Matando tiempo.

Dulce Inicio.

Finales de marzo, un jueves me acuerdo perfectamente, en uno de los comunes encuentros que tenía con ella cuando iba camino al ballet, sentía algo diferente, como que había una cierta conexión entre ella y yo, sentía algo en mi pecho, como una flama rosa encendida en mi interior, ella obstruyendo mi visión tapándome los ojos la sentía tan cerca que casi sentía que me besaba. Pero no pasó nada. Ese día cuando iba regreso a mi casa en el camión no podía dejar de pensar en ella, me sentía en un pueblo nevado con la misma flama rosa encendida en mi pecho dándome una satisfacción de calor en mi interior. ¿Qué fue diferente de otros días? ¿Porqué de repente empecé a verla de manera distinta? Como toda persona que empieza a sentir algo por alguien, no lo expresa con esa persona por miedo a perder todo el lazo amistoso que han logrado juntos, pero yo me sentía tan seguro que no sentía miedo de ser rechazado. Pero no se lo dije, sino hasta cuando la invité al cine.

Treinta y uno de marzo, la lleve al cine a ver el live action de una película animada. Al llegar a la plaza fui el primero en llegar, le había dicho que compraría los boletos para tenerlos ya listos. Ese día ahora si estaba nervioso, pero no tanto como para tener las piernas y las manos temblando, solo sentía una corriente fría por el centro de mi pecho. Cuando llego y la vi, parecía que veía a una diosa griega, estaré exagerando, pero fue lo primero que pensé al momento de verla, su rostro se veía tan fino, su ropaje combinaba a la perfección, su cabello bien peinado, su piel tan lisa, sus ojos tan radiantes, su sonrisa y los hoyuelos que se le formaban, la hacían ver tan linda, tan hermosa. Todo el rato que estuve con ella haciendo fila para comprar algo de palomitas, un par de dulces y refrescos, no dejaba de hablar y de hablar, de decir chistes absurdos y de contar anécdotas sin sentido. Dato extra de mí, cuando estoy nerviosos no puedo dejar de hablar y puedo llegar a decir puras incoherencias.

Después de haber hecho el ridículo en la fila con ella y de quejarme de lo primero que se me venía a la mente, por fin habíamos llegado a la sala, tomamos asiento, platicábamos y esperamos a que empezara la película. Todo el inicio de la película no pasaba nada extraño, a la mitad de la película algo ocurrió, le tome la mano por inercia y ella me mantuvo agarrado durante el resto de la película, evidentemente había algo, no solo se veía se sentía. Cuando salimos del cine empezamos a estar más cariñosos, paseábamos por la plaza tomados de las manos, chocábamos cabeza con cabeza mirándonos fijamente a los ojos, hubo momentos en donde pudo haber ocurrido un beso, pero al final me echaba para atrás, no fue hasta que nos sentamos en el piso en frente de la entrada de un SEARS, en donde ella estaba jugando a hacerse la enojada y que no la podía ver, entonces yo me tape los ojos y agache la cabeza, cuando ella intento quitarme los manos de los ojos, me abalance hacia ella y la bese. Sin saber cómo agarre fuerza de voluntad, me encontraba con ella besándome enfrente de la entrada del SEARS.

Estuvimos callados unos cuantos segundos, ella me acaricio la mejilla y me decía: “¿Porque tú?”. Yo solo decía “No sé”. Cuando bese sus labios se sentían tan cálidos, su rostro estaba tibio, estaba medio roja y los ojos le brillaban, no sabía si había hecho bien en besarla, pero al parecer ella me decía que no fue un error que lo hiciera.

Después de lo sucedido, al día siguiente cada quién en su casa, Nos escribimos lo siguiente, ella inicio escribiéndome…

- ¿Te digo algo?

- A ver dime.

- Eres justo lo que necesito.

- ¿Justo lo que necesitas?

- Justo lo que necesito y quiero.

- ¿Cómo está eso?... ¿Soy lo que necesitas y quieres…?

- Eres lo que necesito en estos momentos, se puede decir que eres algo que no estaba buscando que encontré y se siente muy bonito encontrar algo así de esta manera, es que no sé cómo explicarte.

- Mejor escribo yo y yo te digo como me siento.

Seguí escribiendo.

- (Inserte nombre de chica), contigo no tengo miedo de ser quien soy, contigo siento que puedo ser la persona más sincera que puedas conocer, contigo no me da miedo hacer el ridículo, no me da miedo ser ignorante, hacer estupideces, que puedo ser mis dos versiones: ser maduro, inteligente (a lo que puedo), serio y mi otra versión que puedo ser: infantil, fastidioso, chiflado y exagerado, porque tengo la confianza de que me aceptas tal y como soy, que sé que estarás a mi lado no importa que ocurrencias se me pasan por la cabeza. Me encanta estar contigo porque cuando te veo a los ojos, veo como poco a poco te empiezan a brillar, que tus mejillas se ponga rojas, poder acariciar tu rostro cálido, me haces sentir sensaciones que no pensaba que podía sentir de nuevo, se cómo se siente cuando te gusta alguien, pero llegaste tú y hiciste que ese sentimiento me llegara más fuerte y más real, no buscaba a alguien en especial pero si a alguien con la que puedo contar y pasar una tarde larga con esa persona y que ninguno de los dos nos llegue el aburrimiento. Tal vez parloteo mucho, pero es algo que quería sacar, hacerte saber. Hacerte entender que contigo me siento bien. ¿Y sabes qué? Es mucho de lo que merezco, eres mucho para mí que no me creo que de verdad este pasando esto. Pero veo que todo puede ser posible. No me arrepiento de mis acciones ayer, siento que fue lo correcto porque si no fuera por eso no estaríamos donde estamos ahora.




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