El momento de irnos a dormir llegó rápidamente aunque no lo queríamos. Karol estaba tan preocupada como yo por tanto pensar como demonios íbamos a hacer para convencer a Kenia de que la relación marchaba perfectamente, y que de esa manera la bruja arpía no sospechara nada de lo que en realidad pasaba. Sentados en la cama, veíamos nuestros rostros mutuamente intentando pensar en algo.
— ¿Porqué la aceptaste en la casa? ¿En qué estabas pensando cuando la dejaste quedarse a vivir acá? Sabes perfectamente que ella solamente desea una cosa, y solo una cosa. Conseguir la manera de demostrar que nuestro matrimonio es un fraude, correr hasta tu padre con pruebas en las manos, y que de esa manera el señor Thorme pueda frenar la herencia. De esa manera ella tendrá otra oportunidad para conseguirla ella. Eso lo debes saber tú mejor que nadie, Karol — susurraba en baja voz para evitar que Kenia nos escuchara, sabiendo que se hallaba justo en la habitación de al lado. Cualquier mínimo ruido se podía escuchar claramente. Por eso debíamos tener mucho cuidado con lo que decíamos.
— ¿Crees que no lo sé? ¿Pero qué podía hacer? ¿Cómo hacía para dejar a mi propia hermana en la calle? A pesar de que es una arpía sin corazón, sigue siendo sangre de mi sangre, Ander. Además existe una posibilidad de que haya cambiado su manera de pensar con toda esta situación de mi padre. Ella ha venido a mí con la intención de que nos unamos para evitar esa unión aberrante con esa stripper de quinta. Probablemente eso abra una especie de reconciliación en nuestra relación de hermanas, ¿Quién sabe? — Karol también susurraba al mismo tono que yo.
— ¿Cambiar? ¿Has pensando alguna vez si tu hermana es consorte de satanás? ¡Por favor, Karol! Abre los ojos. Lo más probable ella allá usado la aventura amorosa de tu padre como excusa para meterse a vivir en esta casa, y así poder espiarnos desde cerca. Mientras que tú estás aquí pensando en diplomacia y amnistía — no podía creer lo que Karol decía. Era simplemente estúpido siquiera pensar que Kenia pudiera tener un buen corazón, de ella solo se podía esperar lo peor.
— Es que todo es muy confuso, Ander. No logro comprender como esa bailarina exótica encontró la manera de acercarse a mi padre. Luego de la celebración de la boda, él nos prometió que nunca más la volvería a ver. Incluso lo obligamos a eliminar cualquier tipo de contacto que pudiera tener con Manuela. Conociendo a mi padre, estoy segura que hubo un acercamiento previo. Lo que solamente se puede explicar si alguien cercano a él hizo que tuvieran contacto. Pudiera jurar que esto parece un plan siniestro para que mi padre y Manuela se casen. La pregunta es ¿para qué? ¿Quién podría beneficiarse de una unión entre mi padre y esa bailarina de poca monta? — preguntaba Karol pensando algo que para mí era sumamente obvio.
— ¿Es en serio, Karol? ¿Que no puedes verlo? Más claro no puede estar. Fue la misma Kenia quién está moviendo sus maléficos hilos para que tu padre se case con Manuela — expliqué en muy baja voz.
— ¿Qué cosas dices Ander? Sé muy bien que la odias, pero eso no tiene ningún sentido. ¿Qué ganaría Kenia con ese matrimonio? Por el contrario, ella estaría corriendo el mismo riesgo que yo de que papá se enamoré tanto, que llegue al punto de declarar a Manuela como única heredera de su fortuna. Mientras esté vivo puede hacerlo. El testamento solamente puede cambiarlo él. No tienes sentido ideal un plan tan arriesgado pudiendo quedar con las manos vacías — replicaba Karol cuestionando mi hipótesis.
— Quizás su plan no es que lleguen a casarse. ¡Por Dios, Karol! Piensalo un momento. Ella necesitaba tener una excusa para acercase a nosotros. Quería espiarnos desde cerca, y vió en la escandalosa aventura de tu padre la razón que requería. Ahora tiene la oportunidad perfecta de ponernos contra la pared. Nos va a acosar día y noche sin cesar hasta que finalmente consiga hacernos confesar. Volverá nuestras vidas un verdadero infierno solamente con la intención de que digamos la verdad — dije un poco desesperado perdiendo levemente el control, y quizás exagerando solo un poquito.
— Cada día estas más loco, Ander. Un plan así de estúpido jamás funcionaría. Es simplemente una locura — sentenció Karol.
— O quizás es el plan más ingenioso que se le haya ocurrido a alguien en la historia. Tal vez estamos frente a una peligrosa mente criminal que marcha siempre un paso delante de nosotros. Nos lleva una ventaja cada vez, y ahora solamente somos sus víctimas — especulaba tratando de hacer ver a Karol lo que era tan obvio. Kenia era la mente macabra detrás de todo el plan para que el señor Thorme se casara con Manuela. Sin embargo todo era con la intención de sacar a la luz nuestro fraude de matrimonio arreglado.
— ¿Una mente macabra que ya se quedó dormida? ¿Cómo puede espiarnos si ya está dormida? — cuestionó Karol sarcásticamente.
— ¿Y si no? ¿Y si solamente la creemos dormida? — insistí sembrando la duda en ella.
— ¡Perfecto! Si logras convencerme de que Kenia aún no se ha dormido porque está intentando espiarnos, te prometo que te creeré cada palabra, hasta la más loca. Si no lo haces, vas a dormir en el suelo. Yo no quiero compartir la cama con un demente — propuso Karol.
Obviamente acepté. Quería callarle la boca a esa incrédula que se negaba a creer en mi palabra. Iría hasta la habitación de al lado, y demostraría que Kenia nos espiaba. Abrí la puerta lentamente tratando de no hacer ruido. Rápidamente me llevé el susto de mi vida al darme cuenta que no era necesario llegar hasta su habitación. Kenia yacía sentada en una silla junto a la puerta de nuestra recámara leyendo una revista.
— ¡Supongo que vas al baño! ¿Puedes traerme algo de agua, querido cuñado? — preguntó la perturbadora Kenia sin dejar de ver esa revista.
— Claro estimada cuñada, con mucho gusto — dije completamente muerto del susto mientras veía a Karol quedar totalmente boquiabierta sentada en la cama de nuestra habitación.