Match (no) Perfecto

Desliza a la izquierda (otra vez)

PARTE 3

La reunión terminó y todos salieron de la sala como si nada hubiera pasado, menos yo. Yo estaba en estado vegetal, todavía pegada a la silla, rezando porque el universo me diera un Ctrl+Z en la vida real.

Pero, claro, el universo tiene sentido del humor. El nuevo jefe -que todavía no sabía cómo se llamaba oficialmente, porque nadie se atrevía a decir su nombre en mi presencia - me hizo un gesto para que me quedara.

-Señorita Heaven.- Su voz tenía esa mezcla de autoridad y sarcasmo que solo los villanos de las telenovelas saben usar bien.

-¿Si..? - respondí con una sonrisa nerviosa, como quien finge que no lo acaban de pillar robándose una galleta.

-Ese vídeo...- dijo, recargando los codos sobre la mesa-. Digamos que ha estado circulando bastante.

Yo asentí, resignada.

--Lo sé. Fue... Un accidente.

--No parecía un accidente -Comentó, arqueando una ceja.

--¡Yo no sabía que me estaban grabando! - exploté, más de lo que debería. Luego bajé la voz -. Fue una cita horrible, ¿de acuerdo? No suelo ser un meme andante.

Él me estudió por unos segundos, como si estuviera evaluando un anuncio de detergente: si era convincente o no.

--Pues felicidades, señorita Heaven- dijo finalmente--. Acaba de comprobar que incluso los desastres pueden ser virales.

Yo lo miré boquiabierta. ¿Me estaba felicitando? ¿O burlando?

--¿Disculpe?

--Míralo así: eres tendencia. Eso es lo que todas las marcas quieren, ¿No?

Me quedé sin palabras. El hombre que probablemente había nacido con un manual de negocios en lugar de un osito de peluche acababa de convertir mi humillación pública en un "caso de éxito".

--Bueno, yo no pedí ser tendencia.- respondí, cruzando los brazos.

--Nadie lo pide, señorita Heaven. Pero si sabes aprovecharlo... Puede ser oro.

Salió de la sala como si nada, dejándome con la sensación de que acababa de ser fichada para una campaña publicitaria sin mi consentimiento.

✨✨✨✨✨✨✨✨✨✨✨✨✨✨

Obviamente, necesitaba terapia urgente, o en su defecto, un café triple con Eloise.

Nos encontramos en nuestra cafetería habitual, una de esas que parecen más un taller de arte que un lugar para vender café. Tenían murales en las paredes, sillas con diseños que parecían sacadas de pinterest y un mesero con bigote hipster que seguramente tocaba la guitarra en un bar los viernes.

--¿Así que tu nuevo jefe vio el vídeo?-- Preguntó Eloise, intentando no reírse.

--Lo vio, lo analizó y prácticamente lo agregó a su portafolio de marketing.-- Me hundí en mi café como si pudiera ahogarme en cafeína.

--Bueno, al menos no te despidió.

--¡Eloise!¡No es gracioso!. ¡Mi credibilidad en la oficina está muerta!

--Ay, cariño, tu credibilidad nunca estuvo viva.-- se encogió de hombros--. Pero míralo por el lado bueno: ahora eres oficialmente la chica viral.

Yo la miré con ojos asesinos.

--La próxima vez que me armes una cita, voy a ponerte a ti como protagonista del vídeo.

Mientras discutíamos, mi celular vibró con insistencia. Lo saqué para ver, y efectivamente: tenía doscientas nuevas notificaciones.

El video de Brock seguía creciendo como hongo después de la lluvia. Pero lo peor no era eso, era que alguien había hecho un meme con mi cara.

En la foto salía yo con los ojos abiertos de par en par, y el texto decía:

"Cuando tú cita habla de Gokú y tú solo querías comer pizza"

Eloise se dobló de la risa.

--¡Eso es oro!

--¡Eso es humillación pública!-- le arrebaté el celular.

Y como si no fuera suficiente, una notificación llegó informando que una nueva cuenta había aparecido en X: @TeamRachel.

--No puede ser...-- susurré leyendo los tuits.

"Rachel merece un hombre que le compre pizza y no cómics robados"

"Ya quiero el Spin-Off: Rachel vs las citas fallidas"

Eloise me palmeó la espalda.

--¿Ves? La gente te ama. Eres como Lele Pons, pero versión americana.

--Prefiero ser invisible.

✨✨✨✨✨✨✨✨✨✨✨✨✨✨

Al día siguiente, cuando llegué a la oficina, sentí de inmediato las miradas nada discretas que me daban. Algunos reían disimuladamente, otros me saludaban con un "¡Hola, trending girl!" y alguien incluso había pegado una impresión del meme en la pared de la sala de descanso.

YO, solo quería que la tierra me tragara y me escupiera en otro país, continente o mundo.

En medio de todo, apareció él: mi nuevo jefe. Camisa blanca perfectamente planchada, corbata impecable, traje ajustado que resaltaban sus músculos, sonrisa de Playboy y esa mirada de ojos azules que decía "Sé que todos ustedes son reemplazables, menos yo".

--Señorita Heaven, a mi oficina. Ahora.

Yo lo seguí, sintiéndome como una estudiante que fue enviada directo a la dirección.

--Mire, yo...-- empecé a decir apenas cerró la puerta--. Sé que esto es vergonzoso, y le prometo que no volveré a salir en ningún video ridículo...

--Al contrario.-- Me interrumpió, apoyándose contra el escritorio--. Creo que podemos usarlo.

--¿Usar... qué?

--Tu viralidad.

Abrí y cerré la boca como pez fuera del agua.

--¿Me está diciendo que quiere usar mi humillación pública como estrategia de marketing para la publicidad de esta empresa?

--Exacto.-- Sonrió con una calma perturbadora--. Y quién sabe, tal vez hasta logres un verdadero Match.

Me quedé congelada. ¿Acaba de insinuar que...? No, imposible.

El hombre salió de la oficina dejándome ahí, confundida, alterada, consternada y con una sensación de que mi vida amorosa estaba a punto de convertirse en un proyecto corporativo.



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En el texto hay: drama, amor, comedia romance

Editado: 08.10.2025

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