Matricidio

CAPITULO: 16

CRISTIAN

Inicie la semana como siempre dejando a mi esposa en el trabajo y yo voy al mío.

Cristina deja la correspondencia sobre mi escritorio y un sobre blanco con un sello rojo de “urgente” llama mi atención.

Lo abrí y mis ojos se abren de par en par mientras en mi pecho se instala la angustia. Dentro hay una foto de nosotros en la cama con una gran equis roja sobre Rebeca. Y un mensaje

Es joven y muy apetecible. Lástima debe pagar

Estoy nervioso esto es una clara amenaza; pero no puedo acudir a nadie de la familia. Pienso durante horas hasta que recuerdo a Estefano.

Somos amigos desde la niñez pero hace un par de años que no sé nada de él, ojala siga teniendo el mismo celular, le marco y al tercer pitido contesta

Alo

¿Estefano Valentín?

El mismo habla

Hola, soy Cristian de la Garza – espero me recuerde

Amigo y ese milagro

Dirás que soy interesado; pero necesito un favor

A tu servicio

Nos vemos en mi casa en 15 minutos

De acuerdo

Cuelgo un poco más tranquilo, él es muy bueno en lo que hace y sabe ser discreto.

Llegó a casa y veo a mi amigo parado en la puerta con las manos en los bolsillos... estaciono. Cuando estoy a un poco distancia ensancha su sonrisa, y me recibe con un abrazo.

Lo invito a pasar sé que Rebeca tardara en llegar.

-. ¿Deseas algo de beber?

-. Estoy bien – se sienta y me mira serio - ¿Qué te tiene tan preocupado?

-. Pues mejor te lo muestro – saco el sobre de mi bolsillo y se lo entregó lo ojea y me mira

-. Entiendo – pone su mano sobre mi hombro - ¿tienes sospecha?

-. Los únicos que se vienen a mi cabeza – solo ellos – la familia materna de mi esposa

-. ¿Por qué? – saca una libreta y empieza a anotar

-. Ellos la odian…. – le cuento todo y trató de no omitir nada relevante.

-. Ya mismo me pongo manos a la obra – sonríe

-. Por favor – mis ojos están cristalizados – no me imagino mi vida sin ella

-. El amor te pegó fuerte – dice palmeándome el hombro – no te preocupes, ella es como una hermana para mí aún sin conocerla y te ayudare para que ambos estén a salvo.

Se despide y me promete considerar mi invitación a cenar.

Me quedo en casa ya que no tengo cabeza para el trabajo, ahora me debato entre si debo contarle o no a Rebeca, ella debe estar tranquila.

La llamé para que tome un taxi diciendole que no me sentía muy bien.

Ella está por llegar y sé que mi cara me delata; pero no quiero decirle nada hoy, tal vez mañana.

CRISTINA

Cristian salió muy temprano y pidió cancelar su agenda, estaba muy pálido estoy segura de que algo le pasa.

Lamento no poder ayudarlo, al menos quiero conservar su amistad; es un buen hombre.

Estaba ordenando los papeles y un hombre se para en mi escritorio.

-. Buenas busco al señor de la Garza – su voz es grave y más parece una orden que una pregunta

-. No se encuentra – su cara no tiene expresión y me da miedo

-. ¿Puedo esperarlo en su oficina? – camina en dirección a este y yo me coloco en medio

-. Lo siento, el no volverá hasta mañana – estoy casi temblando - así que deberá volver mañana

-. Da igual – se encoge de hombros y se retira.

Entro en la oficina y coloco seguro a la puerta, meto los expedientes en la caja fuerte y al salir otra vez coloco llave.

Me voy a ir al medio día, así que los papeles que considero importante me los llevo conmigo; al salir siento que me observan debo estar paranoica por la visita de aquel extraño hombre.

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¿QUIÉN CREEN QUE AMENAZA A REBECA?

¿O SOLO SERA UNA DISTRACCIÓN?




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