Retiré disimuladamente mis lágrimas y me gire a mirarlo. Únicamente llevaba puesto unos pantalones cortos y en cuanto vio mis ojos, seguramente rojos, vino a mi alcancé. Me abrazo y me daba besos por toda mi cara, acariciaba mis lágrimas y no dejaba de mirarme.
-No sé porque huyes de tus sentimientos. Ya no quiero que huyas de mi mas.- pidió mientras me acercaba a su pecho. Recargué mi cabeza en el y seguí sollozando.
-No es fácil para mi, hay muchas cosas que tengo que asimilar. Entiéndeme.- contesté entrecortada.
-Esta bien, te daré tiempo.- masajeaba mi espalda.- La pase muy bien contigo y la verdad es que yo no me arrepiento de nada.- lo dijo con una voz un poco burlona.
-Ya, no me lo recuerdes.- sin querer me ruboricé al recordar el momento que minutos atrás estábamos pasando. Le di un golpe en el pecho y me separé de el.
Al mirarnos y sin yo esperarlo, me tomo en brazos y se acerco al mar.
-Ni se te ocurra.-amenacé mientras el me miraba con una ceja alzada.
-Vamos, será divertido.- me sonrió con burla y con esas últimas palabras se aventó junto conmigo al mar. Dejándonos completamente empapados.
-Eres idiota o que-grite mientras me tallaba mis ojos.- el agua esta helada.- dije mientras intentaba abrazarme a mi misma y mis dientes castañeaban.
-Es un poco de diversión, relájate y disfruta.- soltó una carcajada y yo aproveché para aventarle agua.
Me alejé de el mientras intentaba parar de reírme. El me alcanzó y me abrazo mientras nos hundíamos en las profundidades del mar.
La tarde asi paso, nosotros como dos niños pequeños jugando en el mar. Me la pasaba bien con el y definitivamente hoy fue un dis totalmente diferente. Llegamos a la casa ya casi cuando oscurecía. Rápidamente tome rumbo hacia las escaleras, pero su mano me detuvo.
-No me había dado cuenta que con lo que llevas puesto, se transparenta todo.- aquella voz se volvía de nuevo ronca y sus pupilas se volvieron a dilatar.
-Es lo único que alcancé a ponerme, deja tu mente sucia y deja ir a bañarme. Tengo mucho frío.- conteste mientras el me estrechaba en sus brazos.
-El frio no lo podemos quitar juntos, ¿no quieres?- pregunto mientras volvía a mirarme con lujuria y besarme.
-Tu te lo puedes quitar por tu cuenta.- con eso ultimo lo deje al pie de las escaleras y me fui hacia nuestra recámara.
Me quite la bata mojada que era lo único que llevaba puesto y me di una ducha. Puse el agua lo mas caliente que pude y me metí bajo el chorro, me relajé al instante al sentir el agua sobre mi. Mentiría si diría que eso que paso entre mi marido y yo no me gusto, Dios lo había disfrutado tanto. Aún sentía cosquillas sobre toda mi piel, mis labios sentían su ausencia. Me trato con tanta delicadeza, amor, como si fuera a romperme. Sonreí mientras recordaba todo lo sucedido. Simplemente era mágico todo esto.
Después de unos quince minutos relajantes en la ducha, decidí que ya era tiempo de salir. Me coloque una pijama casual y cómoda. Prácticamente todo lo que llevaba puesto, mi madre y suegra lo había escogido. Ropa simplemente corta y algo provocadora. Salí del baño y me encontré a Christian ya acostado en la cama y con algunos aperitivos. Palomitas, papas, refrescos y una pizza que no se de donde diantres la había sacado.