Máscaras, mentiras y secretos

Parte 7

— Me dijeron que estabas secuestrada... dijeron... — la mujer mayor que estaba en el monitor, primero tenía expresión confusa, luego se volvió molesta al mirar al embajador que estaba al lado de su hija — ¿Segura que no te han dado algo? — insistió.

— Me revisó un médico — Mía respondió— confirmó que tengo amnesia, por favor ayúdeme a que las dejen libres — la súplica de sus ojos le dolió en el alma a la madre.

— Sargento.

— ¿Dígame Sra. Jacqueline?

— Mi hija dice que ellas no han hecho nada malo, y le creo, solo ayudaron a una desconocida y la cuidaron como si fuera de su familia, libérelas.

— Lo lamento, todavía la investigación está en curso.

— Bien, entiendo — miró al diplomático — embajador, contácteme con el mejor abogado de allí, luego que se aclaré este mal entendido, le ordenaré hacer una demanda contra todos ustedes, no pararé hasta que los destituyan a todos.

— Disculpe señora, pero...

— Ya me escucho — le interrumpió la dama estadounidense, que quedó a la espera que su interlocutor le respondiera.

— No perdamos la perspectiva, su hija apareció, eso es lo importante.

— ¿Y las personas que ayudaron y cuidaron a mi hija?

— Ellas están en libertad.

— Bien. Cariño, mandaré el avión de la empresa lo antes posible para traerte de vuelta a casa.

— Señora... Madre... ¿Puedo llevarlas conmigo, por favor?

— Por supuesto nena ¿Embajador?

— Sí Sra. Jacqueline.

— Arregle todo lo necesario, en 12 horas llegará el avión privado de la empresa, quiero que todo esté listo para ese momento, para las tres — puntualizó seria.

— Su hija puede irse, pero las demás no tiene sus papeles regularizados.

— Espere un momento.

Se perdió unos minutos, nadie dijo nada, cuando volvió iba sonriendo.

— Sr. Embajador, el Sr. Phan estará allí en 10 minutos, él se encargará de la documentación de la señora y su hija, le agradecería darle su apoyo. Nos veremos hija.

— Gracias por todo... me cuesta decirle mamá, no la recuerdo, lo siento mucho.

— Tranquila, todo estará bien cariño, te amo.

Cuando cortó Jacqueline lloró de emoción, después de casi 3 años, volvería a ver a su hija. No era la primera vez que recibía información sobre Mia, muchos quisieron ganarse el millón que daba por pistas que dieran con la ubicación de la desaparecida usando trucos, o engaños, por eso al llegarle el aviso de Taiwán, lo tomó con escepticismo, hasta que recibió la confirmación de las huellas digitales que era su bebé. Se limpió las lágrimas, y se fue rápido a preparar todo para recibir a Mia.

En Hanoi, madre e hija no podían creer lo que habían escuchado, de ser consideradas criminales ahora iban a ir en un avión privado a Norteamérica.

— Mamá, iremos a Estados Unidos — Xuan pensaba que vivía un sueño, allí ya no tendrían que estar con miedo a cada momento.

— Gracias Linh... digo Mía — la Sra. Hue estaba muy emocionada — ¿No será mejor para ti volver sola? Nosotras estaremos bien aquí.

— Es peligroso que se queden aquí, allá estarán protegidas. Ustedes me cuidaron, ahora es mi turno.

En el viaje la muchacha occidental estaba nerviosa ¿Y si volvía a ser la misma de antes cuando pudiera recuperar su memoria? ¿Y si nunca la recuperaba? Vio varios videos donde ella trataba de la peor forma a su madre, a pesar de eso ella siempre parecía tratarla bien ¿Tal vez en privado la Sra. Jacqueline era distinta? Ahora se notaba que estaba contenta al verla, había mandado un avión particular, le permitió llevar a sus amigas, vio tanto amor hacia ella en sus ojos, debe ser una buena mujer, se dijo ¿Entonces por qué yo era así?

— Tranquila — la abrazó la Sra. Hue, al verla tan meditativa — todo irá bien Linh... para mí siempre serás mi Linh.

Apenas Mía bajo del avión en Estados Unidos, la mujer que vio en la videollamada la abrazo, lloraba contenta, cuando ambas ya estaban tranquilas, llegó un hombre bien vestido, con una sonrisa eterna, que la tomó del brazo y la apartó de su madre.

— Sobrina querida, que bueno verte bien, tengo tu habitación lista, yo tengo tu tuición ya que no querías estar con ella, fue la culpable de....

— Disculpe señor — lo interrumpió Hue, le molesto la actitud del recién llegado — pero nadie le ha pedido información de ningún tipo ¿Quién es usted?

— El tío de Mia, Colton — la miró de arriba abajo — ¿Y usted es su criada?

La mujer oriental le iba a responder, pero Mia se le adelanto.

— Gracias por su ofrecimiento, señor — puntualizó la palabra — pero los médicos recomendaron que debo estar con la gente que pase más tiempo, por eso me quedaré en casa de mi madre. Además ya soy mayor de edad, no necesito un tutor.

— Pero... — Colton miró a las mujeres molesto — está bien, solo quiero tu bien — por un segundo su mirada fue terrible, luego volvió a la bonachona de siempre — iré a verte querida sobrina — se fue.

— Sra. Hue, le agradezco haber ayudado a mi hija, no tengo como pagárselo.

— El honor fue mío, ella es una gran persona.

— Muchas gracias — ambas mujeres se dieron un gran abrazo.

En la mansión a la que llegaron, a las recién llegadas les parecía inmenso, así como el cuarto de Mía, era tan grande como la casa en la que vivió en Taiwan, estaba tal cual lo dejó cuando se fue a vivir con su tío. Apenas puso un pie en él tuvo varios recuerdos muy vivos que la hicieron caer de rodillas.

— ¿Qué te pasa hija? Voy a llamar al doctor.

— No es necesario, solo recordé a papá, estábamos nadando y tú asustada en la orilla.

— Ese fue el día que fuimos por primera vez al mar. Si quieres haré que te preparen otra habitación.

— No señora... madre... estoy bien, prefiero quedarme aquí.

— Sra. Hue, Xuan, acá al frente están sus habitaciones.

Ambas miraron asustadas los cuartos.



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En el texto hay: mentiras, traicion, secretos

Editado: 03.05.2021

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