CRISTIAN
Ahora si estoy nervioso mis padres están esperándonos en la entrada, espero que no me avergüencen.
-. Papá, mamá – digo en cuanto mi pie toca el suelo hasta que ayude a bajar a Rebeca
-. Hola hijo – mi padre habla mientras mi madre solo sonríe
-. Me voy a robar a tu prometida un momento – dice mi madre y yo arrugo mi entrecejo ¿A dónde se la va a llevar?
-. ¿A dónde? – que sutilidad la mía
-. Cosas de mujeres – miro a Rebeca; pero por lo visto esta igual de sorprendida que yo
-. Y nosotros tenemos que arreglar unos detalles – dice mi padre, toamndome para llevarme por otro lado
-. Estaré bien - me susurra Rebeca mientras se pone de puntitas para darme un beso.
Veo como mi madre la lleva del brazo. Y desaparecen en el auto de mamá
Mi padre me abraza y me lleva dentro de la casa donde mi suegro nos espera con una copa de whisky.
-. Ya decidiste la canción – los dos me miran como si fuera el genio de la lámpara
-. Sí – digo muy seguro – pero no se las diré será una sorpresa y espero que lo respeten – ambos ponen cara afligida
-. De acuerdo – responden al unísono parecen dos niños que acaban de ser regañados
-. Y ¿tu despedida de soltero? – suelta mi suegro
-. No quiero una – el alcohol siempre me juega una mala pasada y no pienso fallarle a Rebeca, si tomo será con ella para que me cuide o al revés... no interesa
-. Me parece bien – dice mi padre
-. Lo respeto, hijo – dice mi suegro con una gran sonrisa
-. El civil se hará acá en la finca una vez que lleguen de la iglesia – dice mi padre y aunque estoy nervioso y ansioso sé que ella también siente lo mismo por mí, por favor que así sea
-. Me parece bien – digo es mejor, si señores esa es la sorpresa aunque Rebeca piensa que será solo el civil he decidido casarme por la iglesia con ella.
-. Ya falta poco solo te quedan tres semanas de soltería – suelta mi suegro
-. Estoy ansioso porque llegue el día – me sonrojo, de verdad que estoy enamorado hasta los huesos
-. Ya casi todos han confirmado su asistencia – dice mi padre – pero ¿por qué invitaste a Leticia?
-. Fue idea de Rebeca – digo un poco avergonzado – y no le pude decir que no
-. A este paso mi hija te va dominar – ríe mi suegro y mi padre lo secunda
-. Ya lo hace – demonios mi lengua larga - ¿han confirmado los hermanos de su madre? – mi boca de repente comienza a amargar
-. Esteban, sí – responde mi suegro muy serio
-. ¿Y Andrés? – ojala que no venga, no quiero que arruine nuestra boda
-. Aún no ha confirmado – dice – pero todavía falta una semana para esperar su confirmación
-. No me gustaría que se presente
-. A mí tampoco – dice tenso – pero es familia de Rebeca
-. En fin – tengo que guardar mi ira y mejor cambio de tema – espero que todo salga bien.
Nos quedamos charlando y por mi parte aguantando las bromas de ambos porque cedo muy fácil ante Rebeca y no les puedo ocultar que estoy realmente enamorado. Y la respuesta para mi futura mujer siempre será SÍ.
REBECA
Mi suegra me lleva en su auto y no tengo la menor idea a donde es que me lleva; después de unos minutos aparca el carro frente a una tienda de vestidos de novia yo había elegido el vestido para el civil.
-. ¿Por qué estamos acá? – suelto sin pensarlo
-. No me gusto tu vestido y aunque solo te cases por el civil – mdice bajándose del auto – debes verte como una princesa – me bajo sin chistar, la veo tan emocionada
-. No creo que sea necesario – me siento mal
-. Vamos – se adelanta y no me da tiempo a reprochar nada
Entramos y ella comienza a mirar vestido tras vestido en los aparadores y yo no soy capaz de romper su ilusión; llega una asesora y me conduce al vestidor me pruebo alrededor de 10 o quizá más vestidos; pero a ella ninguno parece convencerla.
Estoy a punto de darme por vencida, y con el ánimo por el piso me coloco el último.
Camino hacia el espejo y no parezco yo... es parecido al del civil; pero tiene una especie de correa plateada en la cintura donde se ajusta la cola y el velo es precioso.
Mis ojos comienzan a picar y las lágrimas aparecen, al mirar a Liliana esta igual de emocionada que yo.
-. Este es el indicado – dice limpiándose su rostro – te ves hermosa
-. Sí creo que lo es
Ella paga el vestido y nos lo llevamos, ese vestido, me hace sentir en realidad hermosa; pero no me parece justo usarlo para esto.
“Debo confesarle a Cristian lo que siento, y si me rechaza dejarlo por la paz”