Título: Verdades.
Alexander
¿Habrá visto el desayuno? ¡No es ciega!
¿Y la carta?
Si también la debió de haber visto, lamentablemente no pude quedarme junto a April en la cama, ya que apenas desperté lo primero pasó por mi cabeza fue la conversación que tuve con mi padre.
Tenía que desenmascarar a los Carter.
Y ni April ni nadie sería un obstáculo. No esta vez.
Aquí estaba frente la casa de Jack, suspire y con eso toque el timbre, uno de los imbéciles que tenía de seguridad abrió la puerta cediéndome el paso a la mansión.
—Buenas tardes Señor Alex, lo están esperando en la oficina valla de largo y coje a la izquierda y luego se va por un pequeño pasillo—dijo el imbécil tan rápido que me daba la impresión que lo hacía por miedo a mí. Bueno, veo que mi última visita aquí no había sido tan buena.
Creo que la cicatriz en su cara que le deje provocó mmm... ¿temor?, ¿miedo?
—Deja de ser tan absurdo son apenas las 8 de la mañana, —puso mis ojos en blanco mirándolo con aburrimiento.
—Discúlpeme— tras soltar un suspiro el me miro con una mirada fulminante pero como lo hacía con todos lo ignore y pase por delante de él.
Entre por completo a la casa mientras veía con aburrimiento como las empleadas limpiaban y agarraban con sus manos las copas de vino y tequila en los muebles y bares, una empleada se tropezó haciendo que la copa de vino regara por la sala de preparativos, el señor que me escoltaba a la oficina se detuvo al percatarse del error de la empleada molesto, se dirigió a ella tomándola del pelo fuertemente.
¿Qué mierda le pasaba?
—¡Ey tú!¡recoja eso ahora mismo! ¡Maldita empleada buena para nada! Eres una inútil, no sé cómo sigues en este lugar la verdad porque eres el fracaso más asqueroso de todo esto.
Sin pensarlo dos veces saqué la navaja que tenía oculta en el bolsillo de mi chaqueta poniéndolo directo en su cuello tomándolo por detrás como él había hecho con la empleada la primera vez que vine acá.
—¿Acaso tu madre no te enseñó que a las mujeres no se las toca ni con el puto pétalo de una rosa? —con toda la tranquilidad del mundo enterré la navaja con lentitud en su garganta. —no lo vuelvas hacer. ¿quedó claro?
El hombre asintió, dándome esa respuesta lo solté y guardé la navaja con rapidez en el bolsillo de mi chaqueta.
Ver cómo le decía esas cosas a aquella chica solo me removió el estómago al recordar que el idiota de Dominic Carter le solía hacer y decir ese tipo de cosas a April. Mi semblante cambio apenas estuvimos en la puerta de la oficina la cual era un portón, avance un paso adelante apenas la mano de aquel señor se posó en la manilla de la puerta la abrió dándome a observar a Dominic y a Jack mirándome fijo.
—Pensé que no vendrías a mi humilde morada, toma asiento por favor—dijo Jack haciéndome un gesto en la silla. —Ahora que estamos todos reunidos, hablemos de las decoraciones y lugar de la boda de mi hermanita… ¿y del porque te la llevaste? ¿Sabias que tu estupidez causo alboroto en la prensa?
Pregunto en un tono pedante sirviéndose para sí mismo una copa de tequila.
—No se casará con ese hijo de perra. No la podéis obligar a aceptar a ese cerdo—dije arrebatándole la copa en el que se había servido tequila, apretó los dientes mientras reunía toda la paciencia posible—te recomiendo que te calmes te van a salir arrugas en la frente. Y envejecerás y eres muy joven aún.
Hice un gesto con la copa en forma de brindis.
—¿Crees que es tu decisión? lamento decirlo, pero no, no lo es, demasiada libertad le he dado a esa malagradecida. ¡Ya es hora que actúe como lo que es! —dijo Dominic mirándome con furia —Es una Cárter tiene que ya ponerse en el lugar que le corresponde.
Tome del tequila mientras lo oía con tranquilidad.
—Adivinare ¿me vas a ofrecer dinero para que deje a tu hija? ¿Oh me vas a matar como aquel chico? —pregunté frunciendo el ceño sonreí. Estaba poniéndolo furioso, pero ese era el punto—como era que se llamaba...
—Cierra tu hocico—dijo Dominic mirándome.
—Oh te duele que te digan la verdad, ¿no? —pregunte divertido por la escena—Entiendo por qué April se fue del país. Quien quisiera tenerte de padre dios.
—No sé porque mierda creíste que era una buena idea traerlo aquí Jack—le dijo Dominic a Jack sofocado.
—¿Qué buscas eh? —preguntó curioso Jack.
—Pensé que había quedado claro. —reí—a tu hermanita.
sonreí tomando lo último que quedaba de tequila en el vaso.
—Conozco a tu familia muchachito, con mover un dedo puedo hacer desaparecer a quienes más anhelas, no tientes tu destino—dijo Dominic.
Ay Dominic no estaría tan seguro de decir familia.
Ya que tú te encargaste de matarlos a todos.
Oh al menos eso pensabas.
—Eso no funciona conmigo—dije pasando mi mano por mi pelo desordenado—y se ve que no me conoces. Tú ya te encargaste hace años de matar a cada uno de ellos así que no tengo impedimentos.
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Editado: 03.04.2025