Matricidio

CAPITULO 5

CRISTIAN

Eran ya las 6 de la tarde, el tiempo paso volando; ordene todo lo más rápido que podía; debía pasar por Rebeca; sería una sorpresa.

Me apresure para ir al estacionamiento y poner el auto en marcha para llegar a tiempo ella siempre demoraba unos minutos en salir, era demasiado estricta y dedicada en cuanto a su trabajo.

Llegue y estacione el auto en el mismo lugar donde horas antes la había dejado, salí y la espere recargado en el auto; unos cinco minutos después Rebeca salía alisando su falda de arrugas invisibles.

Cuando levanto su rostro abrió mucho los ojos, supongo que no esperaba verme y corrió para abrazarme.

-. De saber que me recibirías así – dije tomándola entre mis brazos – lo hubiera hecho desde hace mucho

-. Tonto – golpeo suavemente mi pecho

-. No me culpes – bese su frente, mientras dejaba que su olor me embriagara – pequeña

-. No te burles – dijo blanqueando los ojos

-. Eres mi pequeña – dije

-. Solo me llevas unos 10 centímetros por lo mucho

-. No me burlo – abrí la puerta del auto – me encanta decir que eres mi pequeña – di vuelta y puse el auto en marcha

En el camino ambos indagamos por el día del otro y el camino se hizo demasiado corto, llegamos y entramos juntos encontrando en la sala a mis padres y el padre de ella.

-. Buenas tardes – saludamos al unísono y eso hizo que nos miráramos

-. Al fin llegan – Liliana (mi madre, rara vez la llamaba así) tomo a Rebeca y se la llevo de inmediato... pobre la atosigaría con lo del vestido y la decoración.

-. Hijo, han tardado – mi padre me tomo del brazo para llevarme al sillón junto a mi suegro

-. Son nuestros horarios, el tiempo es el mismo – replique

-. Pero hay demasiado por hacer

-. Empecemos – desabotone mi saco y subí las mangas de mi camisa sería una larga charla.

REBECA

Liliana me tomo del brazo y me condujo a la cocina donde encima de la mesa había diferentes revistas de vestidos y locales decorados para una boda.

-. Querida – su voz era suave – han demorado demasiado y el tiempo apremia

-. Yo veo que es la misma hora, de hecho he llegado temprano - mire mi reloj

-. La boda está casi en la puerta – estaba muy seria y reprimí la carcajada que quería salir

-. Comencemos

Luego de dos horas elegimos el vestido, era de estilo sirena de mangas largas y escote corazón (la espalda y las mangas eran de encaje), unos zapatos dorados no muy altos (lo olvide odio los tacos a pesar de mi estatura 1.65).

La decoración fue más sencilla y como la recepción se realizaría en la finca optamos por colocar mesas con un mantel blanco en el jardín con algunos detalles de dorado. Habría rosas blancas y doradas en todo el camino que yo recorrería para llegar hasta Cristian.

La torta decidí que ella me sorprendiera no quería estresarme más... era demasiado organizar una boda y esto recién empezaba.

CRISTIAN

Nunca había visto a mi padre tan emocionado, hablaba sin parar con mi suegro y muchas veces me dejaban de lado hasta que recordaban que era mi boda.

-. El traje es cosa sencilla negro con camisa blanca y una corbata dorada – dije

-. Eso fue fácil – Owen rio habían discutido media hora sobre como yo debería estar vestido y no me dejaban hablar hasta ese momento

-. Bien- dijo mi padre –un punto menos. Ahora la limosina ¿debería ser blanca o negra?

-. Blanca – dije

-. Negra – Owen dijo al mismo tiempo

Mi padre nos miraba confundido, esto sería difícil; pero era momento de ceder con mi suegro no quería tenerlo de enemigo, lo quería de amigo por si acaso (esa pequeña era un demonio si la hacía enojar)

-. De acuerdo negra – dije resignado pero con una sonrisa en mis labios

-. Owen – hablo mi padre – me gusta ese color podrán resaltar las rosas blancas si es que las escogen aunque cualquier color combina bien con el negro

-. Bien – Owen tenía una sonrisa de oreja a oreja – está decidido

-. ¿Cuál será tu sorpresa para tu esposa?

-. ¡¿Eh?! - eso no me lo esperaba

-. Hijo lo que harás especialmente para ella – ambos me miraban expectantes en realidad no lo sabía

-. ¿Cantar? – eso no era una afirmación

-. Excelente

-. ¿Tiene buena voz? – inquirió mi suegro

-. Te sorprenderá – apoyo mi padre, esto iba a ser demasiado, Rebeca ¿en qué me estas metiendo?

REBECA

-. Mañana iremos al centro comercial – dijo Liliana

-. ¿Por qué? – no tenía ni la remota idea y la curiosidad me estaba matando

-. Hija para la noche de bodas – dice mirándome como diciendo “en serio” – tienes que verte súper sexy – y otra vez mis mejillas estaban teñidas de color rojo

-. Ah eso… - no quería hacerlo – no creo que sea necesario

-. Claro que lo es, así mantendrás la llama del amor encendida – me guiña un ojo y le doy una risita nerviosa, mi suegra es de armas tomar

-. Está bien – dije al final – mañana después del trabajo

-. Nos vemos entonces querida en el centro comercial – pero no quería manejar, lo sé es raro

-. Me recogerías ... - asintío con una enorme sonrisa

"Cristian ¿tienes idea como es tu madre? No creo"

CRISTIAN

Ahora debo pensar en la bendita canción mantuve una sonrisa para ellos, aunque por dentro quería salir corriendo.

-. Mi amor –Rebeca salió de la cocina con las mejillas sonrojadas y se sentó sobre mi regazo y rodeo su cintura con mis brazos – ¿ya terminaron?

-. Ya estamos listos – respondió mi suegro

-. Entonces les voy a robar a mi prometido un momento – me tomo de la mano y fuimos a su habitación en el segundo piso. Entramos y cerró su puerta con seguro.

-. ¿Qué tal te fue? – me pregunta sacando una pijama de su closet y se dirige a su baño para cambiarse

-. Bien – dije tirándome en la cama – tu padre y el mío, están realmente emocionados




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