Matricidio

CAPITULO: 17

-. Debo quitar a Rebeca del camino – digo solo para que yo me escuche – y si es necesario a su esposo, estoy tan cerca no me van a arrebatar la fortuna de mis manos.

ESTEFANO

La llamada de Cristian me tomo por sorpresa, es un gran amigo y por lo que vi esta muy enamorado haré lo posible para ayudarlo.

Me pongo en contacto con mis investigadores para llegar a quien le quiere hacer daño.

Revisaré su oficina en caso de que hayan puesto microfonos.

CARAJO

Te ayudaré hermano te lo debo

****

CRISTIAN

Disimule todo lo que pude; pero ella se dio cuenta le dije que por hoy no le diría nada ya mañana se enteraría y que confiara en mí.

-. Amor – acaricia mi mejilla y la abrazó atrayéndola hacia a mi

-. Dime – mi voz aun esta como adormecida

-. ¿Qué te preocupa? – sus ojos estaban clavados en los míos

-. No lo olvidaras – le doy un beso corto en los labios y me siento - ¿verdad?

-. No – sonríe y juro que es la sonrisa más hermosa que he visto en mi vida

-. Está bien te lo diré – suspiro y paso mi mano por mi cabello – pero prométeme que no te alterarás y sabes que yo estoy aquí para ti

-. No me asustes – se recuesta en mi pecho – te lo prometo

-. Lo que pasa… - le conté todo incluso de mi llamado a Estefano, ella me miraba muy seria y cuando termine, su rostro estaba como congelado - ¿amor?

-. Creo que debemos vender las acciones en la empresa – lo dijo como un robot

-. Amor – hice que me mirara – tenemos que detener a quien quiera que sea que trata de hacerte daño

-. Son esas benditas acciones – estallo en llanto

-. Amor – la abrace – te dije que no voy a dejar que nada te pase. ¿Me permitirías ponerte un guardaespaldas?

-. ¿Es necesario? – Asentí – para que estés más tranquilo, lo haré

-. Gracias – bese su cabeza – estoy pensando en Devora es mi prima y se dedica a la seguridad desde hace mucho

-. ¿Estarías celoso si fuera un hombre? – me sonríe

-. En parte si – estoy siendo totalmente sincero – pero si es ella podemos decir que se quedara una temporada con nosotros, así podrá estar en casa y podrá acompañarte a tu trabajo sin levantar sospechas

-. Piensas en todo cariño – acaricia mi pecho

-. Si se trata de proteger a mi alma gemela haría eso y más

-. No te merezco – llora

-. No digas eso – levanto su barbilla – mereces eso y más – la besó con ternura y amor. Después el beso se tornó en uno más apasionado y deseoso, mis manos acariciaban su cuerpo y mis labios dejaban besos en su cuello; un suave gemido escapo de sus labios y eso basto para que me volviera loco. Esta mujer me prende como nunca nadie antes lo había logrado.

Después de hacer el amor nos duchamos y en la sala hice las llamadas correspondientes, Devora me dijo que en 10 minutos estaría en casa; Rebeca estaba ansiosa no le gustaba que la cuidaran; pero me dio gusto que aceptara aunque solo fuera para complacerme.

Tocaron el timbre.

-. Yo abro – grité, mientras mi esposa salía de la cocina con una semi sonrisa

-. Primo – Devora me saludo con un abrazo, la quería como una hermana, era alta rubia de ojos azules, un cuerpo escultural debido a su entrenamiento y era la única en quien le confiaría la vida de mi esposa.

-. Prima, pasa – la lleve a la sala donde Rebeca nos esperaba – te presento a mi esposa

-. Mucho gusto – la abraza y ella está sorprendida

-. El gusto es mío – le da una leve sonrisa

-. ¿Bueno para que me llamaste tan urgente? – pregunto sentándose en el mueble de la sala y adoptaba la postura de un profesional listo para negociar.

-. La vida de mi esposa corre peligro y necesito que la protejas – se sorprende un poco

-. Bien ¿estás de acuerdo? – la mira con un rostro sin emoción

-. Sí, no quiero preocupar de más a mi esposo – toma mi mano

-. Supongo que la idea es ser lo más discreto posible

-. Exacto – respondo – quería que te mudaras con nosotros hasta que esto termine, y poder pasar desapercibidos

-. Me parece bien lo que han pensado – observa a nuestro alrededor – y desde ya les digo que los apoyare – con señas me pide una libreta y un lapicero, me levante y se los traje

-. ¿Para…? – hizo una señal de silencio

“Puede haber micrófonos” – escribió, ambos la miramos incrédulos; aunque siempre estamos trabajando y podrían entrar en nuestra ausencia, la idea no era muy descabellada

-. Espero no molestarlos con mi estadía en su casa primo – elevo el tono de voz mientras sacaba algo de su chaqueta era una pequeña caja negra con una antena

“vamos a buscarlos, hablen normal; yo me encargo” – se levantó y paso por toda la casa con su aparato

Tome de la mano a mi esposa y la lleve a la cocina, trate de preguntarle por su día y planes; después de una media hora Devora regresó y nos dirigió a la habitación de huéspedes.

-. Este es el único lugar sin micrófonos – dijo en un susurro

-. Si queremos hablar de este tema, será aquí – señalo el lugar con sus manos – sigan con su rutina cualquier cosa sospechosa y/o actitudes extrañas de sus cercanos me avisan.

Asentimos y nos quedamos coordinando la historia y ella nos recomendó a Ernesto un amigo y parte de su equipo para que el fuera mi seguridad. Acepte por la tranquilidad de mi esposa, no la iba a dejar sola, éramos un equipo y no me separaría de ella pasara lo que pasara.

También nos pidió que no habláramos por celular ya que podía estar contaminados, ella se encargaría de traer a unos amigos para que nos ayudaran con eso.

No había pistas de quien podría ser y en cuanto a nuestra conversación en la sala nos aseguró que nadie pudo oírnos ya que ella por paranoia siempre cargaba un aparato que bloqueaba las señales de dichos artefactos.




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