Máscara Inefable (saga Disfraz #1)

Capítulo VI

Comportamientos inusuales.

Me arrepentía de haberlo dejado entrar.

── ¿Te secaste? Estás toda mojada. ──Por el tono que lo dice, creo que no se refiere a la lluvia, pero no quiero pensar en ello.

Paciencia…

── No. Estoy bien así. ──Digo sin voltear a la vez que con ayuda del pincel sombreo un poco.

Entonces siento la toalla aterrizar en mi cabeza, siento pánico por la pintura dejo el pincel en la mesa y me quito la toalla de la cabeza, respiro con alivio al ver que todo está bien.

Dejo la tableta con la pintura en la mesa y me volteo enojada para encarar al idiota, se salva ya que el cuadro está bien porque si no...

── ¿Es que eres idiota? ──Le pregunto señalándolo con el dedo tratando de parecer intimidante.

Él al verme de esta forma suelta una carcajada, creo que es la primera vez que lo veo de esta forma, relajado y no con su típica mirada engreída, pero éste no es momento para ello, coloco mis manos en mis caderas y arqueo una ceja.

── Eres demasiado adorable como para intimidarme, Friki. ──Sonríe de lado en cambio yo lo observo confundida, no estoy acostumbrada a los halagos, pero que él me diga que soy adorable junto con su apodo lleno de amor que me tiene, sólo me confunde. Aunque siento más enojo que nada porque no soy adorable.

── No soy adorable.

── Lo eres. ──Se recuesta en una columna cerca, mis ojos bajan por medio segundo por su torso y regresan a su rostro. Por primera vez me preocupa que mi mascara falle y se dé cuenta de que pienso que está buenísimo── Para mí eres demasiado adorable y cautivante.

Lo medito unos segundos.

── ¿Qué planeas?

── ¿A qué te refieres?

Avanzo un poco hacia adelante, hacia él.

── ¿Por qué estás aquí? Además de que me dices esas cosas.

── Créeme, yo tampoco lo sé.

También camina para estar unos pasos frente a mí, un silencio nos rodeó y encerró en una burbuja que no sabía si quería permanecer.

Por aquella forma de mirarme, tan intensa, no puedo evitar sonrojarme. Volteo para ignorarlo, para concentrarme en el trabajo que tengo que entregar mañana y debo terminar.

Solo que me resultó imposible, sintiendo sus pasos alrededor, me ponía los nervios a flor de piel sin poder evitarlo.

Dejo los materiales en la mesa, al voltear me sorprendo al ver que está detrás de mí, observando lo que hago.

── No sabía que tenías estudio. ──Cambia el tema y recuerdo que me lo había preguntado hace un momento. Veo como toca un cuadro ya terminado a su derecha, no me sorprende que no lo sepa, como todo en la vida las personas sólo dicen lo malo, nunca dicen lo bueno, casi siempre es así── Son muy bonitos.

Eso me sorprendió aún más.

── ¿Te gusta el arte?

Derek ladea la cabeza para observarme.

Carraspeo para evitar que el sonrojo se apoderaba de mí.

── La verdad sí, me encanta.

── ¿Pintas?

── No, mucho. ──Algo amargo pasa por sus ojos── Es agradable ver a alguien con talento.

¿Me acaba de decir que tengo talento?

── Gracias. ──Asiento sintiéndome incómoda. Tomo un mechón de rizos entre mis dedos y empiezo a juguetear. El observa con atención mi movimiento── Retomando el tema… si no sabías que tengo un estudio, ¿cómo has llegado?

En su expresión puedo notar que mi pregunta lo tomó por sorpresa, abre y cierra la boca un par de veces poniéndose nervioso. Verlo de esa manera me causa cierta gracia, por lo que suelto una risita, y al momento me arrepiento, tratando de ponerme seria otra vez.

Derek vuelve a ladear la cabeza al observar eso.

¿Por qué ese gesto me ponía tan nerviosa?

── Te seguí. ──Elevo mis cejas ante eso, él al darse cuenta de lo que dijo trata de corregirse── Digo que, accidentalmente te vi y pues, pensé que tal vez me darías refugio aquí, ya que estoy a pie y la lluvia está muy fuerte.

── ¿Accidentalmente? ──Arqueo una ceja.

── Si, bueno…

── Si sabes que hay mejores refugios, ¿no?

── Probablemente.

Esto es ridículo, él no debería estar aquí, siendo tan amable, y mi corazón no debería estar tan acelerado como ahora.

── Accidentalmente, eh…

── Accidentalmente a propósito. ──Se encoje de hombros── Es que... no ibas a la universidad.

Me extraña un poco su curiosidad, en sus ojos veo algo que no logro descifrar, aquello me pone nerviosa. Se acerca un poco con indecisión y yo me tenso. Acerca su mano a mi cabello y arrebata el mechón de mis dedos para juguetear con él.

¿Por qué no lo alejo?

── Ah, no es nada, solo tengo un reposo, pero iré la semana entrante. ──Sonrío tensa sin separar los labios.

── No sabía que usabas lentes. ──Vuelve a cambiar de tema, parpadeo rápidamente tratando de seguirle el ritmo.

── Ah, es sólo para ver los detalles. ──Explico mientras señalo el cuadro en proceso.

── Te quedan horribles.

── Que amable.

── No sabía que te llamas Alexandra. ──Pongo los ojos en blanco, me volveré loca con tantos cambios bruscos de humor.

── ¿Me estás diciendo que me has molestado durante tres años, sin saber mi nombre?

Aunque debo admitir que al escucharlo pronunciar mi nombre de esa forma tan suave en lugar de enojarme me hace temblar ligeramente. Me limito a verlo con los ojos entrecerrados. Es la primera vez que alguien me llama de aquella forma y no siento miedo.

── Si. ──Responde como si nada.

── Para tener tres años atormentando mi existencia no sabes nada de mí. ──Digo con ironía, y la verdad es que tengo toda la razón.

Él me sonríe de lado y siento que me da un mini paro cardiaco.

── Friki te queda mejor.

── Lo tendré en cuenta para cambiarme el nombre.

Se acerca un poco más pero no lo suficiente para irrumpir mi espacio personal, su ceño se frunce mientras mira el mechón que tiene en sus dedos.

── Lo que dije el otro día… ──Alzo las cejas── ¿Es cierto?




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.