Todo empezó exactamente desde que empecé a apreciar más el arte, finales de octubre, empecé a hablar con una chica por Facebook (si ya sé que pueden pensar, “Claro, tan típico todo comienza por una chica”, nadie te obliga a seguir leyendo esto, si ya te sabes el resto de la historia, tienes toda la libertad de dejar de leer esto), yo siendo completamente transparente, no buscaba nada sentimental por ella, solo quería socializar un poco, porque es (no sé si sigue siendo) la mejor amiga de mi mejor amigo. Empezó todo por una publicación precisamente de folclore, de las tragedias que pueden suceder en una presentación, tragedias que solo los que han bailado folclor en una presentación conocen, también otro tipo de danza, pero con tragedias distintas. Retomo, solo buscaba ser amigo de ella, ni más ni menos porque sabía que ella tenía novio (o tiene, no sé, lo explico más adelante). Como no la conocía no tenía temas de qué hablar, más que las típicas preguntas de “¿Cómo estás?” o “¿Qué haces?”. Pero como dije, en esos momentos empezaba a apreciar más el arte, lo cual la hizo la primera persona con la que sostuve una conversación sobre apreciación al arte, intentando deducir la intención y el sentimiento del autor. De las pinturas le seguimos a la música, donde ahí pude soltarme un poco y expresarme más de lo normal. Cierta noche de noviembre que estábamos hablando de los mismos temas, me escribió: “Se siente bien poder tener este tipo de conversaciones con alguien”. Fue la primera sensación buena que tuve de ella, me daba buena espina, llegue a pensar que podría ser una de mis amigas de vida (Quien sabe si se pueda cumplir eso, lo veo imposible). Pasaron los días y las semanas y hablar con ella todos los días ya era una costumbre, se sentía tan bien, que todos los que están leyendo esto lo han sentido alguna vez. Cuando se acerca diciembre, mi tío, a quien tengo demasiada admiración, respeto y cariño, sigue una tradición de poner un nacimiento todos los años, pero de gran tamaño, tan grande lo hace que ocupa el salón del segundo piso, donde bien pueden caber dos camionetas tranquilamente. A que vengo con esto, en ese diciembre que fue el año pasado, yo le ayude a construir una parte del nacimiento, lo cual me dio por invitar a la chica con la cual estuve felizmente hablado por un mes, a que viera el nacimiento.
Iba a ser la primera vez que la vería en persona. Nervioso no estaba porque no había razones para estarlo. La espere y cuando me dijo que ya había llegado, resulto que estaba en otra casa cerca de la mía, lo que me hizo salir a buscarla, era de noche así que me apresure a encontrarla para que no le pasara nada. Cuando la vi la identifiqué sin problemas, una estatura de uno cincuenta y siete más o menos calculando, su cabello café oscuro, su piel aperlada, su cuerpo fino, ni muy delgada ni muy pasada de peso, sus pupilas de igual color que los míos, pero más oscuros. La salude y la acompañe hasta mi casa donde estaba el nacimiento. Esa noche estuvo bastante bien, platicamos un rato, reímos y cantamos una que otra canción. Y al final cuando ya se iba a ir la acompañe hasta la avenida porque una amiga con quien se iba a quedar a dormir esa noche, le mando un taxi y no podía dejar que se fuera sola. Nos despedimos y ya se fue. Dentro de un rato me llego un mensaje de ella para avisarme que ya había llegado a la casa de su amiga.
Después de varios días, ya estando en el día veintiocho de diciembre, me fui con mi familia a pasar año nuevo con unos familiares de Guadalajara. Los primeros días de haber llegado a Guadalajara fueron espectaculares, paso de 31 de diciembre a primero de enero. Ella y yo nos deseamos feliz año nuevo y todo bien. En la noche del primero de enero fue donde todo me empezó a disgustar y a tornarse las cosas de manera extraña. Esa noche me sentí muy mal, pero no tan mal como para no salir de mi cama. Me llego un mensaje de ella diciendo: “Oye, una disculpa, pero por algunas razones ajenas a ti, ya no podemos seguir hablando, perdón” …
No tuvimos contacto por una semana y media. Mi mejor amigo que es mejor amigo de la chica, se las arregló para que ella y yo podamos seguir en contacto, lo cual en su momento le agradecí tanto. En ese momento yo ya estaba en Monterrey, en donde vivo. Nos las arreglamos a hablar por pura llamada telefónica, lo cual me parecía bien, porque cada noche eran unas dos o tres horas muy bien invertidas, de verdad disfrutaba tanto hablar con ella.
No hare esto más largo de lo que ya es, daré un resumen delos datos importantes para ya centrarnos en lo que ha sucedido recientemente.
Datos importantes:
Dejamos de hablar por llamada y empezamos a hablar por WhatsApp. Tuvo problemas con su novio y tuvieron que terminar. Empecé a apegarme más a ella para que me tuviera confianza y poder aconsejarla por la ruptura de su novio. Paso dos semanas y medio, ella fue mejorando siendo más fuerte y tomando con más calma su ruptura. Nunca dejamos de estar en contacto, las pláticas con ella seguían siendo una costumbre. Siempre me la topaba casi todos los días cuando iba al ballet, pues ella estudia cerca de la escuela de ballet. Empezaba a mostrarle mi pasión por escribir historias y escribir imágenes que tenía en mi cabeza que expresaba por medio de la escritura. Le había hecho 3 retratos, se los entregué y le gustaron.
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Editado: 07.10.2019