Máscara Inefable (saga Disfraz #1)

Capítulo XXVI

Declarar La Guerra

Al colgar tomo mi aparato, sólo conozco a alguien que le encantaba esconderse en la ciudad, es una locura lo sé. Soy una tonta por involucrarlo en esto. Pero ni Ryan tenemos mente para pensar en algo rapido, tampoco conocemos la ciudad a fondo.

Sin dudarlo mucho marco el número de memoria con dedos torpes y temblorosos, rezo en mi interior para que me conteste y no me cuelgue, para mi suerte contesta.

── Hola, mi Friki hermosa. ──Su tono de voz tranquilo ajeno a mi situación me calma un poco.

En ese momento de descuido Ryan hace una curva de pronto y mi cabeza impacta fuerte con la puerta del auto.

── Mierda. ──Mascullo.

── ¿Alexandra? ──Pregunta visiblemente alterado── ¿Que está pasando?

── ¡Dime un escondite rápido!

── ¿Pero qué...?

── ¡Maldita sea! Luego te explico. ──Mi voz suena quebrada, pero es lo menos que debería importarme ahora── Alguien nos persigue, son tres autos y necesito que me digas un escondite.

Se queda callado unos segundos, pero luego parece reaccionar, me indica que le comunique a Ryan y obedezco. Escucho a lo lejos como Ryan hace uno que otro asentamiento con la garganta mientras cambia de dirección. En los siguientes minutos que me parecieron eternos, puedo notar, por la inclinación del coche que Ryan está haciendo varias curvas sin problema.

Tímidamente asomo mi cabeza con cuidado de que no me disparen, suspiro de alivio al ver que no hay nadie, supongo que de todos esos cambios de dirección causaron que los perdiéramos, él vuelve a cruzar a la izquierda y de pronto estamos debajo de un edificio. No sé dónde carajos estoy, pero no me importa en este momento. Veo como cuelga y vuelve a llamar, a su tío supongo. Informa donde estamos y deja el celular.

Ryan se estaciona y apaga el auto, ambos no nos decimos nada, lo único que rompe el silencio dentro del vehículo son nuestras respiraciones irregulares, es la primera vez en mi vida que me ocurre una cosa como ella. Me falta el aire, por más que intento respirar con normalidad, no lo logro y empiezo a sollozar llamando la atención de Ryan. Sin importarme nada abro la puerta y me bajo prácticamente saltando hacia afuera, como era de esperarse de mí, mis pies no funcionan para nada y termino en el suelo tratando de respirar.

── ¡Alex! ──Debe ser Ryan. A pesar de que sé que está a un paso agachado a mi lado, lo escucho como si estuviera a metros.

── ¿Qué carajos pasó, niño bonito? ──Bueno ese debe ser el imbécil.

Escucho más voces, reconozco al comisario entre ellas. Noto como la figura de Derek se agacha frente a mí, pero no tan cerca como para incomodarme. Volteo, y al ver a Ryan explicarle todo a su tío y ver el auto lleno de disparos. Hace que el pánico crezca, por lo que decido cerrar los ojos.

Me concentré en mi respiración para poder controlarla, me costó, pero luego de un buen rato logro respirar más pausadamente, al sentir que alguien se acerca me tenso.

── Espera a que se calme. ──Escucho a Ryan advertir.

── Y esperar una mierda.

Siento como Derek me abraza, sé que es él por su perfume único, me dejo abrazar y extrañamente me calmo con más facilidad. Derek pasa un brazo bajo mis rodillas y me levanta con facilidad, adentrándome a un auto.

(...)

── ¿Será que pueden explicarme que fue lo que pasó? ──Pregunta Derek por milésima vez.

Él va manejando apretando el volante con ambas manos, no me sorprende. Sabemos que esta situación le preocupa, pero no disponemos de información completa, sólo sospechas de las que espero equivocarme. El Comisario se está encargando del auto de Ryan para obtener alguna pista y de allí la llevará al taller. Aún puedo recordar su mirada donde dice claramente debes ponerle fin a esto que me dedico.

── ¿Qué parte de "no sabemos quiénes eran" no entiendes, imbécil? ──Le responde Ryan por milésima vez con tono duro.

── A mí no me insultes, niño bonito.

── ¿Eso es una amenaza? No estamos en la universidad, te puedo romper los dientes.

Derek suelta una carcajada, se ve realmente divertido por las palabras de Ryan.

── ¿Quieres averiguarlo, niño bonito?

── Cállense ya. ──Gruño entre dientes── Me duele la cabeza, dejen de actuar como dos niños.

Cuando por fin cierran la boca me recuesto en el asiento trasero, disfrutando del hermoso silencio que se ha creado por fin. Mi mente procesa y repasa todo lo sucedido, la verdad es que no esperaba una situación así desde... ni siquiera quiero recordarlo.

Recordar... ¡Mierda!

── Ryan. ──Voltea a verme── ¿Ellos no han llegado verdad?

Hace una mueca de preocupación, tanto como yo, no le gusta que ellos se preocupen. No se le puede dar un mínimo problema a aquella pareja porque empiezan a sacar muchas conclusiones e intentan resolver tus problemas sin que tú muevas un dedo. Eso es algo lindo que no se puede negar, pero no quiero preocuparlos más. Ya han hecho mucho por mí.

── Espero que no. ──La voz de Ryan me saca de mis pensamientos.

Me le quedo viendo como empieza a manipular su celular, para comprobar supongo.

── ¿Están hablando de los padres de Alexandra?

La pregunta de Derek hace que algo se me queme por dentro, bajo mi mirada un instante para poder tragar saliva sin sentir rabia.

── De mis padres. ──Contesta Ryan por mí y se lo agradezco, se endereza en su asiento mirando al frente── Deben de estar preocupados.

La mirada de Derek se cruza con la mía a través del retrovisor.

── ¿Cenarás con los padres del niño bonito?

── Sé que soy guapo, ¿pero puedes dejar de llamarme así? No eres mi tipo ──Le pide Ryan molesto.

── ¿Te incomoda? Puedo llamarte pelotas pequeñas también...

── Mucho cuidado con eso...

Me inclino hacia adelante y le tomo las orejas a ambos jalando bastante fuerza. Escucho como se quejan, pero los ignoro empezando a hablar.




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