Máscara Inefable (saga Disfraz #1)

Capítulo XXVII

¿Papá?

Aprovechando que me da toda la información que yo quiera…

── ¿Desde cuándo su hijo me sigue?

Él me sonríe de lado.

── Desde que te conoció.

Ellos me preocupan a niveles alarmantes.

Lo peor es que él como padre lo aprueba. Algo así como “¿qué quieres hacer hoy, hijo?” “¡Vamos a seguir a la vecina a ver qué hace en su día a día!” “¡Ese es mi hijo!”

Casi me río imaginando aquello.

── ¿No lo dejará de hacer? ──Le pregunto.

── ¿Qué cosa?

── Vigilar a Derek.

Camilo sonríe con complicidad.

── Te preocupas por él, eh. ──Ríe al ver mi expresión── Claro que lo haré, tranquila. No dejaré que nada le pase.

Asiento, más nerviosa que nunca.

── ¿Yo qué puedo hacer?

── Cuidarte. ──Responde como si fuera tan claro como el agua. No me gusta esa idea, me sentiría inútil.

── Además de eso. ──Digo apretando los dientes── Por favor, no me cuiden más, no quiero causar molestias.

── No son molestias, además, ya tienes a tu guardia personal.

── ¿Quién? ──Pregunté tontamente, ya sospechaba de quien se trata.

── Como nos dimos cuenta de que mi hijo te sigue todos los días, él te cuidará.

── Si Derek me sigue todo el tiempo, ¿por qué no hoy?

── Llamé a Mars.

Este hombre piensa en todo.

── ¿Entonces eso es todo? ──Al ver como se tensa, me alarmo── ¿Qué?

Mi tono suplicaba que se detuviera con las malas noticias, pero era inevitable con toda esta locura.

Él se remueve incomodo en su asiento y parece preocupado, algo me dice que sus palabras no me gustaran para nada.

── Aun no logro entender porque te buscan luego de tanto tiempo, por lo que sé, tuviste varios años en paz, si te buscan ahora… no lo sé. No me da buena espina, por eso quiero que te cuides, no les des la oportunidad de algo horrible.

El aire se atora en mis pulmones impidiéndome respirar con normalidad, suelto los papeles sin importarme que se hayan desordenado en todo el piso. Pongo mis manos en mi frente en busca de aclarar mi mente y tranquilizarme, no puedo perder la cordura ahora, debo estar atenta a lo que el padre de Derek tiene que informarme. Porque estoy segura que aún faltan cosas por decirme.

Para mi sorpresa logro controlarme en un instante, cuando por fin dejo de sentir el aire atascado, puedo respirar con normalidad relajo mis hombros.

── ¿Estás bien? ──Me pregunta el Sr. Foster visiblemente preocupado.

── Sí. ──Respondo sin dudar bajando las manos a mi regazo.

── ¿Estás segura? ──Cuestiona sin creerme── Puedo...

── ¿Por qué me está ayudando?

Me mira sin entender.

── Porque mi hijo te ama...

── No. ──Le interrumpo── Hay más. ¿Qué es?

── Que observadora. ──Su ánimo decae un poco── Conocí a tus padres.

Ahora soy yo la que mira sin entender.

── ¿Cómo dice?

── Fue hace años, poco antes de que mi ex esposa quedara embarazada de Derek. ──Desvía la mirada como si estuviera avergonzado── Por eso te ofendí con tanta rabia. Al verte, te reconocí al instante, eres idéntica a ellos en apariencia. Supongo que tenía miedo de que todo lo que tus padres nos hicieron a nuestras vidas, se lo hicieras a Derek o algo peor.

── ¿Por qué? ──Pregunto, evitando preguntar cómo conoció a mis padres, sinceramente no quiero saber nada de ellos.

── Digamos que… tuvimos problemas legales por culpa de ellos, no es una historia muy agradable de contar.

Cierro mis ojos con dolor al escucharlo, no quiero pensar en eso ahora. Cambio de tema. Debo hacer la pregunta del millón, no quiero saber la respuesta, pero debo escucharla.

── ¿Qué sabe de Omar?

── Te dije por algo que siguieras tus denuncias.

Un silencio perturbador se instala entre nosotros. Había olvidado que él había dicho eso, trataba con todas mis fuerzas conservar la calma, rogué en mi interior equivocarme al imaginar a la persona que está detrás de todo esto.

── ¿Están aquí? ──Pregunto con una sonrisa resignada. Omar es obvio que lo está, me preocupa otras personas.

── No. ──Frunzo el ceño── Solo Omar.

── Y, ¿mis padres?

── Siguen desaparecidos, según el Comisario. Pero en mi opinión hay posibilidades de que estén cerca.

Él me pasa una foto, pero no hago amago de tomarla por lo que la deja frente a mí sobre la mesa, revelando a la persona que no quería volver a ver en mi vida. Al ver a aquel hombre con el mismo color de mis ojos, mis extremidades empiezan a temblar de pies a cabeza de sólo pensar que me está buscando para lastimarme de nuevo.

Mi tío. Omar Carvajal.

── ¿Desde cuándo está aquí?

── Casi dos meses. ──Responde.

Aparto mi mirada de aquel hombre que me causó pesadillas por años, no, no puedo seguir en este lugar. No quiero.

── No continuaré ninguna denuncia. ──Le aclaro firme.

── Alexandra...

Inmediatamente recuerdo su voz llamándome de esa forma tan perturbadora.

── ¡No! ──Grito golpeando con fuerza el escritorio── No volveré a decir todo lo que me hicieron. No quiero volver a verlos. Prefiero que mis padres estén desaparecidos antes de volver a verlos.

── Sabes perfectamente que podemos buscarlos y encontrarlos.

Seguía negando con la cabeza, todo era demasiado para mí.

── No gracias. ──Rechazo su oferta con una sonrisa falsa── Para mí, ellos están muertos.

── Alex…

── Tiene todas estas pruebas. ──Señalé, desesperada── Arréstenlos con esto.

── Sin un testigo tan clave como tú, no recibirán la condena que se merecen.

Cierro los ojos, derrotada.

Con toda esa información simplemente hace que mi mente pida un respiro, por lo que ni siquiera puedo fingir que todo está en orden y que estoy calmada, menos puedo fingir amabilidad y paciencia. Cuando lo escucho hablar, abro mis ojos de nuevo.

── ¿Te importa si ordeno vigilantes para ti para cuando estés completamente sola? Eso incluye que el chofer te lleve de vez en cuando y avisarme cuando estés sola. ──Pregunta con temor, supongo que le teme a mi reacción




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.