19 de mayo de 2017
Yo maté a mi hermana.
Sí, la maté y no me arrepiento de nada.
Aún recuerdo el primer día que supe de ella. Una tarde , y con toda mi familia reunida en la pequeña sala de mis padres, mi papá dio la "gran noticia". ¡Yo que había esperado ese gran día! La maestra me había dicho que era la mejor alumna de toda la clase. Por supuesto que quería compartirlo con toda mi familia, y no se me ocurrió mejor ocasión que esa. No sabía que iba a ser reemplazada con un simple "Vamos a ser padres" y agregándole un "tendrás un hermanito".
La molestia que sentía era indescriptible. A mis cortos ocho años la semilla del odio hacia mi hermana ya se había implantado, pronto comenzaría a crecer.
Editado: 22.10.2018