Ser madre, ha sido sin duda el mayor reto de mi vida, porque dejando de lado que era un anhelo ser madre, tener una personita fruto del amor entre mi esposo y yo es lo mejor que me pudo pasar en la vida. Pero nadie absolutamente nadie me preparo para el día que llegue a mi casa con mi bebe en brazos, a penas y podía caminar hacia calor, y yo estaba exhausta sudando y oliendo feo, sentía que olía a hospital, es una sensación tan extraña llegar ya con ese bebe que se movía sin parar en las noches dentro de mi vientre y ahora ya era una realidad, ver como todos esperaban nuestra llegada, pero la primera noche luego de todo el caos que fue estar en el hospital, fue la noche que me cambio la vida, por qué todo esto ya era una realidad no podía dormir en la posición que yo habitualmente dormía, y por supuesto que tampoco podía dormir profundamente por qué tenía que estar al pendiente del bebé, hasta puse varias alarmas todo era un caos y por mi mente paso "Que estoy haciendo, quiero mi vida de vuelta". Lo pensé cuando me quedaba totalmente sola y el bebé no dejaba de llorar y yo no sabía que más hacer yo solo quería descansar. Quería que todo volviera a la normalidad cuando no tenía ninguna responsabilidad. La primera noche que pasamos en casa, se sentía tan irreal, sentía que no sabía lo que estaba haciendo, pero lo hacía como si lo supiera
A pesar de que buscábamos tener un hijo, y luego de dialogarlo una y otra y otra ves, de pasar juntos el proceso de llegar a concebir a nuestra pequeña bebé al final todo fue tan duro, tan cansado y agotador, nuestra relación cambio y de eso todos te lo dicen, casi te lo advierten pero tú solo piensas que son un par de amargados de resentidos con la vida con todos, te lo dicen de mil maneras en un comentario sarcástico, un chiste, una novela en la televisión pero nada más no préstamos atención o más bien nos rehusamos a que la vida puede ser tan diferente de como la conocíamos antes de traer al mundo a un nuevo ser, todo fue como una montaña rusa de emociones desde que ví esas dos rayas indicando positivo en aquella prueba casera que compre con tantas esperanzas en la farmacia. Todo absolutamente todo fue un complemento caos un hermoso y caótico caos constante, llorar de desesperación de cansancio, soledad, enojo, felicidad todo paso a ser una se sensación de "¿Lo estaré haciendo bien?". Es una pregunta que prevalece en mi cabeza hasta la fecha, todos tienen tanto que opinar, tanto que decir aún que no se los pida y muchos de sus "consejos" son totalmente innecesarios y hasta crueles. Me di cuenta que la forma en la que me criaron y en la que criaron a mi pareja es totalmente diferente y ahora estamos teniendo un choque de crianza con nuestras hijas. Y esto es de lo que nadie habla y se trata de evitar repetir el mismo patrón por qué tratamos de evitar cometer los errores que cometieron con nosotros nuestros papás.
Eso también es todo un reto, aprendí que no solo se trata de enviar descendencia a este mundo para que siga creciendo y evolucionando, se trata de hacerlo de manera responsable, desde nuestra realidad, porque depende de esto si nuestros hijos rompen los estigmas de generaciones anteriores, y lograr llegar aún más lejos que la mayoría. Qué difícil es poner límites sin terminar gritando y perdiendo el control, que difícil es ser madre, y todo lo que implica por qué de verdad la vida cambia, y siempre piensas "Van a crecer todo va a estar bien" pero en cada etapa es algo nuevo, es volver a aprender y justo cuando crees que lo tienes controlado llega otra etapa una más difícil que otra mientras se convierten en pequeñas personas funcionales de la sociedad, y aún creo que nunca se dejan de criar.
Somos una nueva generación de mamás, que décimos al mundo como nos sentimos, como es realmente criar un pequeño ser. Y como no morir en el intento. Somos seres humanos con la capacidad de gestar y aun y con dolor atendemos a nuestro recién nacido, e intentamos seguir nuestra vida.