Máscara Inefable (saga Disfraz #1)

Capítulo XXXVI

Todo Está Perdido.

Cuando salgo de mi trance me levanto y avanzo, arrastrándome hacia el cuadro que Derek hizo conmigo, aun puedo ver claramente nuestros trazos mezclados en uno, mis dedos acarician las partes aun buenas del cuadro.

── ¿Quien? ──Cuestiono con decisión, sin titubear, ni demostrar lo ronca que esta mi garganta y el dolor que siento al forzarla.

── Alex...

── ¿Quien? ──Repito con el mismo tono.

── Fue Derek.

Y eso fue todo, todo lo que necesitaba para tumbarme justo en el fondo. Sabía el riesgo que era Derek cuando estaba completamente enojado, sé que cuando se siente engañado él hace hasta lo imposible para que la otra persona se sienta igual o peor. Lo sé a la perfección. Pero no creí que fuera así conmigo, que viniera y destruyera algo tan importante para mí, no era necesario llegar a tal grado.

De nuevo fue el típico imbécil que hace toda una tormenta sin escucharme antes, sin importarle si había razones o motivos de que lo que sucedió no fue mi culpa.

Lo que más me duele en este momento es que no cree en mí, para él fue más sencillo juzgarme y destruirme por completo.

── ¿Siquiera tuvo alguna duda de mi desaparición?

Volteo para encararlo y que me responda a aquella pregunta.

── Al principio no sabía que estabas desaparecida. ──Me cuenta viéndome con dolor── Al ver aquella foto hizo todo esto, lo encontré llorando en el suelo, preguntándose por qué lo habías traicionado. Pero no pude romper la promesa que te hice a ti, no era mi problema personal, era tuyo, te correspondía a ti contárselo. Callé, y me propuse a encontrarte. Y él… lo dejé solo.

Yo sólo lo miraba inundada en lágrimas, en estos momentos solo quiero encararlo y gritarle. Ser traicionado no conlleva a hacer algo tan horrible.

── Esta vez no la dejaré pasar. ──Digo limpiando mis lágrimas con rabia.

── Alex, es mi culpa, si hubiese criado mejor a mi hijo... sí tan solo yo hubiese prestado más atención, él no sería así.

── No me venga con esa mierda.

── Alex…

── Mire a su alrededor. ──Supliqué, sintiéndome tan patética por hacerlo desde el suelo── Esto era mi vida.

Escucho como se disculpa de nuevo, pero no respondo, mi mirada se pierde ante aquellas pinturas que tenían mi alma pintada y trazada a detalle. He hecho muchas pinturas, pero éstas se convirtieron en las más importantes que alguna vez hice, todas estaban tan llenas de recuerdos y momentos hermosos mientras las hacía.

Mi relación con Derek había iniciado casi al mismo tiempo que había empezado con los cuadros.

Sin más que hacer allí, me levanto.

Tomo el número del organizador de la exhibición y la guardo en mi bolsillo junto el otro.

La rabia acumulada dentro de mi ser, hacía que mi cuerpo temblara, apretando el cuadro que había hecho con Derek, me enderecé y vi con lejanía a aquel hombre que me había ayudado tanto.

── Por favor, quiero estar sola. ──Musito con una sonrisa forzada, tuve que resistir ante el jalón que sentía sobre mis comisuras para encorvarse hacia abajo.

── Alex, es peligroso que estés sola...

── No me importaría morir, a decir verdad. ──Respondo, causando que me mire sorprendido── Pero aun así quiero estar sola. Prometo pagarle lo que ha hecho por mí, prometo que siempre le deberé algo a usted por ayudarme tanto con amabilidad, pero déjeme en paz.

── No me importa el dinero ni el favor. Es tu seguridad...

── Exacto. ──Concuerdo interrumpiéndolo── La mía, no la suya.

Sus hombros se hunden con rendición. Asiente y sin decir nada más sale de mi estudio dejándome con mis pensamientos. Me relajo por completo al escuchar la camioneta alejarse.

Aun sintiendo mis brazos y piernas adoloridas, tomo lo que queda de los cuadros con enojo y los tiro al suelo, hasta Derek se tomó la molestia en dejarlas en el mismo lugar que yo las había dejado. Cuando todos están en el suelo miro al techo algo que no había notado.

Siempre serás una zorra.

Escrita con letras grandes y rojas, camino hasta la salida ni siquiera me molesto en acomodar la puerta, la dejo así, al fin y al cabo, todo está destruido, nada importa ya en ese lugar. Camino y paso frente a mi edificio, pienso en buscar el bate para ir en busca de Derek, pero no quiero cruzarme con Jess estando de esta forma.

Sigo caminando por lo que parecieron horas, hasta llegar frente a la casa de Ryan, dudo, pero finalmente cruzo la calle y toco la puerta.

Sólo bastó con que él abriera la puerta con una expresión de sorpresa en el rostro, me arrojo en sus brazos sin dudarlo y empiezo a llorar sin parar. Como puede, él cierra la puerta y me envuelve en sus brazos. Siento sus lágrimas resbalar por mi hombro y espalda, nos aferramos uno al otro sin poder creer que de verdad nos estemos abrazando. De verdad creí que no volvería a hacerlo.

Unos minutos después, empezamos a calmarnos. Siento como Ryan besa mi cabeza unas cuantas veces y sus manos acarician mis brazos, tiemblo al sentir sus manos calientes en mis brazos helados.

── Joder, Alex. Estás helada. ──Musita el en mi oído, hace ademán de separarse, pero no lo dejo.

── Quédate así. ──Pido, y mi voz ronca delata que me hicieron algo, él se tensa.

── ¿Qué te hicieron?

Noto que no está seguro de querer saberlo ahora, por lo que niego con la cabeza en su pecho.

── Luego, por favor. ──Él suspira.

── Está bien.

Nos quedamos callados lo que pareció una eternidad, hasta que el finalmente habla.

── ¿Quieres café?

Me separo un poco para observarlo detenidamente, grabo cada detalle de su rostro para nunca olvidarlo, él no tarda en imitar mi acción, seguido de besar mi frente.

── No, gracias. ──Respondo. Él ríe levemente.

── Definitivamente es el fin del mundo. ──Intenta mostrarse divertido, pero finalmente su expresión de tristeza no tarda en volver a aparecer── ¿Usarás los ahorros verdad?




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