Engaños
── Me la cuidas, ¿Eh? ──Veo como Jess apunta su dedo en dirección a Derek antes de irse.
── Esa es mi intención.
Carraspeo, incomoda.
── No hablen como si no estuviera aquí. ──Me quejo.
── No trates de ocultarlo. ──Me guiña un ojo y veo como toma la puerta, cerrándola. Mi enojo crece.
── Eres idiota ──Le gruño sintiendo como veo rojo del enojo── No tienes derecho a decir esas cosas.
Volteo para encararlo.
── ¿Tanto te molesta la idea de estar conmigo? ──Hace una mueca algo triste.
── No me vengas con manipulaciones emocionales.
── Hablo en serio.
── Yo también lo hago. De por si me incomoda, no puedes dar por hecho cosas por allí con otras personas.
── Jessica no es mala persona.
── ¿Y si alguien malo lo escucha?
Derek bufa.
── ¿Qué hará? ¿Separarnos?
Pero sigo molesta, por lo que me abalanzo sobre él con fuerza, haciendo que él pierda el equilibrio y demos a parar al piso. Derek jadea al recibir el impacto por los dos.
── ¿Era necesario usar la violencia? ──Me pregunta con dificultad.
── Por tu culpa ella pensará que pasamos la noche juntos y de que somos novios. Eres un imbécil.
── Pero pasamos la noche juntos y nos besamos si mal no recuerdo, ¿esas no son cosas de novios? ──Mi mirada se vuelve sorprendida, pero él continúa hablando── Debo admitir que roncas un poco, pero ha sido muy agradable abrazarte toda la noche.
── ¡Pero si te estabas burlando que dormí con tu copia barata! ──Le recuerdo sus palabras── ¿Me mentiste?
── Sí. ──Admite── Entré a la madrugada a tu habitación viendo cómo te aferrabas a mi camisa.
── ¡Hijo de...! ──Ni siquiera puedo terminar de insultarlo.
Intento golpearlo con una mano, pero como siempre la atrapa tiempo, imito la acción con mi otra mano, pero corre la misma suerte. Hago fuerza para liberarme, pero él se ríe.
── ¿Es que no puedo golpearte?
── No. ──Contesta── Soy como un ninja, practico boxeo. Y me veo muy sexy.
── ¡Una cosa no tiene que ver con la otra!
Intento golpearlo con mi rodilla, pero él es más rápido y se cierne sobre mí colocando mis manos sobre mi cabeza.
Miles de momentos parecidos y no muy agradables estallan en mi cabeza haciendo que lagrimas salgan de mis ojos y empiece a temblar sin poder controlarme. Él al darse cuenta se aleja en un movimiento rápido.
Él me mira sorprendido y hasta arrepentido, vuelve a intentar a acercarse a mí, pero antes de que pueda evitarlo, un grito sale desde el fondo de mi garganta, él se echa atrás sin comprender la situación, mi grito lejos de parecer enojado, era de miedo puro. Me siento abrazando mis piernas para poder esconder mi rostro entre mis rodillas, no quiero que me vea así.
Contrólate.
Tomo profundas respiraciones para despejar los malos recuerdos.
── Lo siento... ──Escucho como se queda sin palabras y comprendo que no sabe que decir── Yo... sé que se me pasó la mano... soy un idiota, lo sé, pero no te enojes.
Cierro mis ojos tratando de controlar mi respiración y al mismo tiempo mis lágrimas. Pienso en sus disculpas y la verdad que en parte es mi culpa, al fin y al cabo, yo provoqué esto.
── También lo siento. ──Cuando dejo de temblar me pongo de pie y sonrío como puedo── No sé de dónde ha salido ese grito, a decir verdad. Lamento molestarte, voy a cambiarme debo ir al estudio y tú debes ir a clases.
── ¿Estás segura? ──Dice algo extrañado ante mi cambio de actitud.
── Si, claro.
── Si no te sientes bien…
── Me siento perfecta. ──Interrumpo── De verdad, no debes preocuparte y perder clases por esto.
── Ya es mediodía, Alexandra. ──Mil veces tonta, lo había olvidado.
── Cierto. ──Chasqueo la lengua.
Él se levanta con suavidad, como si temiera que ante cualquier movimiento brusco saldría corriendo lejos de él, veo en sus ojos verdes aquella inseguridad.
── Perdóname. ──Se para en frente de mí── Estuvo mal hacer eso. No hace mucho intentaron... Anoche ese tipo... Lo siento.
Oh, Derek, es mucho más que eso.
── Tranquilo.
Él asiente no muy convencido.
── Me cambiaré aquí mientras tú estás en tu habitación. ──Me informa y yo sólo asiento── Te acompañaré para que trabajes tranquila y te busco en la noche. No es una pregunta.
¿Y este se cree Ryan?
Solo asiento, ya cansada de tanto pensar y llevar la contraria, me giro y me voy a mi habitación a arreglarme. Mientras veo mis cosas, veo la billetera de Derek y la tomo para devolvérsela.
De camino de regreso a la sala veo de reojo que todo en la cocina está recogido, sonrío ante ese detalle. En la sala Derek se está poniendo la chaqueta, coloco la billetera sobre mis labios, pensativa.
── ¿Con qué dinero pagaste lo que compraste?
── Con el tuyo. ──No puedo evitar soltar una carcajada, sé porque lo hizo── Con eso quedamos a mano con lo del taxi.
── Ya se me hacía extraño que no te debiera nada. Toma tu billetera, perdona por no devolverla antes, lo había olvidado.
Él la toma.
── Gracias, no hay problema. Oye…
Alzo una ceja.
── ¿Sí?
── ¿Quién es Omar?
Es como si la sangre de mi cuerpo dejara de circular, aun así, no lo demuestro, permanezco serena, con mi máscara. Desde un principio supe que él pudo haberlo escuchado, pero no tiene por qué saber de todo eso.
── ¿Quién?
── Él imbécil que te tenía acorralada lo mencionó, ¿alguien que conozcas te quiere hacer daño?
La verdad es que sí.
── No, Derek. No sé quién es el tal Omar. Creo que se confundió de chica.
Me mira unos segundos y besa mi frente pareciendo aliviado, salimos del apartamento sin decir alguna palabra. Caminamos en silencio hasta el estudio, pero por primera vez desde que lo conozco, en un silencio cómodo, él apoya un brazo en mis hombros y lo dejo, porque me siento extrañamente cómoda con eso.
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Editado: 17.01.2025