Máscaras

Dia.1

Título: Regresos que dan gusto… ¿o uniones?

 

Años atrás.

 

Mis párpados estaban pesados, por lo que me hizo cerrarlos con fuerza para después volver abrirlos lentamente, la luz del sol golpeaba con mi cara, solté un chillido bajo, en qué momento me había quedado dormida, mire a mi alrededor me detuve bruscamente en mi escaneo cuando sentí un cuerpo alado mío moviéndose para acomodarse en una mejor posición, no voy a negar que al principio me espante, hasta que el cuerpo de tal persona quedó boca arriba por lo cual pude ver el rostro, oh era mi abuela.

 

Un alivio se instaló en mi al ver que se había quedado conmigo, pero mi cabeza comenzó atar cabos con la situación, ¿Dónde estaban mis tías y mi primo? ¿se habrán quedado a dormir? ¿se habrán quedado durmiendo en la sala?

 

Bueno tenía mil preguntas, (muchas dirían yo.)

 

Nuevamente le volví a echar un escaneo al lugar donde me encontraba, era un cuarto rosado, pequeño mi cama en la que estaba acostada estaba en medio y justo ahí había una ventana, por lo cual por eso el maldito sol y la maldita calor me despertaron, gotas de sudor cayendo por mi frente, como es que mi abuela podía dormir con este calor.

 

Me rasqué la nuca desesperada por bañarme, me levanté despacio para no despertar a mi abuela.

Aunque era más que obvio que se iba a levantar apenas escuchara el sonido de la ducha, pero igual nada perdía, apenas mis pies tocaron el piso en ese instante supe que no debí de bajarme de la cama, el maldito piso estaba helado, solté un grito intentando callarme lo más posible que pude para no despertar a mi abuela, pero como dije no sirvió de nada ella se sentó de golpe en la cama.

Me hizo recordar a esas pelis de zombis cuando se levantan de sus tumbas, jeje.

Ella giró su cabeza en dirección a mí, la cual estaba saltando para que mis pies no tocaran el piso helado, sí que ridículo, me dedico una sonrisa de oreja a oreja divertida antes de levantarse y pasarme mis sandalias, agradecí desde mis adentros porque enserio me estaba congelando los pies.

—Para la próxima ponte medias, así cuando te levantes no te congeles—dijo mi abuela caminando al baño.

—¿Abue, y mi primo? —pregunté, necesitaba molestar a alguien y la única persona que tenía que molestar era mi primo, mi abuela se detuvo en medio y giró en mí y respondió.

—Tranquila, están abajo—dijo ella sobándose la cabeza—se quedaron a dormir.

Después de unos 20 minutos mi abuela ya había salido del baño, yo ya me había bañado, ahora solo me quedaba bajar a comer.

Me encontré a mi primo en la mesa comiendo y a mis tías en la cocina con mi abuela, bueno hora de molestar a la víctima, ósea mi primo, intente tirar de la silla en la que él estaba sentado, pero fue absurdo intentarlo ya que el muy insoportable se giró para ver quien era la persona que venía a molestar su tranquilidad, apenas me vio me saludo y me sonrió, nunca me salía bien lo de molestarlo.

—Hola, April—dijo Roy

—Hola, quería molestarte, pero como veras no funcionó, de nuevo—dije sentándome al lado de él.

—¿No se supone que, si vas a molestarme no tienes que decirme? —dijo el mirándome de reojo divertido.

—Mejorare ya verás, mejorare—dije apartando mi cabello de mi hombro.

—Claro si tú lo dices—dijo él, a lo cual me lo tomé como un reto.

Para mi todo era un reto para ser más justa, por eso era divertido.

—¡¡Hola mi princesa!!, ¿en qué momento bajaste? —pregunto mi abuela abrazándome por detrás, Roy ya se había marchado a la cocina a comer un postre que mi tía le había hecho.

Tonto, ni siquiera se digna a ofrecerme un poco.

— Mamá, yo también quiero—dije molesta al ver a mi primo comer como un desesperado.

Mi abuela miró a mi tía con cara de querer matarla al ver que yo me había dado cuenta sobre el postre que le habían preparado a mi primo, ¡LA TRAICIÓN HERMANO!

—Si ya te traigo el tuyo mi princesita—dijo mi abuela pinchándome los cachetes.

Roy se reía a carcajadas ante el acto de mi abuela, la cual giro la cabeza como la de la niña del exorcismo mi primo dejo de reír ante el acto siguió comiendo de si postre, estúpido.

—Mamá, ¿Cuándo viene el abuelo? —la pregunta tomó desprevenida a mi abuela lo cual la hizo ponerse pálida ante mi pregunta.

Mi abuela y mi abuelo no estaban juntos, ni lo estarán, ya que mi abuelo está con otra mujer, para ir directo al grano mis abuelos están divorciados hace años, nunca entendí por qué se divorciaron a veces le pregunto a mamá o a mi papa pero pues solo soy una niñita pequeña y según ellos no quieren dejarle esas palabras grabadas en la cabeza a una niña pequeña, pero sé que algún día tendrán que decirme esa historia tengo por seguro, mi curiosidad es muy insistente y la verdad es que no es nada fácil lidiar conmigo misma...

Después de 2 horas mi tía había dejado a mi primo conmigo y mi abuela la cual estaba bañándose para servir la comida a mis papás y tíos que estaban por llegar, Roy inflaba los cachetes mientras hacía muecas.

—¿Qué miras? —preguntó moviendo las cejas con una sonrisa.

—Lo tonto que te ves—dije.

—Ey, le voy a decir a la Abuela—dijo apuntándome con el dedo índice.

El sonido de la puerta me sacó de mi pequeña nubecita, mis papás y mis tíos, estaban en la entrada cada uno estaban super guapos, para que mentir, mi mama estaba con su bolso todo lleno de quien sabe que cosas.




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