Matrimonio a cambio de Dinero

Capitulo 19.

Esa noche dormí muy tarde, mis padres a cada rato me estaban preguntando si estaba bien. Que si me parecía lo que habían escogido para el bebé. Sin duda estaban demasiado entusiasmados con todo esto.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

La mañana siguiente sonó el despertador, pero yo no quería ni levantarme. Dormí unos segundos más, pero fue imposible seguir pues ya me estaba muriendo de hambre. Con mucha pereza me levante y me fui a bañar con agua caliente. Presentía que hoy iba a pasar algo. Inmediatamente quise descartar eso de mi mente. Fui a mi armario y saqué un vestido azul cielo con unas sandalias de piso color blanco. Me miré en el espejo y ya me entusiasmaba verme con panza. Quería sentir a mi hijo. Me maquille sutilmente y me alacié el cabello.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Baje a desayunar y obvio mis padres ya se encontraban ahí.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

-Te sienta bien el embarazo.- comento mi madre emocionada.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

-Gracias, aún no quiero que se note mucho el cambio. No quiero que se den cuenta en la oficina de mi padre.- hice una mueca y pique con el tenedor algo de fruta.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

-De eso no tienes porque preocuparte, si alguien llega a decir algo, será despedido.- dijo mi padre mientras ojeaba el periódico.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Asentí y me dedique a devorar todo lo que estaba en la mesa. Hot cakes con nutella, una de mis debilidades. Fruta y unos huevos estrellados fueron lo que desayune.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Llegamos a la oficina y me puse a acomodar unos cuantos archivos. Hacer citas de mi padre, etc.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

-Hola.-di un brinco y miré al dueño de aquella voz.- Perdona, no quería asustarte.- Daniel me sonrió tímidamente.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

-No te preocupes- sonreí.- ¿Qué tal el trabajo?

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

-Bien, aunque tu padre es un poco gruñón.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Yo reí sin poder evitarlo y asentí.- Lo sé, es un ogro.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Me sonrió con su dentadura totalmente blanca y sin dejar de mirarme.-¿Que tal vas con los archivos?

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

-Bien, aun me faltan un poco para poder terminar. Nunca pensé que ser secretaria fuera tan pesado.- sonreí mientras me ponía de pie.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

-¿Quieres que te ayude?- se ofreció.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

-No quiero molestar, seguro tu tienes mas cosas que hacer.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

-Ninguna y seguro a tu padre no le molestará que te ayude. Anda vamos.- me ayudo con lo que llevaba en las manos y fuimos a acomodarlos en sus lugares correspondientes.

 

 

 

 

 

 



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Editado: 17.09.2019

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