Desliza a la izquierda (otra vez)

PARTE 2

La mañana siguiente a la desastrosa cita con Brock, me levanté con esa mezcla de resaca emocional y flojera que uno siente después de haber invertido dos horas de vida en un "experimento social" que ni siquiera pidió.

Encendí la cafetera como si estuviera arrancando un motor de avión y me serví el primer café del día en la taza de "Don't talk to me until coffee" que me había regalado Eloise. Ella decía que era ofensiva. Yo decía que era un aviso.

Mientras el café burbujea a, abrí mi celular y, para mí desgracia, lo primero que ví en Instagram fue una notificación: "@CitasGeek ha subido un nuevo vídeo: Salí con una chica que no sabe nada de Gokú ".

-¡¿QUÉ?!- casi se me cae el celular dentro de la taza.

Con dedos temblorosos abrí el vídeo. Y ahí estaba yo: sentada en la cafetería, con cara de póker, mientras Brock hablaba emocionadísimo sobre Saiyajines. Cada vez que yo asentía con la cabeza, el ponía subtitulos tipo: "Ella claramente fascinada con mi conocimiento".

Yo quería morirme. Morirme y renacer en un mundo donde nadie supiera qué es YouTube.

Eloise salió de su cuarto despeinada, con un calcetín de cada color. Me vio con la pantalla en la cara y la sonrisa de "ya sé qué pasó".

-¿Ya eres viral?

-¡Esto es tu culpa!- le tiré un cojín -. ¡Me mandaste a esa cita infernal!

-¿Y qué esperabas?-dijo encogiéndose de hombros mientras mordía una galleta-. A ver, déjame ver.

Se sentó a mi lado, vio el vídeo y casi se atraganta de la risa.

-¡Rachel! ¡Pareces una estatua de museo!

-Porque no sabía que me estaban grabando, ¡Obviamente!- le quité el celular.

Mientras tanto, los comentarios en el vídeo empezaban a acumularse:

🔸"Jajaja, la pobre chica solo quería irse de ahí."

🔸"Team Rachel, 100%. Se nota que no tiene idea de qué habla el tipo."

🔸"Ella está modo 'Kill me now' 😂"

🔸"Alguien; consíganle un novio normal, por favor ."

Bueno, al menos internet me entendía.

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Mi celular sonó justo cuando estaba debatiéndome entre denunciar el vídeo o huir del país. Era un número desconocido.

-¿Aló?

-¿Rachel Heaven?- una voz femenina, demasiado formal para esa hora de la mañana.

-Si, soy yo.

-Le llamamos de la Agencia Creativa Pixel. Queremos confirmar su asistencia a la reunión de bienvenida con el nuevo director creativo, mañana a las nueve.

Oh, cierto. Mi empresa había contratado a un nuevo jefe. Uno que, según los rumores, venía de trabajar en campañas internacionales, que tenía cero paciencia y que odiaba llegar a lugares donde "la gente no da la talla".

Genial. Justo lo que necesitaba: un tipo perfeccionista que probablemente creía que la vida era como un comercial de perfume, lleno de gente guapa caminando en cámara lenta.

-Sí, claro, ahí estaré.- contesté, intentando sonar profesional mientras Eloiseme lanzaba papitas a la cabeza.

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El siguiente día empezó con la ley universal de Murphy: si algo puede salir mal, va a salir peor.

Primero, mi despertador decidió no sonar. Segundo, el metro estaba más lleno que un Black Friday en rebajas. Y tercero, en mi intento por correr para no llegar tarde, terminé tropezando y tirando café encima de mi blusa blanca.

Me encerré en el baño de la oficina, intentando limpiar la mancha con toallas húmedas mientras rezaba porque nadie lo notara. Pero claro, el destino tenía un sentido del humor particular.

Cuando entré a la sala de juntas, todos estaban sentados. Y ahí, en la cabecera de la mesa, estaba él.

Alto, traje impecable, sonrisa arrogante que parecía sacada de LinkedIn: el nuevo jefe.

Y yo, con la blusa manchada y el pelo revuelto, sintiéndome como una extra de El diablo viste a la moda, versión low cost.

-Buenos días - dijo con voz firme, observándome de arriba abajo -. Supongo que tú eres... la que llegó tarde.

Tragué saliva.

-Rachel Heaven... directora de contenido. Perdón, el tráfico... y ...el café... y...

-No me interesan las excusas.- Volvió a su laptop como si yo no existiera.

Genial. Amistad instantánea.

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La reunión transcurrió entre palabras como KPls, engagement y ROI, mientras yo intentaba concentrarme. Pero había algo raro. El nuevo jefe me miraba con demasiada atención cada vez que hablaba. Cómo si tratará de ubicarme.

Hasta que, en un momento, dejó caer la bomba:

-Por cierto, ayer alguien me envió un vídeo viral muy gracioso. Una cita desastrosa. Una chica muy parecida a...-me miró directamente- Tú.

El silencio en la sala fue inmediato. Todos voltearon a verme.

Yo deseé que la tierra me tragara.

-Yo... no sé de qué video hablas..- dije con la voz más débil del planeta.

Él arqueó una ceja, sonriendo apenas.

-Ya hablaremos después.

Y así, queridos espectadores de mi tragedia romántica, fue como descubrí que no solo me había convertido en meme nacional, sino que además mi nuevo jefe ya lo sabía.