Mi respiración se aceleró, el corazón lo sentía a mil por hora. Jamás pensé que sospecharía tan rápido de mi estado. ¿Qué debía hacer?
-Respóndeme, ¿estás embarazada?- se recargo en el escritorio de mi papá.
Me miré las manos nerviosa, si por mi hubiera sido ya no estuviera en esta habitación.-Si, estoy embarazada.- dejo escapar una sonrisa de sus labios y por poco me derrito.
-Y por supuesto que ese hijo que esperas es mío, ¿no?- se estaba acercando a mi y mirándome fijamente.
No se que debía hacer. Iba a responderle, pero una voz lo hizo antes que yo.
-Por supuesto que no, ese hijo es mío.-miré al dueño de esa voz y le fruncí el ceño. Estaba realmente confundida, no esperaba que el dijera eso. Él solo me guiñó el ojo.
La respiración de mi marido se empezó a acelerar y cerro las manos en puños.-¿Es cierto eso?- pregunto con la mandíbula apretada y fuera de si.
Con la mirada firme y sin ningún remordimiento, contesté.-Si, es cierto.- me agarro por los hombros y me acerco suficiente a el.
-Pero como te atreves.-grito.-Eres una cualquiera. Ni siquiera nos hemos divorciado y ya te acostaste en la cama de otro hombre.
Ya no deje que siguiera, lo alejé de mi y le volteé la cara de una bofetada. ¿Quién se creía que era para decirme esto?
-A mi no me vuelvas a insultar de esta manera, porque te aseguro que a la próxima te vas a arrepentir. Prefiero mil veces a Daniel a un estúpido imbecil como tú.- los señalé.- Tú me engañaste con mi supuesta amiga, aquí yo no he cometido ningún error. -dije conteniendo las lágrimas y alzando suficientemente la voz.-El que me perdió el respeto primero fuiste tú.-lo volví a señalar llorosa y sin habla.-A mi no me reclames nada, lárgate de aquí y no te me vuelvas a acercar.- abrí la puerta y salí de aquel lugar donde me estaba asfixiando.
Quedé completamente sorprendida cuando Daniel lo agarró por las solapas de su traje y le dio un puñetazo en la mandíbula.
-Ya la oíste, por el bien tuyo, no la vuelvas a molestar.- y asi sin mas lo soltó y me quedé afuera de la oficina viendo todo.
Christian salió limpiándose la sangre y solo quedamos nosotros dos.
-Perdona, no debí entrometerme.- el si que se había echado una película con todo el espectáculo que acabábamos de hacer.