Matrimonio Arreglado

La bendición

Un automóvil se movía lentamente para ingresar en la gigantesca mansión Thorme. Una extraordinaria propiedad que no tenía nada que envidiarle a los más grandes castillos de la realeza. Inmensos jardines de un pasto que exhibía el verde más vivo e impresionante. Dentro de ese vehículo me encontraba yo. Iba acompañado de Edrian quién ejercía como nuestro conductor designado. Karol viajaba conmigo en el puesto trasero, aunque se le notaba bastante nerviosa. Estaba totalmente distante conmigo. Incluso dejaba un asiento de separación entre ella y yo. En aquel momento la actitud que Karol pudiera tomar, era lo que menos me importaba. Todos mis sentidos estaban concentrados en admirar aquella maravilla arquitectónica que llenaba mis ojos por completo. Una especie de música comenzaba a escucharse de fondo mientras no podía dejar de mirar fascinado la inmensidad de aquel lugar. En ese preciso instante supe que había encontrado mi lugar en el mundo. Continuamos avanzando hasta llegar justo a la fuente de agua que yacía adornando la entrada. Karol seguía con su actitud distante hacía mí, siendo tan obvia que incluso el mismo Edrian lo notó finalmente.

— ¿En serio así pretendes engañar a tu padre acerca de que están locos de amor, y se quieren casar cuánto antes? — preguntó Edrian mirándonos a través del espejo retrovisor mientras detenía el coche exactamente en la entrada de la mansión. Los familiares de Karol esperaban mi tan anunciada llegada estando reunidos todos en el gran salón principal — ¡Por Dios, Karol! Parece que Ander es un pero que vas a abandonar en el bosque, y por eso no quieres hacer ni siquiera contacto visual con él. ¡Vamos! No olvides el propósito principal de todo esto.

— ¡Gracias, Edrian! ... ¿Supongo? — dije estando un poco confundido. Lo primero que pude notar rápidamente es que todos esos millonarios se comportaban de manera muy extraña. Ellos no tenían los típicos problemas con los que debemos lidiar diariamente nosotros los pobres. Sus preocupaciones eran mucho más sencillas, aunque perturbadoras. Eso de casarse sin amor solamente por un interés económico, es algo inadmisible en el bajo mundo. Sin embargo yo continuaría hasta el fin con este plan. Como dije antes, había encontrado mi lugar en el mundo.

— ¡Lo intento! Te lo juro que de verdad lo intento, pero se me hace difícil dejar de mirarlo como un completo desconocido. No sabemos nada de él. Han pasado muchos años desde que salí de secundaria. ¿Y si es un asesino en serie? O peor aún, ¿Qué tal si es un violador empedernido? — hablaba Karol libremente en voz alta discutiendo con su primo.

— ¡Karol! ¡Dos cosas! Primero, ya creo que es un poco tarde para pensar en eso. Y segundo, Ander está allí sentado literalmente al lado tuyo, y puede oír absolutamente toooodo lo que digas ¿Lo recuerdas? — informó Edrian.

— ¡Lo siento! ¡Ander, esto es sin ofender! Es solamente que no me siendo lista para casarme. Es cierto modo, si, deseo quitarle el triunfo a Kenia. Evitar que ponga sus sucias manos sobre el dinero de papá, pero me da pánico siquiera pensar en contraer matrimonio con alguien a quién apenas conozco — Karol se podía notar muy frustrada. Era obvio que decía la verdad. Lo inaceptable era que tuviera ese ataque de sinceridad justamente llegando a la entrada principal de la mansión. Entonces allí estaba yo, tan cerca de la gloria, y a la misma vez tan lejos de obtenerla. Necesitaba pensar en algo rápido. Esa oportunidad no podía dejarla esfumar por nada del mundo. Requería usar todo !i ingenio, y manipulación para hacer cambiar de parecido a Karol a como diera lugar.

— Karol mirame a los ojos. Sigo siendo aquel chico vivaracho, y juguetón que te protegió mil veces de aquellos bravucones que deseaban robarte el dinero de tu almuerzo. Soy aquel amigo con el que siempre podías contar cuando extrañas a tu padre, y no tenías a quién contarle como te sentías. También soy aquel que te extrañó cada segundo desde que te fuiste del país dejando mi alma destrozada — expresé tratando de ser lo más melodramático posible. Necesitaba que aquella actuación fuera lo las conmovedora posible. Si lograba llegar a su corazón, estaba seguro que no habría manera de que me dijera que no. Incluso con movimientos de manos al mejor estilo de un gran actor de teateo, expresaba todo el sentimiento que aquella palabras debían transmitir. Literalmente me estaba jugando mi futuro en ese automóvil.

— ¡Wow! Nunca pensé que escucharía esas palabras nuevamente. Ya veo que en efecto, si sigues siendo aquel chico de la escuela — expresaba Karol pausadamente mirándome mientras hablaba — sigues siendo aquel mentiroso, embustero, timador, y pendenciero que quería aprovecharse de mí siempre para que le hiciera todas las tareas. Ahora es como antes, solamente deseas aprovecharte de mi necesidad para cambiar tu estado económico. Esto se termina aquí, y ahora. Le pondré fin a esta locura de inmediato. Edrian, da vuelta automáticamente, y llevamos nuevamente hasta el aeropuerto. Es hora de que el señor Ander Blanco vuelva por la misma vía aérea que vino — Karol hablaba en un tono que expresaba mucha molestia al recordar repentinamente todas mis "ocurrencias" de cuando éramos niños.

— ¡Al demonio con esto! Yo no voy a regresar a ningún lugar. No llegué tan lejos para rendirme justo ahora — dije mientras abría la puerta del automóvil bajándome rápidamente para comenzar a caminar apresurado hasta la mansión.

— ¿Qué estás haciendo, Edrian David? ¡Lo dejaste escapar! — gritó Karol a su primo estando muy furiosa — ¿Porqué no pusiste los seguros de las puestas? — Karol comenzaba a bajar también muy apresurara intentado detenerme antes de lograr alcanzar mi cometido.

— ¡Es que no pensé que supiera abrir la puerta de un automóvil! — gritó Edrian también bajando rápidamente.?

— ¿Suegro? ¿Suegrito Thorme? ¿Dónde están? — gritaba llevándome las manos a la boca para amplificar el volumen de mis gritos, y que de esa manera pudieran escucharme en cualquier parte de la mansión, al mismo tiempo que caminaba rápidamente para evitar ser alcanzado por esos dos aguafiestas que pretendían enviarme devuelta a mi país natal.




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