Matrimonio Arreglado

Si, acepto

El día siguiente en la mansión Thorme fue una mañana muy incómoda. Todos simplemente trataban de fingir que nada había pasado la noche anterior. Flavio fue despedido automáticamente sin contemplaciones. Sin previo aviso. Solamente notaron que ya no estaba en el equipo de trabajo que se encargaba de servir a la familia, y listo eso fue todo para este empleado doméstico que cometió el error de ser el artífice de ese gigantesco ridículo que hizo Kenia. De alguna manera la información se filtró a la presa, y aquello convirtió al apellido Thorme en el hazmerreír del pueblo. La única que en toda esa inmensa propiedad que parecía estar completamente tranquila, era precisamente Karol. Ella dormía plácidamente un par de horas más cuando todos los demás yacían despiertos. Karol descansaba gustosamente sobre su cama usando un antifaz de color rosa para proteger sus ojos de la claridad, y que de esa manera nada pudiera perturbar su maravilloso sueño. Su alcoba era como salida de un cuento de hadas. Todo lo que pudiera soñar una mujer estaba incluido en esa elegante habitación que tanto le encantaba. Repentinamente la puerta se comenzó a abrir lentamente dejando entrar la claridad del pasillo para iluminar toda la oscura recámara. La figura de un hombre se dibujaba entre las sombras acercándose mientras que Karol continuaba felizmente dormida soñando con lo dichosa que era al sentirse ganadora ante su hermanan Kenia. Se trataba de Edrian, el primo de las hermanas Thorme. Caminaba con seguridad hasta sentarse en la cama justo al lado del cuerpo dormido de Karol quién rondaba ferozmente hacinado ruidos estruendosos con su garganta a medida que la saliva salía de su boca sin control alguno. Edrian comenzaba a aclarar su garganta fuertemente para despertar a su prima sin necesidad de ser muy brusco. Sin embargo ella continuaba durmiendo como bebé consentido. Edrian aumentaba un poco el volumen de su gañote para está vez si lograr despertarla, pero fallaba rotundamente una vez más. Edrian perdía la paciencia y gritaba fuertemente.

— ¡¡Karol!! ¡¡Despierta!! — haciendo que su prima saltara rápidamente de la comodidad de su almohada.

— ¡Ya estoy despierta! ¡Ya desperté! ¡Ya desperté! — secaba la saliva que mojaba casi totalmente su mentón mientras que con la otra mano retiraba el antifaz que cubría sus ojos para mostrar lo débiles que estaban puesto que aún moría de sueño, y sus energías estaban casi por el suelo — ¿cómo lograste entrar a mi habitación sin que lo notara? Tengo el sueño muy liviano, el más mínimo ruido lo hubiera escuchado.

— Eso no lo pongo en duda para nada, querida prima — aseguró Edrian de forma sarcástica.

— Oye y a todas estas ¿Qué haces tú aquí en mi habitación? — preguntó Karol justo antes de comenzar a bostezar — ¿Qué no te había corrido antes de acá?

— Si, varias veces. Sin embargo lo que tengo para contarte es muy importante. Por eso he venido personalmente para decirte las cosas que están pasando en la mansión, y que ni siquiera has notado. Es necesario que te alerte acerca de las malas intenciones de Kenia. Ella se trae algo muy frívolo entre manos. Lo peor del caso es que todo es en tu contra, y no descansará hasta verte caer. Ella nunca te ha visto como una hermana, Karol. Para ella solamente eres la hija de su padre con otra señora que nones su madre, y que está amanazando con quedarse toda la fortuna de la familia Thorme sin merecerlo, supuestamente su criterio, claro está — alertaba Edrian a su prima Karol luciendo un poco preocupado — creeme, yo la conozco mucho mejor que tú. Yo he vivido toda mi vida en esta mansión, y puedo asegurarte que Kenia está desesperada por hacerte daño, mucho daño.

— Todo es muy confuso para mí, Edrian. No puedo entender nada de lo que dices. Entre Kenia y yo existen ciertas diferencias como en toda relación de hermanas. Es algo completamente normal que ese tipo de cosas pasen. Sin embargo creo que estás exagerando un poco cuando dices que quiere hacerme daño. Estoy segura que Kenia no haría algo así a su propia hermana — expresó Karol sonriendo un poco nerviosa tratando de convencerse a sí misma que todo lo que estaba diciendo era completamente cierto.

— Kenia estuvo anoche en mi habitación, Karol. Intentó seducirme, hizo todo lo posible por meterse en mi casa, y que hiciéramos el amor. Sin embargo yo nunca respondí siquiera a ninguno de sus besos puesto que conozco las verdaderas intenciones de mi prima. Sé perfectamente que en su corazón hay maldad. Luego de notar que su estrategia conmigo no estaba funcionando, intentó una negociación. Me ofreció la mitad de las ganancias que produce la empresa de tu padre, únicamente si aceptaba casarme con ella. Me dijo que incluso podríamos fingir todo. Ella estaba totalmente desesperada por conseguir casarse con quién fuera. Poco le importa los sentimientos. Ella solo desea el dinero, y obviamente dejarte a tí fuera de la herencia. Karol ella trató de ponerme en tu contra diciendo que tú no eres parte de la familia, que te falta mucho para ser una Thorme. También me comentó que no mereces ni siquiera un centavo del dinero de tu padre. No lo logró conmigo, pero estoy seguro que seguirá buscando hasta hallar a alguien lo suficientemente loco como para aceptar ese trato, y el día que eso pase serás tú la más afectada. No puedes quedarte de brazos cruzados esperando a que tu arpía hermana logre su infame cometido — aseguró Edrian hablando fuertemente para hacer entender a Karol del alto riesgo que estaba corriendo.

— ¿Pero que puedo hacer para evitar algo así? ¿Qué puedo hacer para contrarrestar los fuertes embates de Kenia? — cuestionaba Karol que no hallaba salida alguna.

— Esa condición impuesta por tu padre no es solamente para tu hermana. Tú también puedes casarte, y si lo haces primero podrás evitar que Kenia logré hacer de la suya. Todo lo que necesitas es un chico indicado. Después de eso estadías ganándole la guerra a esa arpía sin corazón. Por favor Karol debes escucharme. Eres mucho más hermosa que ella, puedes conseguir paraja en un abrir, y cerrar de ojos. Solo piensa en todo el tormento que nos ahorrarás a todos si consigues evitar que Kenia llegue al poder. Esto no es sólo por tí, sino también por todos los que habitamos la mansión Thorme. Si ella se convierte en la dueña de todo, seremos muchos los que saldremos expulsados en tiempo récord de esta propiedad — Edrian no podía dejar de advertir Edrian acerca de esa locura que Karol debía evitar a toda costa.




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