Justo como Masamune había supuesto, estábamos por llegar a Azuchi cuando recibimos las órdenes de Nobunaga de acudir al lugar. Al llegar al castillo, la que se cruzó en mis ojos me provocó una oleada de nostalgia.
(Cuando llegué aquí por primera vez, nunca podría haber imaginado que echaría de menos a Azuchi tanto como lo he hecho. Durante tres meses maravillosos, fue mi hogar y el lugar donde me enamoré de Masamune.)
MC- Vaya, todo está volviendo a mí.
Masamune- He estado aquí un par de veces, pero ha sido un año entero para ti.
Protegiendo su ojo del sol con una mano, Masamune miró fijamente hacia lo alto del castillo.
(No más evasivas. Ahora que estoy aquí, es hora de ver a Nobunaga.)
MC- Oye, ¿Masamune?
Masamune- ¿Sí?
MC- Para saber si estamos de acuerdo, si Nobunaga me dice que tengo que quedarme...
MC/Masamune- Corremos.
Hablamos al mismo tiempo.
MC- ¿Correcto?
Masamune- Correcto.
Riendo, nos dimos la mano. La idea de correr por todo Japón con Masamune tenía un extraño atractivo.
(Aparte de eso, estoy deseando volver a ver a todo el mundo.)
MC- Dijiste que viniste aquí un par de veces. ¿Para qué?
Le pregunté a Masamune mientras caminábamos por el interior del castillo en nuestro camino hacia la sala de audiencias.
Masamune- Principalmente para dar informes a Nobunaga. También he ido a Oshu un par de veces, y este lugar está de camino, así que pasaba por aquí.
MC- Has estado ocupado. Me encantaría oír más historias sobre lo que has estado haciendo este último año.
Masamune- Estoy seguro de que tú también estuviste ocupada, gatita. Pero mis historias no son interesantes. Porque no estabas aquí.
MC- Oh, Masamune.
(Está coqueteando conmigo. Coquetea tan fácilmente como respirar.)
Le sonreí tímidamente. Cuando los dos dimos la vuelta a una esquina...
Sirvienta- ¡Disculpe!
Masamune- ¿Estás bien?
Una de las sirvientas del castillo se topó con Masamune. Él estaba bien, pero ella se fue hacia atrás hasta que Masamune la atrapó.
Sirvienta- ¡Lo siento muchísimo!
La mujer inclinó la cabeza disculpándose.
Masamune- Nada por lo que disculparse. Yo me tropecé contigo.
Sirvienta- ¡Oh, es usted, Lord Masamune!
Ella lo miró a la cara y le sonrió.
(Hmm. Ella tiene una gran sonrisa en su cara.)
Sirvienta- Gracias por su ayuda la última vez que estuvo aquí.
Masamune- No necesito que me des las gracias. ¿Lo disfrutaron todos?
Sirvienta- Todos dijeron que estaba delicioso.
(¿Masamune le estaba enseñando a cocinar?)
Noté las sonrisas animadas en sus rostros mientras hablaban. Los observé, sintiéndome un poco excluida de la conversación.
Sirvienta- Debo irme. Por favor, discúlpenme.
Inclinándose ante nosotros dos, la mujer se giró y se fue.
(Ella es linda. Tiene una bonita sonrisa también. Preciosa incluso.)
Masamune- ¿MC? ¿Qué pasa?
MC- Oh, nada. Entonces, ¿le estabas dando clases de cocina a esa mujer?
Masamune- Dijo que quería saber cómo hacía los dulces, así que los hicimos juntos.
MC- Apuesto a que fue divertido, hacer dulces juntos.
Masamune- Fue una lucha. Tardó una eternidad en entenderlo.
Masamune se rio y agitó la cabeza. Me di cuenta de lo que había estado sintiendo durante toda esa conversación.
(¡Acabo de darme cuenta de lo celosa que sonaba! Eso no está bien. No estoy celosa por una tontería como las lecciones de cocina.)
Masamune- Gatita, ¿está todo bien?
Masamune ya había emprendido el camino. Al no seguirle inmediatamente, se volvió hacia mí.
Masamune- Ven, toma mi mano.
Sonrió dulcemente y me extendió la mano.
(No, aunque no esté bien, lo admito. Estaba celosa. Pasamos un año separados, y lo amo mucho, y sé que no tengo nada por lo que estar celosa.)
Si me ponía celosa, no era tanto por otras mujeres sino por el tiempo que perdimos cuando podríamos haber estado juntos.
MC- Gracias. Bueno, vamos a la guarida del león.
Tomé la mano de Masamune y me puse a su lado.
Nobunaga- Ha pasado un año.
MC- Sí, así es. Me alegra ver que te va bien.
Nobunaga podía ser intimidante, pero hice todo lo que pude para saludarle como a un viejo amigo. Fue bastante fácil entrar en mi antiguo papel, con todos los rostros familiares reunidos aquí.
HIDEYOSHI- No has cambiado nada. Me imaginé que te pasaría algo horrible mientras estuviste fuera.
MC- Es más peligroso aquí, créeme.
Mitsunari- Desde que vimos la señal de humo, hemos estado ansiosos por verte. Estamos todos aliviados de verte a salvo.
Mitsuhide- Eres una mujer poco usual, desapareciendo de la nada.
MC- No puedo atribuirme el mérito de eso. Parece que nadie ha cambiado mucho. Me alegro.
(Son todos tan extravagantes como siempre. Hablando de eso. ¿Dónde está Ieyasu?)
Él estaba en la parte del fondo de la habitación, parecía que no quería involucrarse.
MC- Hola, Ieyasu. Te ves bien.
Ieyasu- Claro.
Me miró a los ojos lo suficiente como para decir esa palabra antes de volver a mirar hacia otro lado.
(Tan cortante como siempre. No sé si eso significa Me alegro de verte. O ha pasado tanto tiempo, que ya no somos amigos.)