Máscara Inefable (saga Disfraz #1)

Capítulo VII

Peleas incómodas.

── Alexandra. ──Me llama Jessica suavemente, yo la miro con cautela.

── Alex, por favor.

Me mira divertida, pero se pone seria de nuevo, mira hacia la entrada de la cocina y luego me mira de nuevo con seriedad. Se inclina hacia mí, como si fuera a decirme un secreto.

── Esas chicas. ──Con su cabeza señala hacia la cocina dándome entender que se refiere a Jenna y Lauren── ¿Son tus amigas?

── No.

── Ellas...

Se interrumpe cuando ellas llegan junto a Ryan con los platos de la comida, los acomodan y se sientan Jessica y yo quedamos en un costado de la mesa, Ryan y Lauren en el otro mientras que Jenna se ubica en una punta de la mesa.

Empezamos a comer en pleno silencio que resulta bastante incomodo, así es unos minutos hasta que Ryan decide llenar el silencio.

── Alex. ──Me llama y le miro── ¿Entregaste las pinturas?

── Sí, las entregué el...

── Mi niño lindo, quiero jugo. ──Me interrumpe Lauren, la observo y está mirando a Ryan con un puchero.

Ryan se limita a empujar su vaso dos milímetros de donde estaba porque ella podía perfectamente agarrarlo donde estaba.

── Que caballeroso, Ryan. ──Dice Jenna soñadoramente.

Veo de reojo a Jessica y puedo ver como tiene una mueca de desagrado ante ellas. Oh, por fin tendré a alguien con que quejarme. Creo que empieza a caerme bien esta mujer.

── Oye, Ryan... ──Empieza a decir Jessica, pero es interrumpida por Lauren.

── Cariño, Jenna me estaba contando que Derek y Mars son los más guapos de la universidad en donde trabajas.

Ryan hace una mueca en su dirección.

── ¿Debería importarme aquello?

Jenna nos mira con malicia por un breve segundo mientras Lauren sigue hablando.

── Que es un desperdicio. ──Dice Lauren── Mars ha estado con todas mis amigas, no se compromete con nadie.

Jessica a mi lado presiona su tenedor con la mano, tanto, que sus dedos se vuelven blancos. Elevo mis cejas a verla tan enojada.

── Yo creí que Derek era el que tenía esa fama. ──Comenta Ryan sin interesarle realmente.

Tomo un poco de jugo de naranja, de pronto siento la garganta seca.

── No, Derek es mi novio. ──Notifica Jenna con una sonrisa radiante.

Me atraganto por un segundo con el jugo, pero logro disimularlo bien, pero aun así llame la atención de todos los presentes. En definitiva, Jenna tiene que estar loca, ella odiaba a Derek, era escucharla cada día con sus quejas. ¿Será masoquista como yo, tal vez?

── ¿Todo bien, Alex? ──Pregunta Ryan con una mirada de sospecha.

── Olvide hacer una pintura que era para ayer. ──Miento con rapidez sin apartar la mirada, hago una mueca para que se vea más creíble, me relajo cuando Ryan parece creerme.

── ¿Pintas? ──Cuestiona Jessica sorprendida.

── Sí.

── Oye eso es genial, yo...

── Derek me dijo que tus pinturas son horribles. ──Interrumpe Jenna, la veo y está mirando sus uñas como si nada.

Maldigo cuando me doy cuenta de que me ha delatado. Al parecer, ya la gente no sabe quedarse callada.

── ¿Y cómo él vio tus pinturas, Alex? ──Pregunta Ryan con una sonrisa falsa que no dudo en regresarla.

── Me contó que ella lo invitó, intento insinuarse, pero no lo logró. Derek sólo tiene ojos para mí. ──Hace énfasis en el "mí" haciéndome imaginar lo genial que se sentiría golpearla.

Lo sabía, ¡sabía que había una razón por la cual ese idiota quería seguirme!

Aprieto mis labios, cuando siento que estoy a punto de explotar Jessica a mi lado empieza a parlotear por el celular con un tono molesto, logra distraernos a todos. Maldice un par de veces, por lo que entiendo su hermana fue a su apartamento con su llave y la rompió. Después de unos minutos hablando más, cuelga. Me mira con expresión neutra en su rostro, miro el celular donde hace como si estuviera colgando cuando en realidad está en la galería. Casi me río al comprender.

¿En serio acaba de fingir una llamada para callarlas?

── Alex, necesito que me ayudes con la puerta de mi apartamento, ¿puedes?

Ni lo preguntes dos veces.

Ella se levanta con rapidez se despide fugazmente de todos y se encamina hacia la salida, yo la imito, pero con cierta maldad se me ocurre una idea canturreo una despedida para Ryan seguido de un sonoroso beso en su mejilla logrando que él se sonroje y que Lauren me dedique una mirada mordaz.

Una vez fuera de la casa Jessica y yo nos miramos seguido de soltar un suspiro de alivio, tomamos un taxi y ya en camino a nuestro edificio decido hablar.

── Gracias. ──Le sonrío un poco. Ella me devuelve el gesto.

── No hay de qué. Al parecer Ryan les contó que no nos llevábamos muy bien porque no paraban de hablar de ti.

Eso llama mi atención. Si algo he aprendido en estos tres años de rumores, es que prefiero no saber lo que dicen para no darme mala vida por ello, solo me interesa si es bueno o malo. Al fin y al cabo, ellos no me dan de comer o algo por el estilo para que me tenga que doler lo que dicen.

Aun así, soy muy curiosa.

── ¿Bueno o malo? ──Pregunto.

── Malo. ──Asegura── Dijeron que tu...

── No quiero saberlo. ──La interrumpo a lo que ella asiente.

Bueno, no tan curiosa.

── Pudiste haberte ido sola, ¿Por qué me ayudaste a salir? ──Le cuestiono viéndola con atención.

Ella suspira.

── No soporto las personas hipócritas, sé que nos llevamos mal, pero parece que a ti tampoco te gustan. ──Finaliza encogiéndose de hombros.

No hablamos después de eso, al llegar pagamos entre las dos el taxi y entramos al edificio, no hubo tensión en ningún momento por lo que fue más cómodo para mí, tal vez para ella también, estar con ella. Al llegar a nuestro pasillo recuerdo su llamada falsa.

── ¿De verdad tienes hermana o también la inventaste?

Ella se ríe.

── Bah, sí tengo. ──Asiente mientras abre su puerta── Pero no soy digna de su presencia.




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