Matrimonio a cambio de Dinero

Capítulo 28.

Desperté desorientada. No sabia dónde estaba, ni que me había pasado. No recordaba mas allá de la pelea que había tenido con Christian en el jardín. Mi mente se quedaba en blanco, por mas que yo quisiera esforzarme en recordar, era como si nada hubiera pasado. La cabeza me dolía a horrores y mi barriga mucho mas. Rápidamente baje la vista hacia mi abdomen. No había nada de crecimiento, no estaba mi hijo y ya no sentía nada. Era como si jamas hubiera estado embarazada.

Mis ojos se llenaron de lágrimas, no quería ni imaginarme que era lo que había sucedido. Empecé a gritar como loca, aunque suene mal, asi lo estaba haciendo. No podía ser, ¿dónde estaba? Me toqueteé, palpaba y no sentir nada.

-Mi bebé, ¿dónde esta mi bebé?- grité desesperada. Me levante de la cama. El caminar dolía, sin poder evitarlo, caí de rodillas en el frío y duro piso de hospital. Me solté a llorar como magdalena.


 


 


 


 


 

No quería que a mi hijo le pasará nada malo, siempre trate de darle lo mejor y cuidarlo de igual manera. Todo esto había pasado por haber estado discutiendo con el imbécil de Christian. Si a mi hijo yo lo perdí, en su vida perdonaré a la persona que había ocasionado esto. En parte entendía que también era mi culpa, pero el simple hecho de pensar en todo esto ahora, me mataba, dolía y quemaba por dentro.


 


 


 


 


 


 

Mi madre entro al cuarto y al verme tirada en el suelo, llorando sin controlarme, vino a mi encuentro, me levantó con cuidado y me depósito en la cama de aquél hospital.


 


 


 


 


 

-Mamá, por favor, te lo suplicó. Dime que mi hijo esta bien.- sentí como con aquellas palabras el llanto aumento, mientras que a penas y podía pronunciar una palabra. Mi mirada era llena de dolor, la terrible opresión en el pecho me mataba. Me quitaba incluso la respiración. Mi madre me miró con preocupación y retiró mis lágrimas con sus pulgares.


 


 


 


 


 


 

-Tranquila, mi amor, todo esta bien. Tú hijo es un guerrero.- sonrió tranquila y me acarició la mejilla. El alma me volvió al cuerpo al escuchar esas palabras.- Pero...mi nieto tiene que estar un mes en incubadora.


 


 


 


 


 


 

-¿¡Qué!?, pero ¿por qué?- pregunté con la voz temblorosa rasposa por aquél llanto que aún seguía sin poder controlarlo. Antes de que tan siquiera  ella pudiera responder, entró el doctor.


 


 


 


 


 


 


 

-Buenos días, le explicaré que es lo que sucede y porque su hijo tiene que pasar un mes en la incubadora.- lo miré atentamente y asentí para que prosiguiera.- El bebé que nace antes de lo esperado puede tener problemas de salud, debido a que sus órganos no tuvieron tiempo a desarrollarse bien. El sistema respiratorio es uno de los mas afectados cuando un bebé nace antes de su término; los pulmones aún no han terminado de madurar, no tienen la capacidad de contener el aire del ambiente. Por eso, ed necesario darles ayuda de forma artificial.


 


 


 


 


 

Me quedé pensativa en todo lo que había dicho y sin querer el llanto volvió a regresar, quería a mi hijo conmigo. No me podía estar pasando esto a mi.


 


 


 


 


 


 

-Mi hijo estará bien, ¿verdad, doctor?- pregunté secandome las lágrimas con un pañuelo que mi madre me había tendido.


 


 


 


 


 


 


 

-Si, por supuesto. Siempre y cuando sigan los cuidados necesarios, tenga a su madre cerca. Todo estará en perfectas condiciones.- se acercó a mi y checo el suero y demás que tenía.- Ahora le voy a colocar un calmante, necesita recuperarse, descansar y dejar de pensar.- me inyectó una especie de calmante, todo me.dolía horrores, en especial el corazón.


 


 


 


 


 


 


 

-Bien, muchas gracias, doctor.- formé mas una mueca que una sonrisa, pero no me sentía del todo bien. Giré hacia mi madre, quien se mantenía en segundo plano.- Mamá, si Christian esta aquí, es mejor que le digas que se vaya. No quiero verlo cerca.- mi madre me miró apenada, me dio un beso en la frente.


 


 


 


 


 

-Esta bien, hija. Descansa, te amo.- me lanzó un beso y salió de la habitación.


 


 


 


 


 

Respiré profundo, acomodé algunas almohadas para poder descansar mejor. Cerré los ojosy trate de estar tranquila. El saber que por poco mi hijo pudo haber perdido la vida, era algo lo cual nunca me perdonaría. Todo era culpa del estrés que había vivido durante estas semanas. El padre de mi hijo, simplemente me dejaba agotada mentalmente.


 


 


 


 

Por mas que a ese hombre yo lo ame, nos hemos hecho daño mutuamente. Por culpa de ambos ahorita podríamos haber estado sin hijo. Estaba divagando en mis pensamientos cuando la puerta de mi habitación fue abierta y por esta entro Marck.


 


 


 


 


 


 

-¿Que te paso? En cuanto supe que estaba aquí, quise venir a verte.- se sentó a mi lado y tomo mis manos.


 


 


 


 


 



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Editado: 17.09.2019

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