Match (no) Perfecto

Hashtag: RachiBoss - Parte 2

Al día siguiente, coincidimos en el ascensor. Silencio. El tipo revisaba algo en su celular y yo solo quería desaparecer.

--Tu mamá me siguió en Instagram--dijo de pronto, sin levantar la vista.

--¿Qué?

--Sí. Comentó en una foto mía: "Bienvenido a la familia, hijo".

Tragué saliva.

--Voy a cambiarme de apellido, de ciudad, de país. O mejor de planeta.

--Relájate, Heaven. No es tan malo ser mi pareja ficticia.

Lo miré con furia

--Ficticia, exacto. ¿Cómo crees que voy a poder tener alguna cita, otra vez?

--No sé, aunque...--Se inclinó un poco, con esa sonrisa peligrosa-, la gente suele tener buen ojo.

Mi corazón dió un salto que odié con toda mi alma.

Cómo si todo lo anterior no fuera suficiente, alguien nos tomó fotos almorzando juntos en la cafetería de la oficina.

Subieron la imagen a Twitter con el texto:

"La química laboral no se esconde ni en la hora del almuerzo #RachiBoss."

Diez mil retuits en dos horas.

Eloise me mandó un audio llorando de la risa:

--¡Eres literalmente la protagonista de una comedia romántica! ¿¡Dónde firmo para ser tu manager!?

✨✨✨✨✨✨✨✨✨✨✨✨✨✨

Para coronar la semana, llegó la fiesta corporativa anual. Todos estaban emocionados, menos yo. Mi plan era esconderme en el baño y sobrevivir con snacks. Pero por supuesto, el destino tenía otros planes.

La música estaba fuerte, la pista llena, y yo intentaba pasar desapercibida cuando el Dj soltó una canción lenta. Y ahí apareció mi jefe, tendiendome la mano.

--Bailas, Heaven.

--No.

--Sí.

Antes de darme cuenta, ya estábamos en medio de la pista, rodeados de compañeros que nos grababan con sus celulares, obviamente.

Intenté mantener la distancia, pero él me acercó con firmeza.

--Relájate, solo es un baile.

--Deja de decir que me relaje, siempre. ¡No tienes otra estúpida palabra! Dile eso a los quinientos celulares que nos están grabando en este momento.

Él sonrió, bajó la voz y dijo algo que me dejó helada:

--Que graben. A veces lo mejor que puedes hacer con un rumor... es darle razones para existir.

Mi corazón se aceleró de un modo que no tenía nada que ver con el ritmo de la música.

Esa noche, al llegar a casa, revisé las redes. Como era de esperarse, el vídeo del baile ya circulaba por todas partes.

Un usuario escribió:

"Esto ya no es química laboral. Esto es física, biología y hasta astrología. #RachiBoss"

Me desplomé en la cama, agotada.

Lo odiaba. Odiaba su calma, su forma de reírse de todo, la manera en que parecía manejar mi vida como si fuera una campaña de marketing.

Pero lo peor, lo que realmente me aterraba, era que una parte de mí... empezaba a no odiarlo tanto.



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En el texto hay: drama, amor, comedia romance

Editado: 21.10.2025

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