Kennyo- ...no pensé que realmente saltarían.
Masamune y MC habían saltado del acantilado, desapareciendo en las profundidades de los rápidos. Kennyo balbuceó, aturdido.
Kennyo- ¿Tuvieron la suerte de salvarse o se ahogaron en las aguas turbulentas? De cualquier manera, ambos son unos tontos.
Miró hacia su bastón, que aún temblaba en sus manos.
Kennyo- Y yo también soy un tonto. Hubo una parte de mí que se negó a volverse demoníaca.
Pero justo cuando se dio cuenta de esa amarga realidad...
Mitsuhide- Kennyo. Ahí estás.
Se giró del acantilado en asombro. Ante él, Mitsuhide estaba de pie, con calma. Al poco tiempo se unieron Hideyoshi y un destacamento de hombres.
Hideyoshi- Hey, Mitsuhide. ¿Viste a Masamune saltar del acantilado?
Mitsuhide- Desearía decir que me lo estaba imaginando, pero conociéndolo es muy probable que sea verdad. Probablemente sobrevivirá.
Mitsuhide no mostró preocupación. Su atención estaba en Kennyo.
Mitsuhide- Nos has perseguido durante mucho tiempo. Estoy feliz de que nuestro duro trabajo haya valido la pena.
Hideyoshi- Este es el final de tus planes de asesinar a Lord Nobunaga.
Kennyo- ¿Con cuántas más de las molestas moscas del Rey Demonio debo lidiar esta noche?
Mitsuhide- Yo diría que somos los últimos. Es nuestro trabajo capturarte y llevarte ante él. Tu cooperación sería muy conveniente.
Kennyo- ¿No están aquí para matarme, sino para llevarme ante el hombre que deseo matar?
Hideyoshi- Me temo que sí. Nuestro lord ordenó que te capturáramos vivo.
Los hombres de Hideyoshi se habían estado dispersando lentamente alrededor de Kennyo, y ahora se estaban acercando.
Kennyo- Entonces aún queda una oportunidad. Nobunaga es un tonto, invitándome a Azuchi.
Hideyoshi- Sí, bueno, no creo que esté planeando mantenerte en una suite de lujo.
Kennyo permitió que lo detuvieran sin resistencia.
Hideyoshi- Llévenselo.
Vasallo- Sí, mi lord.
Kennyo pasó por delante de Hideyoshi y Mitsuhide con una pequeña sonrisa en su rostro cansado. Después de que se lo llevaron, Hideyoshi suspiró.
Hideyoshi- ¿Viste esa expresión? No se ha dado por vencido.
Mitsuhide- No, no lo ha hecho. Si se hubiera resistido, me habría ahorrado muchos problemas en un futuro.
Ieyasu- Hideyoshi. Mitsuhide.
Justo entonces, Ieyasu y su grupo, que habían estado buscando en otra área, llegaron.
Ieyasu- ¿Has capturado a Kennyo?
Hideyoshi- Sí. Justo ahora.
Ieyasu- ¿Qué hay de sus hombres? Pueden estar escondidos por aquí todavía.
Mitsuhide- Mis subordinados ya han eliminado al último de sus seguidores.
Ieyasu- Ya veo.
Aliviado, Ieyasu miró a su alrededor. Sus ojos se fijaron en una espada característica que yacía al lado del acantilado.
Ieyasu- ¿Es de Masamune?
Ieyasu desmontó de su caballo y recogió la espada con una expresión de desconcierto.
Ieyasu- ¿Dónde está él? ¿Está con MC? ¿Están bien?
Mitsuhide- Una excelente pregunta, dado que los dos saltaron de un precipicio.
Ieyasu- ...¿saltaron de un qué?
Ieyasu miró por encima del acantilado hacia la corriente rápida de abajo.
Ieyasu- ¿Saltaron del acantilado?
Mitsuhide- Masamune no lo habría hecho si no esperara alguna posibilidad de sobrevivir, supongo.
Ieyasu- ¿Y MC saltó con él?
Mitsuhide- Aparentemente.
Ieyasu- ¡Es ella ... son los dos ... ¡Qué tontos pueden ser! ¡Ugh!
Con un impaciente suspiro, Ieyasu se volvió hacia sus vasallos.
Ieyasu- ¡Vamos a bajar al río a buscarlos!
Vasallo- ¡Sí, mi lord!
Mientras sus hombres se alejaban en esa dirección, Ieyasu se volvió una vez más hacia el acantilado, su cara esta contraída por la preocupación.
Ieyasu- ...será mejor que ambos estén a salvo.
Podía distinguir mis propios jadeos, y Masamune estaba sobre el murmullo del arroyo. Estábamos tumbados boca arriba en la orilla fangosa del río, exhaustos. Sobre nosotros, el cielo nocturno era un hermoso terciopelo azul oscuro tachonado de brillantes estrellas de diamantes.
Masamune- Hey, ¿estás viva?
Oí la voz cansada de Masamune a mi lado.
MC- Estoy viva. No me preguntes cómo.
Masamune se había aferrado a mí mientras caíamos del acantilado al río. Evitamos que nos separara, surcando los rápidos juntos hasta que llegamos a una curva tranquila. Finalmente, pudimos arrastrarnos hasta la orilla.
MC- Esa fue la cosa más imprudente que te he visto hacer. Y te he visto hacer cosas alocadas.
Masamune- Calculé la altura mientras caminaba hacia ti y Kennyo. Parecía que se podía sobrevivir. Y supe por nuestra pequeña charla que Kennyo dudaría si le decía que te empujara. El resto dependía de ti, y sabía que podía contar con mi chica valiente.
MC- Siento como si aún estuviera cayendo. Mi cuerpo se siente sin peso.
Masamune- ¡Ja, ja! Caímos desde muy alto. ¿Tal vez sólo te estás recuperando?
Masamune se rio suavemente. Tal vez me estaba recuperando, porque de repente estaba temblando por todas partes.
(Eso fue intenso. Pero es una buena sensación. Es como estar en una montaña rusa.)