Máscara Inefable (saga Disfraz #1)

Capítulo XII

Engaños.

── Me la cuidas, ¿Eh? ──Veo como Jess apunta su dedo en dirección a Derek.

── Esa es mi intención.

── Jess, e-escucha no es lo q-que crees... ──Empiezo a decir toda echa nervios tratando de que Derek me suelte.

── No trates de ocultarlo. ──Me guiña un ojo y veo como toma de la puerta cerrándola. Mi enojo crece.

── ¡Eres un maldito idiota! ──Le grito sintiendo como veo rojo del enojo.

En un impulso subo las piernas y empujo con fuerzas con mis pies usando la puerta, él pierde el equilibrio cayéndose hacia atrás, escucho su quejido de dolor, en cuanto afloja su agarre aprovecho y me suelto. Me levanto pero él toma mis tobillos jalándolos provocando mi caída, cuando mi cabeza está a punto de tocar el suelo, él me toma del cuello para evitarlo.

── ¿Era necesario usar la violencia? ──Me pregunta con dificultad.

── Por tu culpa ella pensará que pasamos la noche juntos y de que somos novios. Eres un imbécil.

── Pero pasamos la noche juntos y nos besamos si mal no recuerdo, ¿esas no son cosas de novios? ──Mi mirada se vuelve sorprendida pero él continua hablando── Debo admitir que roncas un poco pero ha sido muy agradable abrazarte toda la noche.

── ¡Pero si te estabas burlando que dormí con tu copia barata! ──Le recuerdo sus palabras── ¿Me mentiste?

── Sí. ──Admite── Entré a la madrugada a tu habitación viendo cómo te aferrabas a mi camisa.

── ¡Hijo de...! ──Ni siquiera puedo terminar de insultarlo.

Intento golpearlo con una mano pero como siempre la atrapa tiempo, imito la acción con mi otra mano pero corre la misma suerte. Hago fuerza para liberarme pero él se ríe.

── ¿Es que no puedo golpearte?

── No. ──Contesta── Soy como un ninja, practico boxeo. Y me veo muy sexy.

── ¡Una cosa no tiene que ver con la otra!

Intento golpearlo con mi rodilla pero él es más rápido y se cierne sobre mí colocando mis manos sobre mi cabeza. Miles de momentos parecidos y no muy agradables estallan en mi cabeza haciendo que lagrimas salgan de mis ojos y empiece a temblar sin poder controlarme. Él al darse cuenta se aleja en un movimiento rápido.

Él me mira sorprendido y hasta arrepentido, vuelve a intentar a acercarse a mí pero antes de que pueda evitarlo, un grito sale desde el fondo de mi garganta, él se echa atrás sin comprender la situación, mi grito lejos de parecer enojado, era de miedo puro. Me siento abrazando mis piernas para poder esconder mi rostro entre mis rodillas, no quiero que me vea así. Tomo profundas respiraciones para despejar los malos recuerdos.

── Lo siento... ──Escucho como se queda sin palabras y comprendo que no sabe que decir── Yo... sé que se me pasó la mano... soy un idiota, lo sé, pero no te enojes.

Cierro mis ojos tratando de controlar mi respiración y al mismo tiempo mis lágrimas. Pienso en sus disculpas y la verdad que en parte es mi culpa, al fin y al cabo yo provoque esto. Pero no deseo que descubra todo lo que hay detrás de esta reacción.

── También lo siento. ──Cuando dejo de temblar me pongo de pie y sonrío como puedo── No sé de dónde ha salido ese grito, a decir verdad. Lamento molestarte, voy a cambiarme debo ir al estudio y tú debes ir a clases.

── Ya es mediodía, Alexandra. ──Mil veces tonta, lo había olvidado── Me importa una mierda ir a clases ahora, ¿Estás bien?
── Estoy perfectamente bien. ──Parpadeo confundida ante su preocupación.

Él se levanta con suavidad, como si temiera que ante cualquier movimiento brusco saldría corriendo lejos de él, veo en sus ojos verdes aquella lucha interna que tiene.

── Perdóname. ──Se para en frente de mí── Estuvo mal hacer eso. No hace mucho intentaron... Anoche ese tipo... Lo siento.

Oh , Derek, es mucho más que eso.

── Tranquilo.

Él asiente no muy convencido.

── Me cambiaré aquí mientras tú estás en tu habitación. ──Me informa y yo sólo asiento── Te acompañaré para que trabajes tranquila y te busco en la noche. No es una pregunta.

Lo miro atentamente, no sé por qué quiero que esté conmigo siempre, asiento y me dirijo a mi habitación, opto sólo por ponerme un pantalón y unas zapatillas deportivas, como me gusta el suéter que tengo puesto no me lo cambio. Cuando me voy a recoger el cabello se queda al descubierto una leve marca que aún no se quita en mis hombros, suelto mi cabello de nuevo para taparla y decido dejármela así.

Cuando estoy camino a la sala veo de reojo que todo en la cocina está recogido, al llegar Derek se está poniendo la chaqueta y recuerdo que anoche le quite la billetera, una duda pasa por mi mente y no la contengo.

── ¿Con qué dinero pagaste lo que compraste?

── Con el tuyo. ──No puedo evitar soltar una carcajada, sé porque lo hizo── Con eso quedamos a mano con lo del taxi.

── Ya se me hacía extraño que no te debiera nada. ¿Tienes tu billetera?

── Sí, oye...

Alzo una ceja.

── ¿Sí?

── ¿Quién es Omar?

Es como si la sangre de mi cuerpo dejara de circular, aun así no lo demuestro, permanezco serena, con mi máscara. Desde un principio supe que él pudo haberlo escuchado, pero no tiene por qué saber de todo eso.

── ¿Quién?

── Él imbécil que te tenia acorralada lo menciono, ¿alguien que conozcas te quiere hacer daño?

La verdad es que sí.

── No, Derek. No sé quién es el tal Omar. Creo que se confundió de chica.

Me mira unos segundos y besa mi frente pareciendo aliviado, salimos del apartamento sin decir alguna palabra. Caminamos en silencio hasta el estudio, pero por primera vez desde que lo conozco, en un silencio cómodo, él apoya un brazo en mis hombros y lo dejo, porque me siento extrañamente cómoda con eso. Cuando nos despedimos él hace amago para abrazarme, pero al acercarse para hacerlo pongo mi mano sobre su rostro alejándolo. Él ríe.

── Hasta luego, imbécil.

──Hasta luego, Friki.




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