Perdiendo el Control
Miro el techo como si en él están las respuestas que necesito.
¿Por qué con Derek? ¿Por qué me confunde tanto? ¿Por qué quiero abrazarlo a él y no a mi novio?
Lo odio, lo odio por confundirme, por herirme y hacerme tan feliz al mismo tiempo. Lo odio porque me vuelve un caos y no puedo controlarlo. ¿Por qué demonios tengo que ser tan mala?Mi celular suena y suena sin parar, pero ni me molesto en ver quién diablos es. Me siento en el piso recostada en una pared con la tercera botella, al destaparla recuerdo todo lo que tuve que pasar para poder dejar de ser adicta a esto, por más que trato de encontrar mi lado racional para poder parar de beber, lamentablemente ya estaba perdida en algún rincón de mi mente, y lo peor es que ni siquiera lo quiero encontrar.
Cuando el celular vuelve a sonar indicando otra llamada entrante, en esta ocasión si me levanto algo torpe para atender, ya que por la canción que está sonando sé que se trata de Jessica, quien se auto cambió su tono de llamada exigiendo ser especial.
Tomo mi celular mientras tomo otro trago y contesto.
── Hoooola. ──Saludo largamente y suelto una carcajada sin poder evitarlo.
── Alexandra, ¿estás bebiendo? ──Su voz preocupada me hace reír aún más── ¿Dónde estás? Ryan te está buscando como loco.
── Nah. ──Bufo divertida── Estoy en mi lugar feliz.
── ¿Y dónde queda ese lugar feliz?
── En tu corazón. ──Respondo logrando que suelte un suspiro cansado.
── Está diciendo locuras, Ryan. ──Habla Jess alejándose un poco del celular── No me quiere decir dónde está.
Escucho vagamente como ella y Ryan discuten sobre dónde puedo estar mientras sigo bebiendo. Entonces él se pone al celular.
── Alexandra. ──Me llama Ryan serio── Dime donde estas, ahora.
Habla despacio, pero con firmeza, me empiezo a reír al imaginármelo con su ceño fruncido y con la nariz ligeramente arrugada.
── Estoy en tu corazón. ──Rompo a carcajadas ante mi propio chiste.
── Por el amor a Dios. ──Exclama perdiendo la paciencia── Dime en este maldito momento donde estas.
── Uy, que gruñón.
── Alexandra... ──Por su tono sé que ya no tiene ni una gota de paciencia.
── En el estudio.
── No te muevas de allí. ──Me ordena y cuelga.
Miro el celular con diversión ajena a su mal humor, sigo tomando de la botella mientras comienzo a cantar una canción en japonés de un anime que me gustó mucho. No me sorprendería que apareciera un demonio detrás de mí preguntándome para qué lo invoqué tan temprano.
Para cuando escuché que tocaban la puerta con agresividad, ya me había acabado la tercera botella y me reía por todo. Me acerco a la puerta que no para de ser golpeada.
── ¿Quién es? ──Canturreo, divertida. ──Pregunto entre risas── ¿Quieres tener sexo con la puerta? ¿Así de grande la tienes?
Se escucha como alguien reprime una risa y me doy cuenta de que no está solo y como la curiosidad pudo más conmigo, abro la puerta antes de que Ryan pueda protestar. Observo como Mars y Jessica me observan entre divertidos y sorprendidos mientras que por otra parte Ryan está enojado. Soy consciente de que mi estado natural, no hubiese permitido que ellos estuvieran aquí. Es un lugar muy personal para mí y pocos tienen ese privilegio. A parte, la idea de que Mars le cuente todo a Derek, me pone algo nerviosa.
Con rapidez todos pasan y noto como Ryan cierra la puerta mientras yo muevo las caderas de lado a lado cantando Aquí de Encantada.
── No creí que estaría tan... así. ──Musita Mars y me río ante su expresión.
Me acerco y coloco mi dedo índice sobre sus labios.
── Shhh. ──Lo callo, Jess me mira divertida── Le dices de esto a Derek y te joderé.
Ryan pasa y observa con más determinación su alrededor, cuando su mirada cae en las tres botellas que me tomé sola en una hora, me mira molesto. Me alejo de Mars para prepararme para su regaño.
── ¡¿Por qué demonios estas bebiendo?! ──Grita tan fuerte que mis ojos se cierran un poco.
── ¿Qué tiene de malo que lo haga? ──Cuestiona Jess en voz baja. Ryan se calma un poco al escucharla y la observa de reojo.
── Por nada. ──Dice más calmado a su dirección── Sólo quiero saber porque lo hizo. ──Dice mirándome fijamente.
Pongo mis manos en mis caderas y lo miro desafiante con la barbilla alzada.
──Porque quise. ──Ryan aprieta sus puños y veo a Jess junto a Mars, enfoco mi mirada de nuevo a mi novio── ¿Por qué los trajiste?
── Estábamos muy asustados por ti, Alex. ──Habla Jess.
── Por favor. ──Bufo sin poder creerlo, mi humor pasa de la alegría a la furia y Ryan se da cuenta── ¿Qué tiene de malo beber? ¿O es que ya me están comparando con mi padre?
── Alex... ──Empieza a decir Ryan, pero es interrumpido.
── ¿Padre? ──Pregunta Jess con el miedo brotando en sus ojos, Mars me mira como si estuviera atando cabos en su cabeza.
Por alguna razón no me molesta que lo sepan.
── Ah, sí. Mi padre. ──Digo sarcástica── Era un imbécil alcohólico.
Ryan se acerca rápidamente a mí.
── Para, Alexandra.
── ¿Es eso no? ¿Piensas que soy como él? ¿O como mi madre? ──Mis ojos se llenan de lágrimas── Tranquilo, ¡no soy como la zorra de mi madre que le encantaba incitar el maldito maltrato contra inocentes!
── ¡Alexandra, cierra la boca! ──Dice Ryan mientras me toma de los brazos, pero, no puedo parar.
── ¡¿O qué?! ──Exigí saber fuera de control── ¡¿Me vas a violar como todo el mundo lo ha hecho?!
Hubo un minuto de silencio absoluto y me concentré en la mirada de Ryan, que reflejaba el mismo dolor que posiblemente yo estaba transmitiendo.
── ¿Q-qué? ──Volteé hacia Jessica quien parecía querer llorar, ella se dirige a Ryan── ¿Eso es cierto?
Me tambaleo cuando me doy cuenta de lo que he dicho, con delicadeza me salgo del agarre de Ryan, quien me deja ir, me enderezo para observar a Jessica, quien me mira con lástima. Trato de controlar la ira que crece al ver esa mirada, nunca me ha gustado que me miren de esa forma.
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Editado: 21.11.2024