecía improbable, pero con Masamune, 500 años no eran una distancia tan insuperable como yo creía.

*

Resultó que un campamento militar no tenía nada de la diversión de un campamento real. Pero me acostumbré rápidamente. A los pocos días, habíamos llegado a la zona de las fortificaciones enemigas.

(Eso es todo entonces.)

Una fortaleza de madera ensamblada apresuradamente nos acogió desde el otro extremo de la inmensa llanura. Desde esta distancia, los soldados parecían hormigas moviéndose. Nuestro campo de batalla estaba a la vista. No podía seguir mintiéndome a mí misma- estaba a punto de entrar en guerra.

(Atacaremos esa fortaleza. Nuestro bando contra el suyo. Luchando. Matando.)

MASAMUNE- Finalmente estamos aquí.

De pie a mi lado, Masamune miró a nuestro enemigo con tensa emoción. Su coraje y confianza inspiraron a los hombres, corriendo por todo el ejército.

MASAMUNE- En primer lugar, quiero que los exploradores conozcan el terreno y hagan un recuento exacto de sus tropas. Rápido. Todos los demás, empiecen a acampar. Asegúrense de que los caballos estén descansados y alimentados. Que sus armas estén limpias y listas.

Tropas- ¡Sí, mi lord!

Todos se dividieron en grupos para cumplir sus tareas.

MASAMUNE- Tienes tu rifle, ¿verdad? Lo vi en tu equipaje.

MC- Sí.

MASAMUNE- Bien. Lo necesitarás para protegerte.

Trasladé mi mochila, con la punta del rifle hacia afuera. No era liviano, pero a pesar del peso me reconfortaba tenerlo.

(No quiero usarlo. No en otra persona. Pero estamos al borde de la batalla. Es hora de superarlo.)

Me quede mirando a la fortaleza enemiga.

MASAMUNE- Sabes cómo usarlo, ¿verdad?

MC- Sí. Terminé todas mis lecciones.

(Prometí hacer todo lo que pudiera para ser de utilidad a Masamune. Pero, ¿disparar a alguien realmente va a ser de utilidad para él?)

Ieyasu estaba junto a nosotros dos. Lo sorprendí mirándome de nuevo.

(No tiene sentido preguntar qué ayudará y qué no ayudará. Es la hora de actuar o morir. Matar, o ser asesinado.)

Finjo no notar la silenciosa advertencia en la mirada de Ieyasu.

*

Esa noche...

(Masamune y sus vasallos han estado aislados en esa tienda desde que nos instalamos. Estoy segura de que hay mucho que discutir.)

Había venido a traerles comida, a ver cómo se encontraban, y de paso, ayudarles en lo que pudiera en el campamento.

Soldado 1- Princesa, ¿quizás debería descansar?

Soldado 2- Ha estado trabajando todo el día. Necesita descansar para la batalla de mañana.

MC- Estoy bien. El trabajo me ayuda a relajarme.

Soldado 1- ¡Me recuerda un poco a mi hija! Nunca se queda quieta si hay una manera de ayudar en la casa.

Yojiro- Mi hermana mayor es igual. Tener a la princesa MC cerca me hace sentir como si estuviera de vuelta en casa.

MC- Hablando de eso, ¿quieres ayuda con eso, Yojiro?

Yojiro- Gracias, pero yo me encargaré de los platos. Mi hermana me jalaria las orejas si supiera que dejo que una chica haga todas las tareas.

MC- Bueno, eso no podemos permitirlo. Son todos tuyos.

(Yojiro y los demás tienen a su familia esperándoles en casa. Esperando como lo estaría yo de no haber venido. Creo que se necesita el mismo coraje para enviar a la gente importante para ti a la batalla que ir tú mismo).




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