Matrimonio Arreglado

La vecina

Mi peor pesadilla se había vuelto realidad. Estaba viviendo bajo el mismo techo que Karol y Kenia. Esas dos hermanas Thorme que se odiaban a muertes, pero que sin embargo debido a un interés común, ahora debían dejar sus diferencias a un lado mientras sacaban del camino al gran tormento que se había transformado Manuela. La bailarina exótica y desnudista que pasó de ser el entrenamiento en nuestra boda, a ser la futura esposa del señor Thorme. Eso automáticamente la convertía en una gran amenaza para las aspiraciones de las hermanas Thorme. Por el momento lo cierto es que yo era el único gran perdedor. Si ya vivir con una sola hermana Thorme era difícil, imagínense tener que convivir diariamente con dos de ellas. Sin duda alguna Dios me estaba poniendo prueba. Si lograba pasar por todo esto sin perder la cordura, y volverme loco en el proceso, era merecedor de toda esa fortuna que me esperaba cuando finalmente Karol pudiera herederar todos esos millones de dólares al convertirse en la encargada de las empresas transnacionales de su padre. ¿Sería capaz de conseguirlo? Incluso yo mismo dudaba de mis probabilidades. Mientras Karol y Kenia hablaban tranquilamente como las mejores amigas. Yo me debía conformar con verlas desde la sala luego de cargar las maletas de la bruja. Era injusto que a pesar de ser la primera interesada en exponer nuestro matrimonio arreglado, ahora debíamos tratarla como la reina de la casa solamente por cortesía entre hermanos. Eso era como meter una serpiente venenosa a vivir en tu casa sabiendo que en cualquier momento puede traicionar tu confianza y morderte de manera mortal sin importar todo lo bueno que has hecho por ella. Lamentablemente tenía que apoyar todo lo que Karol quisiera, como buen “esposo" que era. Todo aquello apestaba. Al menos ahora dejaría de dormir en el mueble y podría dormir en una cómoda cama, aunque sería al lado de Karol, no me importaba solamente quería descansar mi espalda.

— Bueno Kenia, hemos llegado. Este será tu cuarto. Te daré la habitación de huéspedes. Puedes quedarte el tiempo que desees hermana. Mi casa es tu casa — dijo Karol abriendo una de las puertas que siempre habían permanecido cerradas desde que llegamos, y que ella me aseguró que se trataba de un simple cuarto de escobas.

— ¿Cuarto de huéspedes? — exclamé sin querer, y de manera espontánea al darme cuenta de lo malvada que había sido Karol conmigo. Era increíble que hubiera estado durmiendo en el duro y viejo mueble de la sala mientras que había un cuarto de huéspedes perfectamente amoblado. Listo para ocupar. Karol era el demonio en persona, la peor esposa falsa que cualquier hombre pudiera tener — ¡Digo! No puedo creer que haya un cuarto de huéspedes. Sin dudas esta casa me sorprende más cada vez. ¿Qué sigue luego? ¿Una piscina subterránea? — reía forzadamente mientras veía a Kenia con nerviosismo. Ella no podía saber bajo ninguna circunstancia que Karol y yo no habíamos estado durmiendo juntos, eso haría que sus sospechas se elevaran aún más. Por suerte no me tomó en cuenta y siguió su conversa como si nada.

Alguien comenzaba a tocar la puerta incesantemente, pero a las dos señoritas Thorme parecía no importarles en lo más mínimo. Claramente ese par estaban acostumbradas a qué en la mansión de su padre, los empleados domésticos hicieran todo este tipo de cosas. Noté rápidamente que ninguna tenía intención de ir a abrir la puerta, así que me tocaba hacerlo a mí, como siempre.

— No se preocupen chicas. Yo iré a abrir. No tienen que pelearse por decidir entre ustedes — dije sarcásticamente aunque ninguna me prestó atención.

Me dirige hasta la puerta refunfuñando muy molesto por todo lo que venía pasando.

— Solamente falta que sea el viejo semir Thorme que también decidió venir a vivir acá, para que la hermosa familia esté reunida nuevamente, no sé. Solo digo — discutía conmigo mismo mientras caminaba hasta abrir la puerta.

Lo que jamás esperé fue ver el hermoso rostro de esa vecina angelical que me veía fijamente con esa linda carita sonriente mientras contorneaba su cuerpo levemente de un lado a otro simulando ser una niñita traviesa. En sus manos sostenía una taza de cerámica. Increíblemente mi deseo de había vuelto realidad. Cuando menos lo esperaba, y en el momento preciso. Karol y Kenia estaban muy ocupadas observando el cuarto de huéspedes como para preocuparse por quién tocaba la puerta.

— ¡Vecino de mi corazón! Qué pena con usted. Espero no venir en un mal momento ¿Lo estoy molestando? — la hermosa vecina hablaba con voz muy suave y dulce haciendo que comenzara a babear por ella. Su cuerpo era como una guitarra española, y esa actitud de niña traviesa la hacía mucho más atractiva aún.

— ¡Para nada, querida vecina! Por el contrario. Usted vino enviada por el mismísimo Dios para alegrar mi vida. ¿En qué puedo ayudarla? Sus deseos son órdenes para mí — respondí en tono seductor estando totalmente hipnotizado con sus enormes senos que se asomaban detrás de ese pijama ajustado al cuerpo que ella traía puesto.

— ¡Qué bueno que no sea ninguna molestia para usted! Es que necesito un poco de azúcar. ¿Sería usted tan amable de regalarme un poco? — exclamó la vecina tendiendo sus brazos para darme la taza de cerámica.

— ¡Lo que usted desee! — dije en tono pasionero para ir a buscar el azúcar — tome querida Vecina. ¿Algo más en lo que pueda ayudarle? Estoy a su completa disposición — aseguré mientras entregaba el azúcar en sus manos.

— Ahora que lo menciona.... Casualmente tengo una pequeña fuga de agua en el fregadero de mi casa. Es una pequeña gota, pero una mujer indefensa como yo no puede hacerse cargo de ese tipo de cosas, así que necesito un hombre fuerte que me haga ese enorme favor. Si usted sería tan amable yo sabría recompensarlo muy bien — la vecina insinuaba cosas de forma descarada. Todo estaba muy claro. Solamente necesitaba ir a su casa para cerrar el negocio.

— Por supuesto querida vecina. Usted solamente indíqueme dónde es su casa y yo le hago el favor con todo el gusto del mundo — dije cerrando la puerta tras mi espalda estando listo para irme con ella.




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