Foster
── Vas a hacerte un examen de la vista, Alex. Cálmate.
── Déjame morir en paz. ──Hago un puchero.
Se ríe y no puedo evitar contagiarme por su diversión, que no dura mucho tiempo al sonar mi celular. Entorno los ojos al ver aquel número desconocido que me incomoda.
── Diga. ──Respondo en tono seco.
── Alexandra, por favor. ──Dice el Padre de Derek suplicante── ¿Podemos hablar mañana?
── No. ──Le espeto.
── ¿Por qué?
── Porque mañana estaré ocupada y todos los días siguientes también.
── ¿Mucho trabajo en el estudio? ──Su pregunta me deja en Shock, no pienso mucho en cómo lo supo porque su hijo va diciéndole a todo el mundo mi vida mientras va caminando al estilo de la Caperucita Roja.
── Vaya, ¿algo más que Derek le haya dicho de mi vida privada y deba saberlo?
── Derek no me dijo nada.
── ¿Y cómo lo sabe entonces? No me diga que me están siguiendo.
── De hecho, te investigué y lo sé todo.
Me quedo sin aliento ante su declaración y mis palabras se cortan mientras que mi mente da vueltas y vueltas en una especie de laberinto. No, no puede saberlo todo, no puede. Mierda, ¿y si Derek ya lo sabe? Eso explicaría porque dice amarme cuando no es verdad.
Dejando a un lado mis inseguridades, tiene sentido, él es un investigador.
── U-usted no sabe... ──Sus palabras me interrumpen.
── Mañana vas al psicólogo donde has ido los últimos seis años cada cinco meses o cuando de verdad lo necesitas. Tengo entendido que tomas demasiado café por...
── Basta. ──Miro de reojo a Ryan quien me mira con curiosidad── ¿Se lo ha... dicho a alguien?
── Mi hijo no lo sabe. ──Mis hombros se relajan── Pero yo sí, y tengo que tratar contigo cosas importantes.
Paso mi mano por mi rostro tratando de calmar todo lo que siento, sinceramente no creo que sea necesario que hablemos.
── Señor, ya todo eso pasó, no hay nada de qué hablar.
── Alexandra si no vienes esta semana a hablar conmigo, se lo diré a Derek. ──Mi cuerpo comienza a hiperventilar── Sé que está mal que te amenace, pero tienes que escuchar lo que te diré.
── Yo... ──Suspiro rendida, ya sé de dónde Derek salió tan intenso── Puedo ir a su casa el viernes, supongo.
── Está bien, te espero. ──Murmura aliviado── Por favor, cuídate.
Me cuelga sin esperar mi respuesta.
¿Quiere que me cuide? ¿Cuál es su fetiche conmigo?
Me recuesto en mi asiento analizando mis opciones con los ojos cerrados, creí que podía evitar a ese señor hasta poder desaparecer, pero si no lo pude lograr ni con su hijo, menos con él. Ugh, esto es demasiado frustrante.
── ¿Quién era? ──Su voz suave me hace recordar su presencia. Volteo a verlo.
── El padre de Derek.
── Lo verás el viernes. ──Asiento── ¿Te acompaño?
── No, yo... ──Que él vaya conmigo es una idea tentadora── Debo hacerlo sola.
── ¿Por qué?
── Lo sabe. ──Le explico con una sonrisa débil── Quiero evitar que se lo diga a Derek.
En ese momento Ryan se estaciona frente al hospital y su atención se concentra en mí, puedo ver el asombro en su mirada y como lo analiza.
── Debo admitir que pensé que cuando entraras a la universidad te ayudaría a seguir con tu vida. ──Arqueo una ceja confundida de que recuerde eso ahora── Pero ahora está el triple de problemática que cuando te conocí.
Me río ante su observación, la verdad es que sí. Estos últimos tres años han sido realmente agobiantes con todos los problemas que se me han presentado de poco a poco.
── Tienes razón. Pero sólo se trata de agresión por parte de mis compañeros, eso puede verse seguido.
── También hablo de tu vida personal y amorosa. ──Me sonríe divertido── Tienes a dos hombres de personalidades opuestas enamorados de ti, una mejor amiga nueva que parece tener problemas de casa y tu ex suegro de carácter fuerte siguiéndote. La verdad es que no me gustaría ser tú en este momento.
Abro mi boca fingiendo estar ofendida ante sus palabras, pero por alguna razón me resulta de lo más divertido en este momento. Me inclino y le doy un beso casto en los labios antes de bajarme.
── Te espero, no voy a entrar sola a mi muerte visual.
── Deja que estacione el auto y te acompaño.
Antes de entrar al hospital es imposible no ver por el reflejo de una ventana la marca que tengo en el cuello, que a pesar de que no se nota tanto como lo hacía temprano, se ve claramente si prestas atención. Camino por los pasillos en busca del consultorio, al pasar frente a una cafetería, el reconocido aroma de café con leche inunda mis fosas nasales, haciéndome rugir el estómago.
Uhm, quiero café.
Entro sin pensarlo dos veces mientras saco de mi bolsillo trasero el dinero para mi preciado café, cuando estoy haciendo fila el chico de atrás me llama.
── ¿Visita o consulta? ──Pregunta amablemente con curiosidad.
Volteo a ver al chico alto y moreno que está detrás de mí. Es la primera vez que alguien me habla así de improvisto.
── Un simple chequeo de la vista.
── ¿Usas lentes de contacto? ──Mi ceño se frunce con desconfianza ante su pregunta.
── Eh... no.
── No puedo creer que ese color de ojos tan hermosos sea natural. ──Mi rostro se calienta ante la vergüenza── Eres más linda de lo que me dijeron.
── ¿Eh?
── Me llamo James Valles, ¿y tú?
── Alex... ──Siento una punzada en el pecho, por alguna razón tengo un mal presentimiento en decirle mi apellido── ... Foster.
Mierda, de tantos apellidos que me sé, de tantas opciones que pude decir. ¿El de Derek? ¿En serio?
No negaré que mi nombre junto con su apellido combina muy bien.
── Por casualidad, ¿no querrás salir conmigo? ──De pronto me siento incomoda ante su mirada.
── Eh... ──No sé qué decir.
── No. ──Con el simple sonido de su voz, me hace estremecer completa.
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Editado: 14.11.2024