Masamune Date

DRAMATIC ROUTE - CAPITULO 13 (PREMIUM BONUS)

Masamune- Te extrañé. Quiero sentirte.

MC- Yo también.

Él tomó mi mano y, palma contra palma, entrelazó sus dedos con los míos. Los últimos vestigios de nuestras heridas se desvanecieron al entrelazar nuestros dedos.

Masamune- Entonces, ¿qué estamos esperando?

MC- No estoy segura. ¿Cómo celebraremos nuestro reencuentro?

Masamune- Estaba pensando algo así.

Masamune dio un suave mordisco en mi oreja. Eso encendió el fuego familiar que ardía dentro de mí, ansioso por ser liberado.

(Extrañaba cómo me tocas.)

Deslicé mis brazos alrededor de su cintura, pero noté que Masamune estaba mirando lo que llevaba puesto.

Masamune- Gatita, he visto las cosas en tus dibujos, pero quizá tengas que explicarme esto.

MC- ¡Ah, cierto!

Todavía llevaba mi ropa de correr: una camisa de cuello alto con cremallera y shorts deportivos.

(Masamune nunca me había visto con ropa moderna antes.)

MC- Te hablé de mis carreras de fin de semana, ¿verdad? Este es un atuendo bastante normal para eso, 500 años en el futuro.

Masamune- Ya veo.

Masamune observó mi ropa con genuina curiosidad. Observé cómo su mirada recorría mi cuerpo, sintiéndome halagada por la forma en que sus ojos me acariciaban.

MC- Sabes, estas prendas son muy difíciles de poner y quitar. Quizá necesite ayuda.

(La mentira más fácil que he dicho.)

Masamune- Creo que necesitarás mostrarme cómo empezar.

MC- Con gusto.

Masamune deslizó sus dedos por la tela elástica como si tocara un instrumento musical. Mi cuerpo vibró en respuesta.

(Apuesto a que nunca ha visto una cremallera antes. ¡Esto será divertido!)

MC- Empiezas aquí, con esta parte de metal, y tiras lentamente hacia abajo. Así, justo así.

(Definitivamente puedo provocarlo así.)

Bajé la cremallera unos centímetros, exponiendo la curva de mi cuello ante él.

MC- Ahora, tu turno.

Sonreí coquetamente mientras me quitaba los zapatos deportivos.

Masamune- No sé. No lo entendí. Hazlo una vez más.

MC- Oh. Ya veo cómo es esto.

Al volver a mirar a Masamune, lo encontré sonriendo con picardía.

MC- ¿Necesitas otro ejemplo?

Masamune- Sí.

Masamune tomó mis manos, atrayéndonos a ambos hacia mi pecho.

(Iba a dejar que él lo hiciera, pero al ver cuánto disfruta mientras me desvisto, no puedo detenerme.)

MC- Iré despacio, para que puedas ver bien.

Con sus manos sobre las mías, bajé la cremallera hasta donde dio de sí. Masamune deslizó sus dedos ardientes sobre mi piel, deteniéndose en mi clavícula, donde terminaba la cremallera.

MC- Aqui. ¿Qué te parece?

Masamune- Lo entendí.

Para mi inmensa satisfacción, sentí los fuertes brazos de Masamune rodearme. Fui levantada y, de pronto, me encontré boca arriba. Masamune mantuvo un brazo bajo mí para que estuviera cómoda en el suelo del templo.

Masamune- Tienes un pequeño kimono ahí. Pero estoy pensando en una manera de domarlo.

MC- ¿Qué tienes en mente?

Masamune sacó una espada corta de una vaina en su cintura. La deslizó bajo mi camisa, con el filo afilado apuntando hacia él.

MC- Ohh. Eso es inventivo. Y salvaje. Pero confío en ti.

Masamune- Bien. Solo quédate quieta y te liberaré en un momento.

Solo necesitó un tirón ligero antes de que la hoja atravesara la tela con un sonido rasgante.

(Algo me dice que debería molestarme porque está cortando mi camisa en dos.)

Pero esa parte perdió frente a lo erótico que se sentía, la tela tirando ligeramente de mis senos mientras el cuchillo cortaba hasta abajo. Mi camisa quedó abierta al frente, revelando mi sostén.

Masamune- ¿Sigues de acuerdo con esto?

MC- Oh, sí. Por favor, continúa...

Deslizó la punta de la hoja bajo el centro de mi sostén, el lado romo enfriando mi piel ardiente mientras lo bajaba lentamente. Mi sostén se abrió, y mis senos quedaron libres. Jadeé al estar expuesta de esta nueva y emocionante manera.

MC- ...No veré otro sostén en 400 años y ni siquiera estoy molesta.

Masamune- Yo estaba un poco molesto con él. Me impedía verte.

Con dos cortes más, quedé completamente al descubierto. Masamune descartó la espada corta. Cayó al suelo con un sonido metálico.

MC- Entonces se merecía lo que le pasó. Honestamente, ni siquiera es tan cómodo.

Masamune- Oh, ¿quieres algo cómodo, verdad?

MC- ¿Se nota?

Sonreí coquetamente hacia él mientras llevaba sus labios a mi cuello. Gemí cuando Masamune succionó mi pulso con suave presión. Cubrió mi piel desnuda con lentos y ardientes besos, descendiendo desde mi clavícula hasta la curva de mis senos. La intensidad del juego con el cuchillo me dejó especialmente sensible a esos labios suaves que esparcían besos sobre cada seno.

(No creas que vas a divertirte tú solo).

Deslicé mis dedos en su cabello, acariciando la parte superior de sus orejas mientras él continuaba su ristra de besos. Coloqué un beso en su cabeza, seguido de otro más intenso, mientras una ola de placer me estremecía. Besé la nuca de su cuello. Sus cicatrices solo lo hacían más atractivo. Masamune contuvo la respiración, pero se la robé al besar sus labios, con el deseo ardiendo dentro de mí.

(Debería haber esperado que le gustaría eso.)

Masamune ahora ronroneaba de deseo. Sentí sus manos apretarse a mi alrededor. Las garras del tigre estaban saliendo.




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